Destrozada.

9.6K 250 6
                                    

Note como su mano acariciaba mi espalda, yo estaba recostada entre su pecho, así que la miré sonriendo, ella aún estaba adormilada, bostezando aún con sueño.
Acaricié su mejilla, y bese su frente para luego ponerme de pie y dirigirme al baño.

Nada más al entrar, me duche y me cambié colocándome su ropa. Salí del baño y la miré, tenía los ojos ya abiertos, así que me acerque a ella sin decir nada, me tumbé a su lado, acariciando su rizado pelo.

-Eres muy bonita, y más cuando te levantas con esa cara, dormilona. -Dije finalmente rompiendo el silencio.

-Que graciosa... -Ella rió fuerte, a lo que yo la seguí.

-Vamos nena, hoy tengo cosas que hacer, además ya se me esta haciendo tarde. Levántate. -Dije mirando mi reloj a lo que ella frunció el ceño y se levantó sin ánimo. -Vamos, Amber... Apúrate!

-Ya nena, tranquila. No me tomara nada ducharme, pero antes dame un beso. -Dijo alzando una ceja, así que rápido me acerque y la di varios besos en los labios, entrecortados.

Ella finalmente sonrió y se metió en el baño.

-Te espero afuera.- Grité saliendo del baño, ella no dijo nada.

Baje las escaleras lentamente, recordando detalladamente todo lo que había pasado entre nosotras ayer, no pude dejar de sonreir, Amber me tenía loca. Estaba loca por ella.

Me senté en el sofá, agarrando mi móvil, varios mensajes de mi madre hasta llamadas. Ni me molesté en mirarlos, estaba estresada, además hoy tenía un proyecto del colegio, y tenía que hacerlo.

Escuché como Amber bajabas las escaleras. La miré sonriendo.

-Estas pensativa... -Dije.

-¡Llevas puesto mi ropa! -Dijo algo sorprendida.- Ni me di cuenta, pero bueno está bien, eres mi novia y eres la única quien puede usar mis prendas, y más si son mis favoritas.

Había olvidado por completo cuanto amaba este conjunto, pero hice casi omiso y me acerque a ella, besando sus labios carnosos.
Ella me agarro por la cintura, a lo que yo posé sin pensar mis manos por su cuello, echando aún lado sus rizos.

Podía notar su respiración, mientras su lengua invadía cada lugar de mi boca, haciendo una batalla entre su lengua y la mía. Nos separamos por falta de aire y la miré riendo.

-Ahora si vamos, Amber tengo que hacer aquel maldito proyecto. -La miré sin ánimos a lo que ella sonrió pícaramente.- No Amber, no nos iremos a patinar, primero el proyecto.

-Ohh. -Logro a decir en lo bajo.- Pero luego si iremos, aún que hoy quedare con unas amigas... Te dejaré en tu casa, si quieres te hago un poco de compañía, pero luego tendré que irme.

-Tranquila, no hace falta que te quedes, estaré realmente ocupada.

Asintió con la cabeza algo desconcertada, y nos subimos en el coche, el trayecto no era tan largo así que en menos de 15 minutos llegamos a mi casa. La miré con amor, mientras ella acariciaba mi mejilla y bese sus labios, no quería ir a mi casa, pero lo tuve que hacer.

{Narra Amber}

-Te llamare luego, dentro de unas horas, pero si necesitas compañía no pienses dos veces, sólo llámame y ya vendré junto a ti ¿Esta bien cariño? -La miré a los ojos, a lo que ella sólo asintió con la cabeza algo sonriente, no sabía lo que tenía... Pero ella me estaba enamorando, cada sonrisa que me dedicaba, cada estupidez que hacia: era perfecta.

Le guiñé un ojo y salí del lugar desapareciendo por una esquina.
La mentí, no tenía que ver a ninguna amiga, iba a ver a mi ex novia, cayo en gran depresión después de nuestra ruptura.
A pesar que lo nuestro había acabado hace más de 8 meses, al parecer alguien le había comentado de que estaba empezando a verme con Emily que simplemente la destruyo más.

Fui a su casa, nada más llegar su madre me abrió la puerta.

-Hola señora. -Dije mirándola a los ojos.

-Pasa, Kristine está en su habitación. -
Subí arriba, nosotras habíamos salido por más de 3 años, hasta que tuvimos una pelea realmente fuerte, cosa que hizo que yo estallara de rabia y le soltase muchas verdades suyas en la cara, no pensé lo que hice hasta que la pedi perdón, la deje yo, sintiéndome muy mal.
No la había visto desde hace 8 meses.

Me acerque a su habitación y la abrí lentamente, ella estaba en el suelo de la esquina llorando, y escribiendo algo. A lo que paró cuando abrí por completo la puerta.

-¿AMBER? -Tenía los ojos hinchados de tanto llorar, rojos y el maquillaje todo escurrido. Por dios ¿tanto significaba yo para ella?

-Hola nena, vine a ver... -Sin terminar la oración, se cayó en llanto nuevamente. -Hey no llores más por favor... -Dije acercándome, y arrodillando me a su lado para abrazarla.

-Amber, yo te amo aún, y no quiero que estés con otra persona que no sea yo... Aún te amo, y te amo mucho que no puedo verte feliz con otra persona. -Dijo llorando, en mi hombro. Realmente me sentía como una mierda. No sabía que decir, ni que hacer. No sabía nada.

Sólo la abrace cerrando los ojos, la abrace fuertemente.

Un dulce amor lesbico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora