CUATRO

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Dave le tocó el hombro al chico que se encontraba de espalda a ellos. El chico al voltear y ver a Dave sonrió amplió y se acercó para recibirlo con un fuerte abrazo. El chico también era rubio pero a diferencia de su amigo, este tenía los ojos color café, pero tenía algo diferente en su mirada, al igual que su sonrisa muy característica y auténtica. El chico solo tenía un hoyuelo en su mejilla izquierda, algo que Sophie encontró interesante.

— Por cierto, ella es Sophia — dijo Dave apuntando a Sophia — Sophia, él es Thomas.

Sophia sonrió y se acercó a Thomas para saludarlo, él le devolvió la sonrisa dejando mostrar el gracioso hoyuelo que tenía en su mejilla.

— Un gusto Thomas — dijo Sophia.

— Por favor, llámame Tom —fulminó a Dave quien reía, sabía cuánto el chico del hoyuelo odiaba que lo llamaran por su nombre. — Y el gusto es mío — respondió en un tono bastante formal.

— ¿Serás capaz de soportarla mientras yo trabajo? — preguntó Dave mirando a su amigo, lo que causó que Sophia lo mirará con esas miradas amenazantes y que su amigo se riera.

— ¿Así que ahora es una guardería?

— Hey, no soy una niña pequeña, puedo cuidarme sola — se defendió la castaña.

— Tranquila, sabes que bromeo — Dave le lanzó un beso dedicándole una sonrisa.

— También yo, te ves lo suficientemente madura como para saber cuidarte sola — comentó Tom.

Dave se alejó de ellos para comenzar su turno. Sophia rió al ver a su amigo trabajar, una imagen que nunca pensó que vería. Se le hacía gracioso ver como a su amigo en esa situación tan lejana a como ella esperaba verlo ya que solo conocía el lado flojo de Dave.

—  Es increíble ver a Dave trabajando, siempre pensé que sería un vago— comentó riendo Sophia.

Tom al escucharla soltó una carcajada haciendo que la bebida que tomaba se le cayera de la boca, lo que hizo que Sophia riera aún más.

—    Lo siento, eso no tenía que pasar —rió el chico con sus mejillas un tanto sonrojadas, lo que causó ternura en Sophia.

—No tienes que disculparte —rió Sophia — Eso siempre pasa —comentó con sus ojos en blanco, quitándole importancia.

Algo en el bolsillo de Sophia vibraba. Claro, su celular. Sophia le hizo un gesto a Tom de que esperara y sacó de su bolsillo el aparato, nuevamente en la pantalla aparecía el nombre "Chace". La chica bufó en respuesta.

— Contesta.

Sophia le sonrió y se acercó el aparato a la oreja contestando. Para poder escuchar bien la voz de su novio se tapó su oído con su otra mano.

—  ¿Chace?

—Hasta que contestas —se escuchó la voz del novio de Sophia del otro lado de la línea— ¿Por qué no contestabas? ¿Dónde estás?

—En un bar — respondió ella sin mayor importancia.

— ¿Por qué?

— Acompaño a Dave, trabaja aquí — Sophia rodó los ojos aburrida de tener aquel celular en su oreja —Sabes, no te escucho bien hablamos mañana, adiós.

Y cortó la llamada lo más rápido posible. No soportaba a Chace, en realidad estaba segura que lo odiaba. Cada día que pasaba Sophia sentía más odio y rechazo hacia la persona que todo el mundo conocía como su novio.

La Única ExcepciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora