VEINTISIETE

196 11 0
                                    

Sophia miró a Dave con el ceño fruncido, no le gustaba que su amigo se metiera en su vida y aunque la idea de separarse de Chace le gustaba, no quería que las demás personas se metieran en su relación, era algo sin solución y con lo que ya había aprendido a vivir.

—Agradezco que te preocupes, pero no quiero que te metas en esto, Dave. Es algo mío —murmuró Sophia tomando la mano de Dave, dedicándole lo que parecía una sonrisa.

—Pero Sophia, lo hago porque me importas… Siempre supe que ese tipo no era para ti. Tú nunca me escuchaste, por favor déjame ayudarte —él la miró a los ojos. —Te amo y lo sabes, Sophia y en serio me preocupa todo lo que está pasando contigo. No puedes aceptar vivir así.

Sophia miró atenta a Dave mientras él hablaba, eran pocas las veces que su amigo hablaba en serio y por lo que ella notaba, esta vez hablaba más en serio que nunca.

—   ¿Y qué quieres hacer?

—   ¿Por qué no lo demandas? —. Preguntó Dave volviendo a fijar su mirada en los ojos de Sophia.

—No sabes cuantas veces he querido hacer eso — Sophia lanzó un suspiro —, pero Chace es peligroso y no quisiera ni pensar en lo que él es capaz de hacer.

—   ¿Cómo aceptas vivir así? No logro entenderte

—Ya, David… Para, no quiero seguir hablando de esto —. Sophia se levantó y caminó hacia la ventana, abriendo ésta y dejando que el frío se apoderara de la habitación.

Llevaba más de dos semanas sin ver lluvia y lo único que Sophia pedía era pronto poder verla, era lo único que podía disfrutar en su casa. Dave la miraba desde la cama, ella se veía tan en paz, sentada sobre la ventana con su cabeza apoyada en el marco de ésta, tenía sus ojos cerrados y una sonrisa de costado que apenas él podía notar. Pero esa imagen pacifica se fue al escuchar el timbre. Ambos se miraron y Sophia se encogió de hombros.

Bajaron las escaleras hasta la puerta de la entrada, Dave giró el pomo de la puerta y la abrió. Ambos se sorprendieron al ver a Chace parado en la puerta.

—¿Así que ahora con este imbécil? —. Dijo sin siquiera darse la molestia de saludarlos.

Dougie lo miró de una forma con la que nunca miraba a las personas, el odio se podía notar en sus ojos. Odiaba a Chace, lo odiaba como nunca antes había odiado a antes.

—¿Qué? —preguntó Chace al ver como Sophia y Dougie lo miraban — ¿No me invitarás a pasar?

—   Vete, Chace… Sophia está ocupada… conmigo.

—Es gracioso. Sean, ¿Lo recuerdas Sophia? Bueno, él me contó que te había visto con otro hombre, pero nunca creí que sería con la lagartija de Cornish —dijo Chace observando a Dave. —Oh, vamos… puedes hacerlo mejor.

—   ¿Qu-qué? —. Preguntó Sophia algo nerviosa.

—¿Por qué te sorprendes? Los chicos andan por todas partes y solo me comentaron que te vieron con un chico en un McDonalds, pero ahora que lo veo no tengo por qué preocuparme, es solo este imbécil.

Dave sintió como la furia subía por su cuerpo e involuntariamente sus manos formaron dos puños mirando con el ceño fruncido al monstruo de Chace, quien lo miraba sonriendo de una forma graciosa.

—   Enano, ¿Por qué no te vas y nos dejas solos? Quiero estar con mi novia.

—No, Dave… No te vayas —. Sophia le rogó a su amigo, tomándolo del brazo.

—Descuida, yo no me iré —. Negó Dave dedicándole una sonrisa a Sophia, para luego mirar a Chace —. Yo creo que el que se debe ir, eres tú. Estás sobrando Chace.

—Sophia, ¿Hace cuanto no nos vemos? Quería estar contigo —. Chace miró a Sophia alzando sus cejas, formulando un fingido puchero con sus labios.  Sophia al escucharlo negó con su cabeza soltando una carcajada. — ¿Te puedes ir, Cornish? Es la última vez que te lo pido.

Dave lo fulminó con la mirada por unos minutos y vio como Chace sonreía aún más, abriendo la puerta de entrada haciéndole una seña a Dave de que se fuera. Pero Dave se quedó quieto, en el mismo lugar que siempre, apretó uno de sus puños y alzó su mano hasta golpear la mejilla de Chace. Sophia al verlos abrió sus ojos sorprendida y lo siguiente que vio fue como Chace se abalanzaba sobre su mejor amigo, comenzando a golpearlo por toda su cara.

—¡Detente, Chace, lo estas lastimando! —. Chilló Sophia mirando aterrada la escena frente a ella, viendo como el rostro de su mejor amigo sangraba.

—¡¿Qué está pasando aquí?! — Chace se detuvo enseguida y miró hacia la puerta de entrada, en donde se encontraba Charlie, mirando confundido aquella escena. Chace sobre un Dave bañado en sangre.

La Única ExcepciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora