La Dani se había ido hace ene rato a donde la hermana del Felipe, así que ahí estaba yo... sola. Mi mamá llegaba a las once, con este nuevo horario estaba todo re oscuro y para más remate estaba lloviendo.
A mi me encanta la lluvia pero de día.
Es que soy tan paranoica, cuando estoy sola de noche escucho más ruidos que la mierda. La escalera cruje, los platos, la llave, me tocan el hombro, veo sombras. Toda una casa embrujada. Y esta lluvia no me acompaña mucho.
Me puse pijama rapidito y me acosté en el sillón a ver Netflix.
Cuando tenía 15 me encantaba el Nickelodeon, weón yo fuera de webeo pasaba pegada viendo ICarly, Zoey 101, Drake y Josh, Victorius, weón y era muy bacán. Después empezó a llegar la mierda: Franky (no sé como mierda se escribe), puras cagás en verdad y arruinaron mi Nickmania.
Pero luego llegó Netflix con mis series nuevamente.
Así que vi mi serie fav.
-¡You dont have to be afraid, to put you dream in action, you never gonna fade, you all be the main attraction!... - canté la canción de victorius - ¡In my victory, just remember me, ¡When a make it shineeeeeeeeeeeeee!
Tenía el medio espectáculo ahí.
Y golpearon la puerta.
Apagué la tele, pero me arrepentí porque quedó todo muy callado así que puse la novela del Mega.
Abrí la puerta y me encontré un perro mojado, ah no, con el JP.
-¿JP? - lo miré y estaba todo mojado. - Aweonao está llovien...
Se me tiró encima y me abrazó.
Ay, ta helao.
-No lo soporto. - acercó su cara. - Te necesito...
Me alejé un poco y lo miré extraño.
-Estoy aquí. - le sonreí. Está volado, recién caché. - Siempre lo he estado. Tenemos problemas y todo, pero aquí esta tu friend.
-No de esa manera. - se puso serio. - Te necesito como mujer.
-¿Cómo hermana chica?
-Darnos besos, tomarnos las manos, que me hagái cariño y yo a ti... - me tomó la mano y se la llevó a su cara. - Estar juntos.
Como, como, como, como.
-Me haces tan bien - me dió un pequeño piquito.
Ay me muero, weón.
-Yo... - no sabía que decirle.
¡Que lo estás intentando con el Felipe!
-Yo lo estoy intentando con... con el Felipe, Juan Pablo. - le dije.
-¿Qué?
-No puedo...q-quererte así... - traté de decir. Oh, estaba más nerviosa que la chucha.
-A tu manera entonces, pero hazlo. - me acarició la mejilla. - Mmh...
Rozó nuestras narices.
Yo no sabía cómo estaba viva en ese momento, ó cómo estaba de pié si las piernas las tenía como jalea.
-Dame un beso. - pidió.
-No...
Se acercaba más y yo instintivamente (ó maracamente) cerraba los ojos.
Ya, si tampoco me casé con el Felipe.
No, pero le di las esperanzas de que pasara algo más...