No Eres El Indicado.

Capítulo 9 "Psiquiatra"

Anteriormente:

“Estábamos en el evento navideño como siempre, ya era la hora de marcharnos pero el niño bonito de Ashton se quedó hablando con una "amiga".

—Me quiero ir —suspire frustrada. No era nada lindo estar en tus días y tener aun el despecho del año.

Me voltee y ahí estaba. Joseph, con una chica tomados de la mano... Sentí un vacío inmediatamente y el nudo de mi garganta quería estallar”.

2015; Septiembre.

Nadie. No tenía a nadie, mi madre me seguía ignorando igual que mi hermana, Felicity no me hablaba ya que su supuesto mejor amigo Leo, quien le dijo que yo hablaba mal de ella con Juliana, así que dejó de hablarme; Marie la habían corrido de casa y perdí contacto con ella. Joseph después de jurar amor eterno y ni tener tres semanas de haber terminado estaba con otra. Sin dudas no era el indicado.
Durante todo este tiempo me convertí en una Magdalena, en realidad lo amaba, ¡demonios! Tal vez no era el chico más hermoso o con linda sonrisa, pero era quien me amaba tal como era con mis gorditos, mi extraño cabello rizado y mis típicos ojos castaños. Él me quería y él hizo que todo pensamiento malo sobre mí se esfumaran.

Me levanté otra vez con cara de culo y hice mi rutina, esta vez fue distinta. En el piso había un hojilla, respire hondo y lo observé.

“Hazlo”.

Esa voz se repetía una y otra vez, pasé la hojilla por mi piel dejando una línea con sangre.

“Ay ya nadie te quiere gordita AJAJAJAJA... Otra vez y no vayas a comer hoy, estás GORDA”.

Dejé cinco líneas, cinco líneas por cada imperfección. Y así fue como se integró en mi rutina, una cortada en cada pierna, odiaba ser así, odiaba sentirme tan sola, estaba muriendo y nadie se daba cuenta. Nadie.

—¿Vas a comer? —Denna gritó desde la cocina.

—No.

—Deberías, estás toda pálida, delgada y con unas ojeras para tres caras —bromeo y su cara se volvió seria —Ok, come o llamaré a mi mamá.

—Llámala —seguí mirando hacia la nada —No tengo apetito.

—¿Que es eso? —señaló mis piernas.

—Nada.

—¡Te cortas! —levantó mi short haciendo visible las cortadas —¿¡Que te pasa!?.