No Eres El Indicado.

Capítulo 62 "Te Prometo"

Cuando vuelvas a LoDo me mandas un texto amor.

Me parece raro que de la mañana a la noche Joseph me escribiese de forma tan cariñosa...  Releo, releo y releo. Me parece tan raro.

A los cinco minutos me llega otro texto pero esta vez es de Silas, ¡Olé!.

Cuando estés aquí, podríamos reunirnos... Ya sabes, para recordar los viejos tiempos.

Ay mi dios, golpee mi frente con la palma de mi mano. Dos personas con personalidades y formas completamente distintas, suspire lo mas hondo posible el viernes iría a Denver y estoy tan emocionada aunque mi primo papá oso no quiera.

Te mantendré al tanto cuando llegue a Denver Joseph, un beso saludos.

No me molesta el echo que Joseph me escriba, es divertido y agradable, en cuanto a Silas... Bueno, bueno bueno, es mejor dejarlo así y responderle o se pondrá peor que una embarazada a punto de dar a luz —por experiencia, gracias Marie —.

Cualquier cosa referente a sexo o intimidad OLVIDAR, no creas que iré sólo por eso. Silas date por vencido por el amor a dios.

Subí la mirada y conseguí a mi prima cocinando mientras yo arreglaba las maletas para irme mañana, Vanessa es la única que puedo conversar por infinidades de horas igual con Rogger. Desde que llegué aquí ellos hicieron que me sintiera bienvenida a la familia, de mis tíos sólo mi tía Milly y mi tío Marcus. Mi otro tío con el que me estoy quedando en la casa pues no nos llevamos del todo bien.

***

—¿En serio te vas a ir hoy? —exhalaba el humo del cigarro.

—Te dije que me iría el viernes —reí —Tranquilo no me extrañaras papá oso, así tienes un respiro de aire Denver.

Ríe.

—Volveré lo mas pronto posible y ni lo notarás.

—¡Te estaré llamando! —grita mientras yo caminaba al autobús.

—¡Esta bien, papá oso!.

Llegué a Denver y el calor es increíble, pues odio el calor. Caminé hasta ya que me quedaba cerca y me apetecía, automáticamente le escribí a Joseph ignorando el echo que también tenía que escribirle a Silas, pero no tengo suficiente ganas de verlo a él.

Ya en la noche estando con Jenna, Luis unos de los chicos serenata y Miguel, íbamos al centro comercial; los dos son lindos pero Miguel se notaba de lejos que es gay, ¿por queeee? Y es que todos los lindos de esta zona siempre terminan siendo gay, claro no estoy en contra, ellos le dan un toque fancy a nuestras vidas.
Desde lejos veo alguien aproximándose súper alto, pero la poca luz me oculta la identidad de aquella persona hasta que estaba a centímetros cerca.

—¡Koko! —me abrazó

Su aroma.. No ha cambiado, cuando nos separamos noto que tiene un nuevo tatuaje en el brazo.

—Justamente te iba a llamar —me muestra su celular.

Sonrío.

—Y yo a escribirte...

—¿Que vas hacer ahora?.

—Iré al centro comercial a comprar unas cositas, ¿por?.

—Iré a casa, tomaré una ducha y luego te llamo ¿vale? —toma mis manos y comienza jugar con mi anillo anular.

—Espero tu llamada —me despido con un beso en la mejilla y camino junto a Jenna.

12:30 p.m. estaba con los chicos bebiendo un par de cervezas cuando mi celular cayó una llamada: Joseph R. Miarma hasta que el guapito aparece.

—¿Alo? ¿Dónde andas amor?.

—Estoy con los chicos bebiendo unas cervezas, ¿y tú?.

—No te muevas, iré a buscarte.

Cuelga y me deja tónica, volví a sentarme con los chicos. Sigo triste que Miguel sea súper gay.

—Khloé, tienes un parecido a Luis, ¿no te has dado cuenta? —sonríe, pero que me mueroooo.

—No le creas, lo dice por nuestro cabellos —ríe.

Luis tiene un cierto atractivo, sus facciones son neutras, cabello rizos, lentes y un septum que adorna su nariz. Tiene un aire fresco y relajado.

—Tranquilo me lo imaginé —sonrío. A lo lejos observe un auto rojo estacionarse en la entrada y ahí salió Joseph buscando algo con la mirada hasta que sus ojos chocaron con los míos.

—Nos vemos más tarde chicos, tengo que salir —sonrío y apresuro el paso.

—Hola... —me vuelve abrazar. Veo en el auto a Jonah quien me hace reír con sus comentarios referente a Joseph.

—¿Y que vamos hacer?.

—Ven conmigo, prometo no entregarte temprano a tu hermana —me guiña y entrelaza nuestras manos empujando hacia él.