Un dulce amor lesbico.

Capitulo 6.

Capítulo 6.

No creo que le caiga mal a Emily y Marga. Quizás sí...
Esa tarde estaba más que nublado, empezaba a caer gotas de lluvia, se iba acercando una tormenta.
El sol se escondió, y la oscuridad de las nubes oscureció toda la cuidad.
Fui a hasta mi casa, y para sorpresa miré en una de las casas, es más en una de las ventanas y estaba Emily allí. ¿Aquella era su casa? ¿O la casa de Marga?
Tomé coraje y fui hasta aquella casa fantasmal, era gigante... Parecía una casa abandonada de dos pisos, de grandes tarramales y mucho césped. Daba miedo.
Toque el timbre y me recibió una señora.
-Hola, emh... ¿Está Emily?. -Supuse que era su madre, la parecía bastante.

-Claro, pasa ya la digo que baje. -Pasé adentro y en verdad me gustó, parecía una casa de hippies por dentro, me senté en el sofá a observar una de las fotos de Emily de pequeña hasta que sentí que alguien estaba parada frente mia.

-Hola Daniela. - Susurro una pequeña voz, alcé la vista y la miré sonriendo.
-Hey, estuve caminando y de pronto miré por aquí y te vi, soy tu vecina nueva.
-No jodas. ¿Es en serio?. -Noté un pequeño brillo en sus ojos, y asentí con la cabeza, ella sonrió y me puse de pie rápidamente.

-Me tengo que ir, el tiempo esta horrible y tengo cosas que hacer...
-Perfecto, si quieres vuelve para hacer cosas, no sé. -Sonreí y abrí la puerta pasando la calle donde se encontraba mi casa.


{Narra Emily}

Salió por la puerta y fui a cerrarla. La miré discretamente hasta que desapareció por aquella neblina que tapaba todo el barrio.
El viento sopló fuertemente haciendo que mis ventanas abiertas se golpeasen fuertemente, en la parte de arriba.
Subí y las cerré, miré a Marga y tuvo una fantástica idea de ver una película, pero no lo hicimos por que lamentablemente se fue la jodida luz.

-Perfecto.
-Ya ves.- Susurré y me senté en mi cama en la oscuridad, era de tarde pero con el tiempo hacia que ya estuviese oscuro todo.

-Deberíamos de hacer té y leer libros. -Susurró a lo lejos de mi, yendo hacia la cocina, la acompañé y preparamos el rico té.
-No sé como quieres que leamos libros, se fue la luz.
-Lo sé estúpida, pero lo está del todo oscuro.

Me encogí de los hombros dándole la razón y nos sentamos cerca del sofá, en el suelo. Agarré mi libro y cuando lo iba a abrir, alguien tocó mi puerta.
Mi madre estaba durmiendo en la parte superior de la casa, el suelo achinaba, como si alguien estuviese caminando, la casa era de tabla y probablemente aquel ruido tenía que ser por lo viejo que era.

Miré a mi amiga y me puse de pie. Fui hasta la puerta y dije.

-¿Si? ¿Quien es?
-Emily soy yo, Daniela. Déjame pasar.

Ella se acaba de ir, era casi imposible, abrí la puerta y estaba ella ahí, empapada ya que había empezado a llover.

La dejé pasar y la tapé con una toalla, secándose.

-Mi madre salió y no tengo las llaves, perdón por la molestia.- Miré sus ojos marrones con un toque de brillo. No dije nada, tampoco hice ningún movimiento.