HEARTH OF DESTRUCTION (Aizen-- Byakuya)

CULPA

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Taka Kasuma era el nombre de un shinigami joven de cabello castaño, fue uno de los primeros de la Doceava División en integrarse al Instituto de Desarrollo e Investigación como investigador, fue también el shinigami que me entregó ese mensaje de los Kuchiki cuando todavía vivía en la Doceava División, y lo más importante, fue el que me ofreció ayuda.

"Quería transmitirle que si necesita ayuda con algo, cualquier cosa, no dude en decírnoslo. Nosotros la vemos algo así como a una segunda subcapitana y sentimos mucho que tenga que irse."

Me olvidé de él por un tiempo, pero lo recordé un día de invierno en que fui a buscar mis guantes, eran un regalo de Mashiro-chan, de la época en que vivía en la Doceava División. En ese entonces Ginrei-sama estaba enfermo, yo personalmente me ocupaba de atenderlo, pero sabía que no le quedaba mucho tiempo de vida; con todo el ajetreo que suponía eso, Aizen con su mirada sobre mí me ponía los nervios de punta, así que decidí que Aizen podía seguir buscando la Hogyoku, pero que la buscara en otro lado, buscaba la manera de quitármelo de encima hasta que se me ocurriera que hacer. Por eso recordé a ese shinigami.

Me tomó varias semanas, pero logré crear una copia exacta de la Hogyoku y la llevé a la Doceava División, ellos todavía no tenían un capitán, la Doceava División había quedado temporalmente a cargo de Taka Kasuma. Taka Kasuma me pidió que lo llamara Kasuma, en lugar de Taka-san, su personalidad amable me recordó un poco a Aizen, salvo que él no estaba fingiendo. En verdad quería ayudarme desde el fondo de su corazón, pude leerlo en sus ojos.

Decidí contarle a Kasuma lo que pasó con nosotros esa noche antes de que nos condenaran a muerte. Mi primera opción fue que él no me iba a creer, para eso estaba preparada, pero me creyó y yo le mostré la Hogyoku, la falsa, no la verdadera. Le dije que necesitaba guardarla en el viejo laboratorio que usábamos Urahara y yo, él accedió a ayudarme a proteger la Hogyoku falsa, nunca le dije que no era la real, otros miembros del Doceavo Escuadrón lo siguieron y dijeron que me apoyarían para que la Hogyoku no cayera en manos de Aizen. Confiaron en mí demasiado fácilmente, quizá fue porque realmente sentían que Urahara, Hiyori-chan y yo hubiéramos tenido que irnos, o quizá fue cosa de Kasuma o finalmente una combinación de ambos.

Use el Ojo que Todo lo Ve para seguir los pasos de Aizen, sabía que tenía Kaname Tousen vigilándome, así que sembré pistas para que creyeran que me había desecho de la Hogyoku y escondido en otro lado. Funcionó, era cuestión de tiempo para que descubrieran donde estaba. Para mi ese era un plan que solo funcionaría temporalmente, lo sabía de antemano, así como también sabía que no iba a terminar bien para ellos, nadie que se metiera con Aizen salía bien parado, incluyendo a Urahara y los demás, yo misma también era un ejemplo. Creí que podría llevarme la Hogyoku falsa antes de que Aizen y sus dos cómplices los alcanzaran, pero el Ojo que Todo lo Ve falló, no veía nada, era como si todo el futuro se hubiera desvanecido.

Al final comprendí que no los podía ver porque ellos no tenían un futuro, yo los maté el momento en que les entregué esa Hogyoku falsa.

Ellos protegieron la Hogyoku por tres estaciones. El primer día de primavera Byakuya-sama vino con la noticia de que la mitad de los miembros del Doceavo Escuadrón habían sido masacrados, incluyendo al futuro Capitán Taka Kasuma. Aizen, Gin y Tosen los enfrentaron para conseguir la Hogyoku, pero al darse cuenta de que era falsa, mataron a todos aquellos que los hubieran visto o tenido algo que ver con eso para no ser delatados.

Estuve con Byakuya-sama en el funeral de todos ellos, 56 shinigamis muertos, el ataúd de Kasuma entró al final. El asesino no había dejado rastro, yo sabía quiénes eran los responsables, pero no podía decir nada; también me hubiera gustado despedirme de Taka Kasuma, pero tampoco pude hacerlo, no pude acercarme a su cuerpo y darle las gracias.