VII

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Juntos

Phoenix

Ese día, la mansión Ainsworth se imponía con un aura de tensión, nerviosismo y tristeza. Como si la propia casa supiera las emociones de sus propietarios y lo que se viene acercando. Como si la propia casa pudiera sentir a la muerte cerca.

Y los propios dueños lo notaron, sin embargo su invitado inesperado por suerte no. Isaac tocó la puerta principal con nerviosismo sabiendo lo mucho que se arriesgaba al ser el más buscado del condado actualmente. Sin embargo, no tuvo tiempo de siquiera pensar en buscar otra forma de entrar cuando la puerta se abrió.

Gehenna Ainswort se alzaba empoderada e intimidando al chico, pese a ya haberla conocido anteriormente cuando recogió a Phoenix para el baile. Los fríos ojos plata de la mujer, escanearon al chico rápidamente, mientras este se encogía en su lugar.

— Tu eres Isaac, el chico que llevó a Phoenix al baile, ¿verdad?

El rubio tragó saliva mientras asentía sonoramente. — Si señora. Vine a ver a Phoenix- Gehenna arqueó una ceja. — Quiero decir, si ustedes, si usted, me lo permite. Señora.

Gehenna no quitaba la mirada del chico provocando que este se incomodara ante la mirada de la platinada, había algo en la mujer que inquietaba completamente a los sentidos de Isaac y lo tenían inquieto, molesto y tenso, como si todo ella gritara peligro. Isaac levantó la mirada, enfrentando la plata de la mujer y quedó completamente mudo al notar la ferocidad de estos y la sonrisa torcida de la mujer, exactamente como si ella supiera lo que el estaba pensando y sintiendo y lo confirmara.

Sin embargo, Gehenna no pudo responderle ya que, para el alivio de Isaac. Aaron Ainswort hizo acto de presencia al ver porque su mujer tardaba tanto.

La mirada apagada pero segura y tranquila que le dio Aaron a Isaac lo hizo sentir mucho mejor pese a que la sensación que le dejó la madre de su amiga todavía no abandonaba su cuerpo. Sin embargo, pese a eso, Aaron le permitió entrar en la casa mientras lo guiaba al cuarto de su hija.

— Me alegra que Phoenix tenga un amigo que tu, le hará bien despejarse un poco.

— ¿Ella está bien? Me enteré que faltó a la escuela y siendo sincero, anoche no se veía muy bien.

Aaron le brindó una corta sonrisa. — Lo está, solo agarró un poco de fiebre y tos, nada preocupante que un reposo no pueda curar. —ambos hombres se detuvieron a unos metros de las puertas que, Isaac suponía, daban a la habitación de la persona que el quería ver. — Isaac, eres un chico agradable, en serio, creo que después de Stiles, tu eres mi favorito. Así que te pido esto, y disculpame si sueno egoísta. —Aaron suspiró. —Entiendo que eres un hombre lobo ahora y que por sobre todo estas siendo perseguido por la policía del condado, como también se que Derek seguramente te contó sobre nuestra familia, así que necesito que estés con Phoenix, últimamente no la esta pasando muy bien y necesita mas amigos pero ella me mataría si se lo dijera.

— Phoenix es una muy buena amiga señor Ainswort, pero me preocupa lo que usted dice, ¿hay algo que debería saber?

— Phoenix te necesitara, cuando ella se sienta segura lo dirá, pero mientras tanto, sobrevive y mantente a su lado. ¿Podrías hacer eso por mi? ¿Podrías cuidarla?

— Lo prometo.

Los ojos de Aaron brillaron con cierto alivio antes de dejarlo solo en el pasillo. Isaac solo se quedo mirando la espalda del hombre alejarse, aun con sus palabras rondando en su mente. Sin embargo, sacudio la cabeza borrando esas palabras de su cabeza mientras se encaminaba hasta la habitación de la chica.

𝘽𝘼𝙏𝙄𝘾𝙊𝙍 || TEEN WOLF²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora