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Por ahí estare haciendo encuestas, dando noticias de mis libros y muchas cositas importantes ❤

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Punto de vista de Joseph

Comencé a sentir deseos de orinar cuando a través de la ventanilla de la habitación se apreciaban las nueves y algunos largos troncos de árboles. Aprieto las piernas, levanto la mano y la coloco sobre las rodillas. Me siento hecho trizas. Cada vez que los segundos pasaban sentía como mi sufrimiento incrementaba. El llanto de mi hija ocasionaba que me volviera agresivo y la protección crecía, mi pequeña está sufriendo, yo sufriendo el doble. No entiendo cuál es el odio de padre hacía en estos momentos, hacerme el muerto debió por lo menos haber descansado de eso, pero no se empeña tanto en mi sufrimiento que no está midiendo sus fuerzas, ahora tiene a mi hija. Temo que le haga algo para hacerme sufrir más de la cuenta.

¿Es qué, acaso no tiene ese lado humano?

¿Qué sucedió para que estuviéramos en estos escenarios?

Tantas preguntas sin respuestas. Mi cabeza dolía pavorosamente, mis brazos ya parecen gelatinas, tantas muestras de sangres me han debilitado dejándome mucho peor que antes. Los hombres que acompañan a padre demuestran tanto la satisfacción de verme sufrir. Estaba perdiendo las esperanzas de que Jules pudiera rescatarnos, siempre me llegaba a la mente, morir. Pero el llanto de mi hija me llenaba ese sentimiento que no sentía desde hace un año, miserable e inservible.

Lloraba en silencio, yo mismo me ahogaba en mi sufrimiento. La fe ya no es parte de mi mente. Solo quiero salvar a mi hija; es demasiado pequeña para que sufra estas cosas, yo debería sufrirlo, no ella. No tiene la culpa de tener un abuelo psicópata. La sola idea de poder perder a mi hija y quedar con vida me sería imposible de procesar.

—Las pruebas han finalizado por hoy —expresa el afroamericano. Ahora, sé que se llama Víctor Hugo Abreu.

Siento como la movilización de mi cuerpo tambalea cuando unas toscas manos toman posesión de mi cuerpo. El afroamericano me observa intensamente cuando nota como mis ojos se mueven de lado a lado, ya casi ni puedo distinguir, no puedo mantener mis ojos fijos. La debilidad de mi cuerpo se incrementa, es un dolor nulo interno. El hombre que está obsesionado conmigo busca la manera de que cambie de idea y termine por darle mi aceptación como un hombre en mi vida y no como un amigo u otra cosa. En varias ocasiones intentó violarme, pero, el llanto de Hope hacia que se arrepintiera. En los escasos días en que llevo aquí, he conocido profundamente a Abreu. Efectivamente, no podría creer que conocer otra faceta (aun peor que la de mi padre), creaba diferentes ángulos donde me deja morir sin importarle. Como en la primera muestra de sangre, donde tuvieron que interferir una vía en mi muñeca derecha. Encontrar mi vena fue un problema; ya que por los nervios, no se dejaban encontrar, aunque el punto no es ese. El punto es que nunca había conocido su verdadero carácter, pensé que, el que me demostraba en casa, era el actual. Que equivocado estaba. Solo es el principio de mí mismo sufrimiento. Lo peor de todo es haberme enterado que asesino a mi madre luego de la explosión. Eso fue... como... mi misma devastación.

Las lágrimas picaban mis ojos, con tan solo recordar la fría mirada con la que relataba el sufrimiento de mi madre ante sus ojos. En como disfrutó verla morir, en como violaba sus posesiones, en cómo desmontó su esencia en ella. Llore fuertemente porque no pude verla por última vez, lloro porque soy un mal hijo, lloro porque no pudo conocer a mi hija, lloro porque me siento un inútil y no interferir en lo que está pasando en este momento.

Mamá; eres una de las personas más importantes en mi vida. Me demostraste que es el amor, que es el respeto, que es la tolerancia, que es lo bueno y lo malo. Me acompañaste en todo mi crecimiento. Me lamento no haberte dado nada.

La tristeza me consume por completo. Hay veces que pienso en como hay personas tan inhumanas en el mundo. El caos se debe a eso. Que hay personas que no entienden el mal que están causando, solo se basan en el deseo de la atracción por matar a alguien en el sufrimiento. Mamá... salva a mi hija... a tu nieta.

Víctor, intenta calmar su toque en mi mallugado cuerpo. He percibido centenares de veces que me ha tocado con sus lascivas manos. Me produce un sentimiento más profundo que el odio y el asco.

Intento demostrarme fuerte por mi hija. Sin embargo, Harold y el otro hombre que aún, no sé cómo se llama (le digo enmascarado, porque casi siempre utiliza el pasamontaña), me toma muy fuerte, hay veces que intento pelear para que no me toquen o, no me inyecten pero es inevitable, ese hombre es muy fuerte a mi lado. El carraspeo de Víctor, me hace disipar cada una de mis seguridades, cayendo en cuenta que soy un experimento y no una persona. Rata de laboratorio, conejillo de laboratorio, escoria, enfermo. Son cada uno de los sobrenombres que me expresa Harold y el enmascarado.

—Tengo muchas ganas de ir al baño —titubeo temblorosamente. Siento mi garganta reseca, cada vez que emito alguna palabra, salen muy forzadas.

Desde que estoy secuestrado por estos maniáticos no he probado ningún bocado ni una gota de agua, lo único que me mantiene hidratado es el suero que casi todo el día lo tengo incrustado. Pero es muy poco para los pocos días que tengo de recuperación de la cesárea. A Hope, le dan dos biberones diarios, muy poco para lo que debe comer, tengo miedo que mi hija muera y yo presenciar eso.

—De acuerdo —sentencia Víctor, tomándome en brazos hasta donde está el baño. A unos metros logro visualizar a Hope, está dormida, pero aun así, da pataditas. Verla de esa manera hace que las lágrimas desciendan de mis ojos.

Que inservible me siento en este momento.

Daría hasta mi propia vida por no ver sufrir a mi hija de esa manera. Pero, tengo en mente algo. El karma llegará a esos malditos, de eso si estoy seguro.

—¿Ya? —observo al tipo con mucho odio.

No me rendiré.

Despierto de un sueño equilibrado, para caer a una pesadilla desequilibrada.

¿Lo peor de todo? Es que estoy aceptando esto. Con poca astucia intento girar mi cuerpo en los brazos de Víctor. Pero como todo me sale mal, caigo al suelo, sin esperar ser levantado por Víctor. Puesto que, demuestra con poco disimulo su molestia, hacia la pantalla de la computadora, esta refleja con claridad donde varios hombres con armamento y encapuchados disparan hacia las cámaras. Una por una en la pantalla de la computadora, se va notando esa acción hasta quedar la de una puerta principal. Enfoco la poca visualización de mis ojos en ella, captando que es donde estamos, giro mi cabeza con esfuerzo notando la cámara de seguridad que está a una esquina de las deterioradas paredes del cuarto. Noto la placa de color amarillo que refleja C.I.A en los hombros de las personas armadas. Me lleno de esperanza. Me levanto del suelo con un sobresfuerzo, visualizando un bate de béisbol debajo de la camilla (donde estuve acostado en estos días). Llego al bate tomándolo con mis dos manos, me exalto cuando Víctor grita estresado, giro escondiendo el bate detrás de mi espalda. Jules me enseñó un poco de defensa con un bate y quiero aplicar mi enseñanza para poder salvar a mi hija y a mí. Las pisadas que doy son cortas, el suelo esta frio, mis manos comienzan a sudar en cuanto mis nervios aumentan. Posiblemente salve a mi hija, con eso estaría en paz.

Dos pasos más, mi respiración sale entrecortada. Los sonidos de los balazos irritan al afroamericano. Los hipidos de mi pequeña me sobresaltan, pero se desvanece cuando la puerta es abierta. Siento como si todo en el momento en el que entraron fue en cámara lenta, cinco hombres, Víctor siendo baleado continuamente, Hope llorando, yo cayendo al suelo cuando las pocas fuerzas que me quedaban disipan mi cuerpo. Cada vez perdiendo el conocimiento.

Rezo para que mi hija estuviera a salvo, solo eso pedía internamente... que Hope este a salvo.

Luego la oscuridad abatiendo en mi cuerpo, mi mente desistiéndose consumir por diversos escenarios y formas en las cuales temo no salir.

Jules, Hope, Tayron, Sandra.

El curioso embarazo de Joseph ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora