𝘽𝘼𝙏𝙄𝘾𝙊𝙍 || TEEN WOLF²

I

Una mentira que consume

Phoenix:

Los pasillos del hospital de Beacon Hills estaban tranquilos por esas fechas, por momentos podías observar a algún doctor conversando con un colega, enfermeras junto a pacientes y alguna que otra leve urgencia.

Phoenix aceleró sus pasos caminando por los pasillos que ya había memorizado, acercándose a una habitación que ya era conocida por ella al haberla concurrido diariamente por largos lapsos. Al llegar puede observar a Stiles en unos incómodos asientos frente a la habitación durmiendo tranquilamente pese a la extraña posición. Phoenix estaba segura que cuando despertara lo haría con mucho dolor de espalda y cuello.

Phoenix soltó una risita y se encaminó a la habitación, entrando silenciosamente esperando que la actual dueña de la habitación esté dormida, sin embargo siendo todo lo contrario, Lydia voltea a observarla expectante mientras se acomoda recta en la cama. Phoenix mantiene una sonrisa en su rostro mientras se acerca a la rubio fresa y coloca un suave beso en su frente.

Lydia cierra los ojos por un momento, el dolor de cabeza que estaba teniendo desaparece apenas los labios de la platinada rozan su piel, una ligera sonrisa flota en su rostro sin ser consiente que Phoenix uso de sus poderes para quitarle todo dolor que este sintiendo.

— ¿Qué haces aquí?— pregunta Lydia abriendo nuevamente los ojos y mirando aun expectante a la platinada quien coloca una fingida cara de ofensa en el rostro antes de sentarse en uno de los sillones de la habitación. 

— ¿Es qué ya no puedo venir a visitarte?— Lydia rueda los ojos divertida ante el drama de su mejor amiga. 

— Sabes a lo que me refiero, tu deberías estas preparándote para esta noche.

Phoenix suspira, y removiéndose en el sillón contesta. —Lyds, ya hablamos de esto, no haré nada— extiende su mano acariciando la de la rubio fresa quien frunce el ceño y se cruza de brazos.

— Es tu cumpleaños Pho, no deberías cancelarlo por mí.

— Con más razón, es mi cumpleaños y hago lo que quiera y si estoy aquí contigo en vez de en una fiesta con un montón de gente es porque no quiero estar con nadie mas que no seas tu. 

Lydia la observa mientras su labio inferior tiembla y sus ojos se cristalizan. 

— No llores o me harás llorar a mi y no quieres verme llorar, me pongo fea Lydia Martin. ¡Muy fea!— exclama provocando que Lydia ría y Phoenix la imite. Una vez ya calmadas, Phoenix hace notar las dos bolsas que traía con ella. — Muy bien— habla mientras se agacha recogiendo cosas de las bolsas haciéndolas notar frente a los ojos de Lydia. — y para que conste, voy a festejar mi cumpleaños pero será contigo y en este preciso momento— coloca una bandeja con cuatro coloridos cupcakes rosa para Lydia y lilas para ella y encendiendo una velita en cada uno, mira a Lydia quien comienza a cantarle suavemente el feliz cumpleaños. 

Phoenix no puede alejar la mirada de la rubio fresa quien esta mas atenta al fulgor de las velas mientras sigue cantando, una sensación cálida le invade el pecho al ver a su mejor amiga. Recuerda el terror que sintió al verla llena de sangre, al ver que no despertaba o que la mordida no actuaba en ella, como también recuerda el alivio que sintiendo al verla abrir los ojos y escuchar su voz y lo bien que estaba. Phoenix se culpó de no protegerla como debía, Lydia era parte de su todo, la necesitaba, siempre la necesitaría. Phoenix no podía perderla, Lydia la hacia sentir la tierra bajo sus pies, era su calma, su cable, su todo prácticamente.

Una de las razones por las que Phoenix cada vez se esforzaba mas en aprender como defenderse y como defender a otros con sus dones, no podía permitir que le pase nada a la rubio fresa. Ella estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para protegerla. 

— Feliz cumpleaños Pho— finaliza y la platinada sopla las velas. Ambas ríen antes de comenzar a comer los cupcakes, compartiendo entre ellas.

— Por cierto— habla Phoenix a mitad de su segundo cupcake llamando la atención de la otra chica, se agacha y toma la segunda bolsa, esa que no había tocado desde que llegó. — me tomé la molestia de comprar mi regalo de tu parte, así que haremos de cuenta que yo no sé nada y tú— le pasa una bolsa— me das este regalo.

Lydia suelta una carcajada de esas que solo provoca la platinada y asiente. — Pho— la llama y extiende la bolsa— Feliz cumpleaños— dice con una sonrisa. Phoenix se muestra emocionada y sonriendo como niña abre la bolsa y saca un diario hecho a mano a simple vista se nota que las primeras veinte hojas están usadas. Phoenix abre el diario pasando pagina por pagina donde puede observar varias fotos de la chica desde que era niña hasta ahora, hay recortes, flores pegadas con cinta adhesiva, fotos con su padre, de sus amigos, pequeñas notas y unas diez cinco paginas dedicadas especialmente a las dos chicas con millones de fotos de ellas juntas, ambas ríen observando las fotos.

— ¿Estas llorando?— pregunta Lydia notando como imperceptibles lagrimas bajan por el rostro de la platinada. 

-— Obvio que no— dice volteando a otro lado para limpiar las lagrimas— sólo me entró una basurita en el ojo— se excusa pero Lydia de igual manera la abraza fuerte, inmediatamente Phoenix le devuelve el abrazo aun mas fuerte. 

— Te quiero Pho.

— Te amo Lyds. —susurra apretándola contra si. 

Cuando Phoenix hizo ese diario pensó mas como un regalo para Lydia, para Stiles, para su padre e incluso para Scott, un diario que mostrara lo feliz que fue junto a ellos, un diario que completaría hasta su ultimo aliento, un diario que creyó que no daría en mucho tiempo sin embargo el crecimiento de sus marcar avanzaba al igual que el dolor. 

Phoenix solo pudo aferrarse a la rubio fresa mientras una parte de ella se quebraba ante el silencio, ante el peso de un secreto que la estaba consumiendo. Phoenix solo pudo pensar que no podría despedirse de todos, no si iba a doler tanto como dolía su pecho en ese entonces. 

Bueno, hola. Que comience el quilombo

pd: Be is coming

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