Amor y odio.

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El pulso lo tenia a mil, quería explotar... si, eso quería. Me sentía en la máxima y solo me habia puesto Nutella en la boca.

Pero puta que me la sacaba rico.

-Mmmh... - murmuró y me miró.

Le sonreí y me dió toda la vergüenza, ahí quedó la cartucha.

-¿Más? - me movió las cejas y me encantó verlo así, tan cerquita y con la boca tan limpia...

-Me toca a mí ¿O no? - le sonreí y me subí en sus piernas. Le eché un poco de Nutella en el mentón y comencé a sacarlo.

Era la hueá más caliente que había hecho, fuera de webeo.

Después de sacarlo le puse en la boca, harto weón para demorarme ahí.

Empezamos a agarrar vuelo, le sentía la cosita ahí mientras le seguía sacando la Nutella.

-Es...es mucho. - me dijo y lo miré.

-¿Si? Todavía te queda. - nos reímos.

Y me acerqué un poco más y escuché la puerta abrirse.

-¡Josefa! - me tensé - Espero que haya sido con condón.

Ay no puede ser.

-¿Que...? - escuché la voz de la Dani. - Úh, infragantis.

Se rieron.

-Mi niño, ¿Se quedará a tomar té? - le preguntó mi mamá.

¿Mi niño?

Ay no me muero de vergüenza, weón.

-No, ahí no más, tía. - le dijo el Felipe.

-¡Como que no! Se me queda no más. - le dijo mi mamá. - Y tú, Josefa, ¿No piensas darte vuelta?

-¿Ni salir de las piernas del Pipe? - agregó la Dani.

Que innecesario lo último.

-Si, si quiero té. - le respondí y no la quise mirar.

-Bueno, los llamo en un rato. - dijo y cerró la puerta.

-¡Mama a ella ni le pusiste color! - dijo la Dani - A mi casi me matas cuando me pillaste.

-Porque la Jose lo hace en su pieza po, patuda. - le dijo y bajaron las escaleras.

Miré al Felipe que estaba todo rojo, me sonrió y me reí.

-Que vergüenza. - me tapé la cara.

-Ah, tranqui. - me abrazó, yo aún sigo en sus piernas, me juro un palo. - Me gusta verte así. Eris una mina bacán, Jose.

Le di un beso.

-Yo te haré de estos días los mejores. - me sonrió y nos dimos otro beso.

-Muchas gracias. - lo abracé fuerte - Gracias, gracias, gracias.

Ahora sí te olvido, JP culiao.

Nos levantamos y arreglamos la cama, apagamos la tele y bajamos.

Me daba tanta vergüenza esta hueá, mi mamá nos miraba como si nos hubiésemos casado, la Daniela nos sacaba fotos cada dos minutos.

Y el Felipe, era el más contento.  No dejaba de reírse con mi mamá y hablar de la novela de la María Elsa.

-¿Y cuanto tiempo llevan juntos? - preguntó mi mamá y me atoré.

-Un día. - dijo el Felipe.

-Tshuuuu a ese ritmo seré abuela a los tres meses de pololeo - se rió mi mamá.

PD: ¿Querís pololear conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora