Capítulo 4

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- Ghh; no me hagas repetirlo todo- digo...estoy...- suspiro y me miró un poco serio, bajo la mirada, volvió a suspirar pero mirando hacia arriba y me volvió a dirigir la mirada; se podía ver un pequeño rubor en sus mejillas.- Estoy muy seguro de lo que dije...eres la criatura más hermosa que jamás había visto en este mundo mortal ...no lo pienso repetir otra vez...así que más te vale que lo hayas escuchado muy bien- dijo mirándome con un enojó de niño pequeño, así ya no se veía tan terrorífico, se veía...se veía hasta lindo.

Me límite a sonreírle un poco, a lo cual el me miró con una interrogante en los ojos, reí un poco y se alejó un poco de mí. Acabó su cigarrillo y se volvió a acercar

- ¿No quieres ir a otro lado?

- Hmmm... ¿Cómo?...

- No sé; es tarde y se supone que deben de comer ¿no?...¿ya comiste?

- Su discusión no me dejó- dije un tanto molesto; tenía planeado visitar la cafetería que me había recomendado mi mamá en sus tantas notas que me dejó antes de que se fuera.

- Ehem...la cafetería ya está cerrada- dijo casi como si hubiese leído mis pensamientos. - ¿Alguna otra idea?

- A-ahhh...si gustas podemos ir a un restaurante de comida chica saliendo de la universidad, está a media hora caminando... ¿gustas ir?

- Hmmm...si eso te gusta a ti- dijo un tanto (muy) indiferente. Metió la mano en uno de sus bolsillos y sacó las llaves del auto. – No pienso ir caminando hasta ese lugar tan solo por llevarte a comer- retiro todo lo bueno que dije de este chico.

El camino estuvo muy callado. Más que un silencio normal; era un silencio incomodo, nuestras miradas se encontraban una que otra vez, su mirada me incomodaba, tanto que hacía que mi piel se erizara.

Tampoco ayudaba el clima y no traía nada con que cubrirme, así que subí la ventada del copiloto y bajé las mangas de mi playera, que tenía remangada.

- Es aquí- dije señalando un pequeño restaurante en la esquina de una calle, se estacionó cerca de donde estaba el restaurante y entramos. Rápidamente el olor a cerdo y verduras inundó mis fosas nasales, haciéndome dar un gran suspiro, no sé a este chico pero a mí, me encantaba la comida china.

- Hmmm...no huele tan mal.

- ¿Nunca has probado la comida china?

- ¿¡QUÉ!? ¿Comer lo mismo que ustedes los humanos? Jamás...

- Hmmm...pues esta te va a encantar; este es mi restaurante favorito

- ... ¿Eres muy tierno sabes?- dijo mirando el menú con una sonrisa ladina. – Si me preguntaras qué comería de lo que estoy viendo, respondería qué a ti- yo miré a otra parte y después tomé el menú y me escondí atrás de.

- Buenas noches... ¿qué van a ordenar?- dijo la mesera lista para tomarnos la orden. Teufel la miró por unos segundos y la chica se sonrojo, desvió la mirada para luego agachar la cabeza. Teufel sonrió y luego me miró.

-Buenas noches...una orden dos.

- ¿No vas a ver que tiene?- dijo Teufel mirándome con una ceja arqueada.

- Ya se lo que lleva...confía en mí.

- Bien...y dos cervezas claras por favor- dijo dándole la carta a la mesera.

- T-Teufel...y-yo- y justo la mesera se fue a la cocina. Mire un poco nervioso a Teufel, él me miró un poco divertido y luego se acercó a mí.

- ¿Acaso es que jamás has bebido?~ Claro...como eres un santo- dijo acariciando mi mentón y mordiendo su labio.

- ¡N-No es cierto! S-si he llegado a tomar...p-pero no...h-hace mucho que no tomo...

- Cierto...bueno, no pasa nada, hoy será tu regreso al manjar del alcohol, pero a juzgar por cómo eres, no creo que aguantes más de dos así que solo te dejaré tomar una.

No me convencía para nada tomar en frente de él, pero la verdad es que no queríaponer a prueba su temperamento y pagar los platos rotos de su demencia. Me recosté en la mesa y lo miré detenidamente; de facciones masculinas, cabello oscuro, completamente lacio, pero con un look demasiado atractivo.

Alto, fuerte, de espalda ancha y de manos grandes, ojos de un hermoso y anormal color, labios de buena proporción y un poco carnosos, ojos medianos y de contorno serio, cejas grandes pero no juntas...era...terriblemente guapo; de mentón recto y, cuando sonreía, se le podían ver sus colmillos, que sobresalían de toda su dentadura, era magestuoso; toda una belleza de cuidado...¡¡N-NO PUEDO PENSAR SEMEJANTES COSAS Y M-MÁS SI A MI NO ME ATRAEN LOS CHICOS!!

- ¿Qué te pasa, ya te acostumbraste a verme o es que ya quieres que te lleve a la cama?-su arrogancia era tan grande como el mismo universo, era la mezcla perfecta junto con su aspecto. Sonrió y siguió mi juego, me miró por un rato.

- N-no hagas eso.

- ¿Mirarte? No me mandas dulzura; tú si puedes mirarme cuanto quieras... ¿y porque te sonrojas? ¿Acaso no puedo verte? Es tentador no hacerlo; tienes rasgos faciales muy finos, tus ojos son de un muy lindo color...jade si no me equivoco, de estatura pequeña, complexión delgada...muy buen culo ~...tengo que admitir que de todas las veces que he cogido jamás pensé en qué pensaría en hacerlo con un chico...

- T-Teufel...n-no digas esas cosas en público...

- ¿Y si no quiero? ¿Me vas a obligar dulzura?

- ...- preferí no contestar a ese argumento, dejándome fulminar con su mirada victoriosa y burlona. Se recargo en el respaldo del gabinete dónde nos tocó y me mandó un beso bastante promiscuo. Yo solo me crucé de brazos y me quede mirando a la ventana.

Llegó la comida junto con las bebidas, y él miró los platillos con un poco de asco y yo miré las cervezas. Comenzamos por la sopa, que era sencilla pero me encantaba; pollo, fideos de arroz y verduras. Teufel la tomó entre sus manos y me miró de reojo.

- ¿Cómo se come?

- Con la cuchara...- dije mirándolo sorprendido, no podía concebir a alguien que no supiera comer con cubiertos, veía la cuchara y los demás como un niño mira curiosos algo que acababa de descubrir. Siguió hasta que le dije cómo se ocupaban, me grito de que ya sabía y siguió con su comida.

No hubo mayor plática que la de "pásame el pollo agridulce" o "el plato de verduras con almendras y germen" Terminamos de comer y nos trajeron unas galletas de nuez con vainilla y un poco de té.

- ¿Hay algo más en el que les pueda servir?- dijo la mesera mirando de reojo a Teufel, él la miró coqueto y le sonrió.

- No primor, gracias~- ella se sonrojó y asintió como idiota.

- Nada más, muchas gracias- dije sonriéndole a lo que la chica me respondió con una misma, luego se fue tirando un salero y golpeando una silla por pensar en este idiota. Cuando se fue pude sentir la mirada de Teufel encima mía.- ¿P-Pasa algo?

- ¿Por qué le sonreíste? Respóndeme porqué le sonreíste a esa tipa...

(El nombre de Teufel se pronuncia Toifel, ya que viene del alemán y las reglas gramaticales lo marcan así)

DIABLODonde viven las historias. Descúbrelo ahora