Propio de la época, empezaron las lluvias. Caían rayos y truenos afuera, el agua regaba las flores, estas pronto se abrirían.
Al día siguiente de mi conversación con Byakuya-sama, Arata y Rukia me ayudaron a llegar hasta la sala. No entendía por qué mi cuerpo se sentía tan débil, pero según Rukia, era por el supresor. Sentí que había algo que no me decían, pero no quise insistir. De todas formas, cuando Rukia me contó como el subcapitan Abarai y Kurosaki Ichigo habían intentado defenderla, y como casi terminan muertos, no tuve ganas de preguntar nada más. Solo le pedí perdón, aunque no era suficiente ni la compensaría, era lo único que podía hacer. Rukia dijo que no importaba, que era más importante que los tres estuviéramos bien y que ella nunca me odiaría por algo así, que lo entendía. Después no quiso hablar más del tema, no quería que me alterara y para finalizar dijo que no debía preocuparme, que todo estaba olvidado desde el principio.
Yo nunca iba a poder olvidar que los tres casi morimos por culpa mía.
Rukia también me dijo que Byakuya-sama le había revelado lo de su hermana. Esa noticia me pilló por sorpresa, porque nunca creí que Byakuya-sama fuera a contárselo jamás, de hecho hasta les prohibió a los del clan hablar de Hisana, para evitar que Rukia se enterara de la verdad. Hisana no quiso que ella se enterara de que la había abandonado. Rukia tampoco quiso hablar mucho de eso, porque ahora entendía el porqué de la actitud de Byakuya-sama para conmigo, y también sabía que el clan Kuchiki había hecho lo imposible por separarlos. No sé cómo, pero acabó enterándose de toda esa tragedia que terminó con la muerte de Hisana. Yo a veces creía que los Kuchiki habían agobiado tanto a Hisana que terminaron matándola, yo sabía que los estados de ánimo influían mucho en la salud. En ese mismo momento me sentía tan triste que tal vez por eso no me respondía bien el cuerpo.
Hablando de los del clan, ninguno se había aparecido por aquí para hablar sobre lo que hice. Eso era extraño, creí que no tardarían en caerme encima, aunque pensándolo bien, quizá creían que todavía estaba inconsciente.
Entonces recordé algo "Rukia, dijiste que conociste a Urahara Kisuke ¿sabes dónde está?"
"En Karakura, tiene una tienda, a veces nos reuníamos allí. No creí que hubiera sido un capitán y que lo conocieras."
"Fue hace mucho, él fue el que me trajo a vivir aquí." Dije, recordando el día que pise el Seretei por primera vez. Todo parecía tan simple y ahora... "Si vamos a Karakura ¿puedes llevarme hasta dónde está? Necesito hablar con él, aunque supongo que Ichigo-kun le habrá contado todo lo que pasó, pero necesito verlo."
"Sí, no hay problema, nee-chan ¿pero cómo vamos a ir? No creo que nos den perm..." ella recordó "Ah, tú puedes hacer... eso ¿también puedes ir de aquí hasta el Mundo de los Vivos?"
"Creo que sí, pero necesito reponer fuerzas."
"¿Cómo aprendiste a abrir portales?" me preguntó con curiosidad.
"Desde que llegué aquí puedo hacerlo. No me lo enseñó nadie."
"Bueno, así que nos iremos a escondidas ¿eh? Será mejor que nii-sama no se entere" Rukia parecía divertida con la idea. Probablemente ella también quería ir a ver a sus amigos.
"¿Qué no me entere de que?"
"¡Byakuya-sama!- ¡Nii-sama!" dijimos al unísono. Byakuya acababa de entrar a la sala y se había parado detrás del sofá donde estábamos sentadas sin que ninguna se diera cuenta. Rukia empezó a tartamudear, y yo mejor cerré la boca.
"Últimamente estamos en alerta amarilla por la traición de Aizen" nos dijo gravemente "Así que les agradecería a las dos que si van a meterse en problemas... Mejor no lo hagan" enfatizó sus últimas palabras.
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HEARTH OF DESTRUCTION (Aizen-- Byakuya)
FanfictionHace más de 50 años me casé con Byakuya Kuchiki para proteger la Hogyoku de Aizen. Pero el no me amaba, nunca lo hizo, hasta ahora. Pero yo le sirvo, no me importa, ya que le mentí, solo quiero ser buena para él, aunque el no me quiera, yo estaré co...