Comida en familia

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Duodécima semana de embarazo.

Domingo 02:46

Hacía casi tres horas que Regina veía dormir a la rubia. En efecto, la comida que tendría que organizar al día siguiente la ponía algo nerviosa y no lograba conciliar el sueño.

Suspiró discretamente mientras acariciaba dulcemente los cabellos de la joven echada a su lado. ¿Qué se le habría pasado por la cabeza para invitar a los Charming y al pirata a su casa?

También pensaba en las palabras de sus amigas. La idea de poner a prueba los límites de la rubia era más que tentadora, pero la Reina no estaba segura de que fuera una buena idea.

¿Y si Emma estaba receptiva? ¿Tenía el derecho de hacerle creer en una posible relación cuando ella misma no estaba segura de quererlo realmente?

¿Y si la rechazaba? ¿Valía la pena perder la relación tan particular que habían construido a lo largo de esos últimos meses?

Sus pensamientos se vieron interrumpidos de repente por un murmullo quejoso.

«¿Por qué no duermes?» Emma abrió con dificultad los ojos y miró a la joven que tenía delante. Vio la expresión de preocupación que tenía y frunció el ceño mientras se incorporaba, inmediatamente despierta «¿Es el bebé? ¿Es eso? ¿Hay algún problema con el bebé?»

Regina no pudo evitar sonreír ligeramente al ver la inquietud en los ojos de la rubia. Dulcemente, posó su mano sobre su hombro y la obligó a que se volviera a acostar.

«No, el bebé está muy bien» reviró los ojos, y suspiró antes de añadir «Solo estaba pensando en la cena de mañana»

«Oh» Emma movió levemente la cabeza, aliviada «No te preocupes, todo va a ir bien»

«Oh, sí, para ti sin ninguna duda» soltó amargamente

«¡Hey!» la rubia se giró un poco hacia la mujer y posó su mano en su cadera «Si tú quieres, los llamó mañana por la mañana. Les digo que estás enferma y pasamos una noche tranquila los tres. No quiero que te obligues a hacer nada»

«No, no quiero anularlo» Ella se mordió el labio e intentó no mostrarse demasiado vulnerable al explicarlo «Solo me gustaría que todo fuera bien. Que, por una vez, no todo se vuelva un ajuste de cuentas. Sé que es estúpido por mi parte, pero...»

«Comprendo» la cortó Emma «No tienes de qué preocuparte. No serás tú contra el mundo. Tú, Henry y yo ahora formamos un equipo. Somos una familia y será el momento ideal para demostrarlo»

Regina hundió sus ojos en los de la rubia, luchando por contener sus lágrimas. No sabía por qué las palabras de la salvadora la conmovían hasta ese punto y ella misma se molestaba por su reacción tan emotiva. Dichosas hormonas.

«Gracias» murmuró con la voz ligeramente temblorosa

Emma le sonrió tiernamente, y después preguntó bostezando

«¿Podemos dormir ahora?»

La morena se conformó con asentir y se puso de lado, de espaldas a la joven. Sonrió al sentir a Emma pegarse a ella, su cabeza hundida en su nuca y una mano posesiva sobre su vientre.


Comisaria de Storybrooke. Domingo 07:30

Ruby había estado de guardia toda la noche y Emma estaba poniéndose al día con ella antes de dejarla volver a casa.

«Entonces, ¿la noche ha sido tranquila?» preguntó la rubia sirviéndose un café

«No ha pasado absolutamente nada, y he subido mi record a 2048» suspiró la morena. Echó un ojeada a su amiga y añadió riendo «¡Tienes mala cara, querida! ¿Habrás estado haciendo locuras con tu cuerpo y con la Reina toda la noche?»

Quiero un bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora