Me quedé sentada sin saber que hacer, se me vinieron a la mente pequeños flashbacks del Felipe ese día que pasó lo del baño.
Él me lo pidió y nunca me lo devolvió, porque lo tenía la... conchetumare, no, Felipe culiao. ¿¡Como?!
Empecé a respirar medio mal por el enojo, me sentía tan engañada, me vió la cara de weona todo el tiempo. Y yo creyéndole todo.
Cuando no quería que viera las cámaras era porque saldría él pasándole el cuaderno a la coneja.
Ay no, ay no... quizás que otra hueá planearon y no me dijeron nada.
Empecé a buscar cosas por toda su pieza, alguna hueá que me demostrara otra de las mentiras del Felipe, busqué en toda la pieza y no encontré nada más.
Abrí su closet y me tapé la boca, al instante empecé a llorar como imbécil. Saqué la camisa y sí, era la de él.
No podía dejar de llorar, como tan weona, Josefa.
-¡Javieriiiiita! - escuché y reconocí su voz.
Mierda, mierda, me metí en el espacio del closet y la pared. Me sequé las lágrimas y me quedé callada.
Si encuentra altiro la pieza es porque sabe dónde queda perfectamente. Y así pasó.
El Felipe entro como Pedro por su casa, y se sentó a los pies de la cama.
-Javiera... - murmuró. Y me dieron más ganas de llorar.
Se le acercó y le tocó el pelo.
-¿Por qué es todo tan difícil? - le dijo y lo escuché sollozar.
Mierda, mierda, me mordí los labios para no llorar fuerte.
Cerré los ojos un momento y cuando los abrí me encontré con la imagen del Felipe tocándole la guatita a la Javiera.
¿Como sabe que está embarazada?
Ay, no, vomitaré. Él... ay no, por la mierda, no...
El Felipe empezó a susurrar cosas que no lograba entender.
-Yo...Javiera....Quiero... - era algo de lo que le entendía. Luego me nombró y sacó su teléfono.
Me llamará. Mierda, mierda, saqué mi teléfono y lo puse en silencio.
Marcó y claramente me estaba llamando, no le contesté y dejó de llamarme.
-Nos... la hicieron... otra vez, Javi. - le dijo. Se quedó ahí cinco minutos más, yo pensé que estaba durmiendo pero no. Se levantó pero antes de salir besó la guata de la coneja.
No dijo nada, solo se fue.
Era tanta información y no sabía a quien chucha decirle todo esto.
Miré a la coneja, si estaba curada demás me cuenta sus cosas.
Me acerqué a su rostro y le saqué el pelo de la cara.
-Javiera... - murmuré y ella se removió un poco.
-Mmh... - se quejó y se cambió de lado quedando frente a mi.
-¿Te acostaste...? - me costó decirle - ¿Te acostaste con el Felipe?
De inmediato sonrió. Pero no me conformaba con eso.
-Ajmmmh. - murmuró y me tapé la boca. - S- ssí..
Me empecé a sentir pésimo, me paré y caminé hasta la puerta.
-Es un secreto - dijo medio-dormida.