𝘽𝘼𝙏𝙄𝘾𝙊𝙍 || TEEN WOLF²

VIII

LO MEJOR DE MÍ

Phoenix

Phoenix intentaba mantener la calma. Las cosas no estaban saliendo como ella deseaba y eso la tenía un poco nerviosa, odiaba ver como nada estaba en su poder.
La noche anterior, se enteró por el propio Stiles que la rara criatura de cola no sólo era real, sino que se encontraron cara a cara y no lo atacó sino que lo paralizó mientras mataba al mecánico en realidad. Una máscara. Stiles decía que era como si usará una máscara y lo haya reconocido.

Phoenix sólo podía llegar a una conclusión, era alguien que los conocía y eso sólo lograba ponerla más nerviosa de lo normal. No soportaría tener que lastimar a alguien que quiere, sólo porque se convirtió en una especie de criatura rara con cola y la capacidad de paralizar.

Phoenix ya se haría un tiempo para ponerse a pensar en quien y que podría hacer esa criatura. Mientras tanto, se mantenía sentada sobre un tren abandonado junto a Boyd quien resultó ser sorpresivamente agradable y observaban como Derek derriba una y otra vez a los rubios betas.

— ¿Cheetos?— le ofrece el adolescente a la platinada que mantenía su ceño fruncido mientras observaba como Derek lanzaba lejos a Isaac. Phoenix volteó a verlo y dándole una sonrisa aceptó metiendo la bolsa para sacar un par y masticarlos feliz.

—¿Podrían intentar no ser tan predecibles?— les preguntó un aburrido Derek luego de dejarlos a ambos al mismo tiempo en el suelo.
Sus deseos fueron cumplidos cuando, sin nadie esperarlo, Erica se lanzó a sus brazos besándolo bruscamente.

El silencio se hizo en el lugar ante tal escena y Phoenix no pudo evitar enarcar una ceja cuando, por un segundo, Derek le correspondió, sin embargo, se quedó en un segundo antes de lanzarla nuevamente al piso con brusquedad.

— Es las última vez que haces eso.

— ¿Por qué?¿Por qué soy una beta?— preguntó la rubia desde el suelo ofendida y con las mejillas rojas levemente avergonzada.

— Por qué quiero a alguien más para ti.

— ¿Terminamos?— interrumpe Isaac con las mejillas rojas por el esfuerzo hecho y completamente exhausto logrando obtener toda la atención de la platinada a él. — Tengo cientos de huesos que necesitan horas para repararse.

Derek lo miró y se acercó al chico levantándolo y consiguiendo que la platinada se tensara en su lugar sin confiar en la sorpresiva comprensión del pelinegro.

— Ven aquí— Derek le toma el brazo sin avisar y lo rompe provocando que Isaac caiga de rodillas y suelte un alarido de dolor.

Phoenix no se mueve de su lugar, solo alza la mano hacia arriba y extiende sus dedos para luego relajar la mano y empujarla en dirección a Derek, al instante, un golpe de energía invisible a los ojos de todos, lanza a Derek contra una columna otorgándole grietas que no amenazan que caiga.

— Ataque. —habló la platinada ahora poniéndose derecha y ocultando el temblor de piernas que la amenazaba con caer debido al uso de poder en su débil cuerpo. Derek corrió hacia la chica, mientras esta acomodaba su sweater, lanzando un puño hacia su costado que la chica detuvo con su antebrazo y lanzó una patada dándole en el torso descubierto y agachandose, tomándolo completamente desprevenido, pateó sus pies logrando que caiga a suelo. — Defensa.

La platinada observó con una sonrisa traviesa al adulto bajo suyo quien solo pudo levantar la comisura de sus labios observando lo fuerte que se convirtió aquella chiquilla que a la edad de diez años se ponía celosa cuando lo veía partir a la escuela esperando ver a una castaña en la sala de música.