Akemi
Extiendo ambos brazos frente al espejo. Puedo ver con claridad mi piel, cada centímetro de ella y de los tatuajes que la cubren, excesivos, para ser honesta, más de los que debería ser correcto tener, pero bueno, nunca he sido alguien que haga lo que la gente espere de ella. Giro el torso para ver mi espalda, hay menos tatuajes en ella, pero el que esta, es enorme.
Bajo los brazos tras suspirar largamente, debo prescindir de uno de ellos para ayudar a Yuriko con el problema en el parece hemos sido involucrados todos. Las vacaciones empiezan mañana, serán dos meses de descanso en los que tendremos que concentrarnos en cuidar de nosotros, y Aiden. Realmente siento lástima por él, por haberse visto involucrado de esta manera en un asunto por el cual no debía preocuparse.
Me llevo ambas manos a la cabeza, removiendo el flequillo a mis ojos, no puedo creer que realmente voy a hacer esto. Doy media vuelta y encaro a Yuriko, está sentada en mi cama con la cabeza de Aiden sobre sus piernas. Acaricia su cabello mientras se esfuerza por mantenerlo dormido.
—Lamento pedirte esto, chibi.
—No te preocupes, Yuriko.
Subo a la cama y camino hasta quedar a la misma altura que la cabeza de Aiden, el sueño inducido por Yuriko no es la mejor manera de dormir, pues es parecido a ser golpeado constantemente con un bate hasta quedar inconsciente, pero me temo que es la única forma de mantenerlo quieto para lo que vamos a hacer con él. Vuelvo a extender los brazos para mostrar mis tatuajes, los que siempre tengo y los que mantengo ocultos.
—¿Qué es lo que vas a hacer?
—Voy a prestarle uno de los tatuajes, de esa forma estará siempre en contacto con la esencia de él Jinete, y no habrá forma de que sufra los efectos de lo que sea que le haya pasado.
Yuriko suspira y acaricia un poco más el cabello de Aiden. La piel de los brazos comienza a pintarse con los tatuajes que oculto, veamos, uno de estos podría funcionar. Cualquiera, en teoría puede funcionar, pero de darle uno con mucha energía podría lastimarlo.
—A ver, tú, tú y tú —de la curva de mi cuello, una lagartija levanta cabeza y camina hasta bajar a la palma de mi mano, lo mismo con el petirrojo que esta en mi nuca y el hurón de mi hombro. Los tres bajan a mi mano y al encontrarse fuera de mi cuerpo toman forma física—. Quédense con él y cuiden que no le afecte el tiempo de el Jinete como a los humanos.
Los animales asienten y saltan al cuerpo de Aiden, exactamente al mismo lugar en el que estaban en mi cuerpo, se recuestan como si fueran a dormir y desaparecen, aunque lo correcto sería decir, que se hacen invisibles. Aiden regula su respiración en ese instante, pareciendo que estaba dormido y ya.
—Despertará y se sentirá mejor, así que llévalo a casa y que descanse, le sentará bien despertar en su cama.
Yuriko observó cómo Akemi comenzaba a vestirse poco a poco, totalmente distraída y sin prestar atención a ella o a Aiden, como si ninguno de ellos estuviera ahí, bueno tal vez fuera así, ella sólo había caído en su casa después de clases porque temía que algo pudiera ocurrir con su novio, y es que, la verdad, había sido culpa suya que Aiden se viera afectado por-lo-que-sea que ya hayan hecho los hostiles. Simplemente no consideraba que a ella pudiera afectarle de esa forma.
—¿Chibi? —la forma en que Akemi volvió la mirada hacia ella, ocultaba algo detrás de esos ojos de cachorro triste que tenía—. ¿Cuál es el problema? Porque parece que sabes perfectamente que es lo que ocurrió.
—Ran tenía esta teoría, sobre una habilidad de el Jinete que permitiera la creación de una realidad alterna. Nunca quiso probarlo ni tratar, porque la simple idea de crear un espacio tiempo que se mueva diferente al resto, suponía un gran desgaste de energía.
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El Jinete |Pausada Temporalmente|
Ficción GeneralDicen que no hay vida después de la muerte. Que tu alma o tu espíritu consigue el descanso eterno y por fin eres libre del pecado. Hay quienes dicen, que aquellos que regresan de la muerte no poseen un alma, sólo son cuerpos vacíos con un único de...