La Única Excepción

SEIS

Tal como lo hacía cada mañana se vistió y arregló para luego servir el desayuno a su padre, que despertaría en treinta minutos más. Miró el reloj y ya era la hora para que su mejor amigo tocara la puerta, y así fue, a los pocos minutos el sonido del timbre se escuchó por toda la casa.

—Te estaba esperando — dijo animadamente Sophia dejando mostrar una sonrisa.

No entendía por qué razón hoy estaba de buen humor, el fin de semana se lo había pasado tranquila, sin contar que el sábado pasó la mayor parte del día en cama por culpa de la resaca de la noche del bar.

— Sabía que me extrañabas — respondió Dave besando luego la mejilla de su amiga.

Sophia salió por la puerta dejándola cerrar detrás de ella. Dave comenzó a caminar pero Sophia no se movió de su lugar, lo que llamó la atención del chico.

— ¿Qué es lo que te pasa? Llegaremos tarde — reclamó.

Sophia mordió suavemente su labio inferior.

—    ¿Y si no vamos? —alzó ambas cejas sonriente.

—¿De qué hablas, Sophia?

Dave se volteó y se acercó lentamente hasta su amiga, la cual no quitaba una maléfica sonrisa del rostro.

—    Me estás tentando —rió su compañero y miró su reloj de mano que indicaba que eran casi las 9 am. — Está bien.

Sophia sonrió victoriosa. No quería clases, quería poder pasar el día como ella quería, un día solo para ella y su mejor amigo.

Se encaminaron hasta un parque donde solían ir cuando eran más jóvenes. Dave y Sophia llevaban más de cinco años siendo amigos, ambos se conocían demasiado bien, eran inseparables. Hace tres años se habían confundido y comenzaron a salir, una relación que apenas duró dos meses pues se dieron cuenta que todo el amor que sentían era solamente una linda amistad.

—    ¿Recuerdas cuando éramos novios? —preguntó Sophia mientras cortaba una pequeña flor del césped.

Dave fijó su mirada en ella y luego en la flor que Sophia sostenía. Rió al escucharla y asintió con su cabeza mirando esta vez hacia donde se encontraba el sol, que en aquella época era un milagro poder ver.

— Lo recuerdo, muy bien.

Sophia le estiró la flor que tenía en sus manos mirándolo.

—    ¿No te trae recuerdos? — preguntó refiriéndose a la flor que recién le había pasado a su amigo.

Dave sonrió, sabía perfectamente a lo que su amiga se refería. La noche del baile de primavera.

          — ¿Y Ben? — preguntó Dave al encontrarse con su mejor amiga sentada sobre una de las sillas que se encontraban en una esquina.

—    Se fue a bailar con Jasmine — respondió Sophia encogiéndose de hombros.— Siempre supe que él venía conmigo para causarle celos a ella.

—No pienses así — dijo el rubio sentándose en la silla junto a la de Sophia — Vamos, baila conmigo — sonrió animado.

Sophia rió por la expresión de Dave

—    ¿Y tu pareja? —enarcó una ceja observándolo.

—No vine con pareja — rió, seguido por una pequeña risa de parte de  Sophia — ¿Y? ¿Barker, aceptas bailar conmigo? — mostró sus dientes en una de sus sonrisas.

—Claro que sí, Cornish.

Sophia tomó la mano de Dave al mismo tiempo en que ambos se levantaban e iban hacia la pista de baile donde cientos de parejas bailaban a su alrededor, pero a los pocos segundos la movida canción que daban terminó para dar pie a la siguiente canción, un lento.

Ambos rieron al escuchar la melodía de "She", una de sus canciones favoritas. Ambos admiraban la versión de Elvis Costello, por lo que comenzaron a cantar en susurros la canción, mientras bailaban lentamente.

Y ninguno de los dos sabe cómo fue que sus labios terminaron estando en contacto, sellando así su canción favorita con un beso, el cual ninguno de los dos esperó que pasara pero tampoco ninguno rompió. 

—    El baile de primavera — murmuró Dave haciendo que la flor que tenía entre sus dedos girara. Sophia soltó una pequeña carcajada mirando a su amigo mientras asentía lentamente con su cabeza.

—Extraño esos tiempos — murmuró Sophia.

Dave alzó una de sus cejas mirando a Sophia con una expresión de confusión sin entender qué era lo que realmente quería decirle.