REENCUENTRO

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Me había acostado en una de las camillas de la enfermería, en la que estaba más al fondo, mirando el techo, sujetando el mango de Benihime. Ella señaló algo y susurró "media noche", no oí todo lo que dijo, fue demasiado fugaz y su voz era apenas audible, pero era obvio que trataba de decirme algo sobre Urahara.

Media noche.

Ni siquiera podía darme cuenta de la hora en esos momentos, podía ser que faltara mucho para la media noche en la Sociedad de Almas, o faltaba muy poco. Menos me imaginaba que sería lo que pasaría a media noche y tampoco entendía lo que Benihime señalaba ¿la pared? No, más bien parecía que quería que hiciera algo ¿abrir un portal en esa pared?

Abrir un portal en esa pared a la Sociedad de Almas. Tenía que ser Urahara tratando de contactarse, no me había comunicado con él, a decir verdad se me había olvidado por completo, pero ni yo misma sabía lo que iba a hacer. Al principio parecía muy fácil, pero estaba mezclando mis sentimientos con mis objetivos y eso me tenía varada. Ya no tenía un objetivo, solo quería detener a Aizen cuando vine aquí, pero ya ahora no podía.

Que imbécil soy.

Me había enamorado del mayor traidor de todos los tiempos, la persona que intentó asesinarme y me persiguió por años. Hace un par de meses ni siquiera podía soportarlo cerca de mí, por su culpa Urahara y los demás tuvieron que irse... Por su culpa tuve que casarme con Byakuya.

Era muy irónico como estábamos ahora, yo había sacrificado tanto para detenerlo, para alejarlo de mí, mi vida y la vida de otros también, solo para terminar así. Me merecía un premio a la estupidez, tal vez incluso la muerte. A lo mejor podría quedarme aquí y ver lo que sucede, de todas formas en la Sociedad de Almas no había muchas personas que me estimaran, Rukia sí, pero Byakuya-sama cuidaría de ella.

Escuché pasos y sentí la presencia de Aizen en la enfermería, no me moví y seguí mirando al techo aun cuando se paró a lado de la cama, sentí que me esculcaba con la mirada.

"¿Quién te hizo esto?" sentí sus dedos en mi cuello, me dolió un poco. Yo misma me llevé una mano a la garganta para palparla, recordé que la arrancar me había estrangulado y seguramente me había dejado marcas. Me había hecho cargo de los moretones de mi cara, no tenía marcas en la piel de mi cuello cuando me miré en el espejo.

"¿Qué cosa?" respondí sin ganas y sin mirarlo.

"¿Alguien intentó estrangularte?" sí que era observador. No sabía si decirle o no, si le decía estaba claro que seguramente acabaría con esa arrancar y su amiga si se enteraba de que intentó matarme, pero yo me sentiría sometida, como una niña corriendo a quejarse con su padre, además no quería que Aizen se tomara más atribuciones hacia mí.

"No." me senté "No sé a qué te refieres." Alargué una mano para agarrar el espejo que había estado usando para los golpes de mi rostro, miré con el mi cuello, como si no entendiera lo que Aizen me estaba diciendo

"¿Y por qué te quedaste aquí?"

"Estoy cansada." busqué zanjar la cuestión, no quería decirle la verdad, ya estaba cansada de ser la alfombre de todos. Se me ocurrió una idea "¿Puedo pedirte una cosa?"

Él me miró ceñudo "¿Qué?"

"¿Te molestaría que tome a dos arrancars como asistentes?"

"Depende para qué."

"Bueno, necesito ayuda con algunas cosas en el laboratorio." mentí, en realidad Lylinette me ayudaba bastante bien cuando lo requería, pero tener a esas dos en mis manos era buena idea para mantenerlas bajo control. Aizen lucía como si lo reflexionara a profundidad.

HEARTH OF DESTRUCTION (Aizen-- Byakuya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora