Mientras corría a toda velocidad por la playa en la que desembocaba el río Stream, la arena se le metía por los zapatos, pero no era nada comparado con la brisa salada y el sol en la piel. A Víctor siempre le había gustado mucho la playa, y era fácil darse cuenta. Estaba totalmente cambiado, y quería llegar al pueblo antes que nadie. Como es natural, Lucas se puso a correr detrás de él y, ya sea por el agotamiento o porque no quería estropearle el momento, no llegó a adelantarle.
— ¡Increíble! ¡He ganado!
Lucas iba a ponerle una excusa, pero decidió dejarle saborear el momento y se limitó a mirar hacia Eli, que seguía muy por detrás a duras penas. Parecía que aún estaba algo preocupada por el campamento. Lucas no sabía cómo decirle con suavidad que probablemente pasaría una temporada hasta que encontraran la forma de volver.
— ¡Eh! ¡Que te quedas atrás, Eli!
Ella hizo una señal para que siguieran sin esperarla, pero Lucas no estaba dispuesto a eso. Volvió a paso ligero hacia donde se encontraba.
— ¿Te encuentras bien? Venga, vamos a descansar un poco en el pueblo.
— No, no podemos. Tenemos que... encontrar... a Monmon — dijo aún agitada — Da que pensar que yo esté más cansada que vosotros, que os habéis dado una paliza.
— En realidad lo que tengo más que nada es hambre. Me ha pasado las dos veces que me he transformado. ¿Sabes? Pensaba que una transformación así tenía que doler, pero no.
Su expresión no mejoraba. Desde luego Eli era un hueso duro de roer. Aunque, como de costumbre, no le faltaba razón. A esas alturas en el campamento debían estar buscando hasta en el Aljibe.
— Oye Eli, ahora que lo pienso — dijo Lucas cambiando de tema — tanto Víctor como yo...
— Sé lo que vas a decir. Me vas a preguntar que cómo creo que será mi forma Digimon. Es lo lógico.
— Sí, era eso... ¿Tú qué crees?
— Que no tengo por qué tener una. A lo mejor todavía tengo un compañero por ahí esperando... no sé. Es que me parece un poco raro. Yo no... "siento" que pueda transformarme en un Digimon. ¿Cómo lo hicisteis vosotros?
— Ni idea, solo sé que cuando lo necesité mucho... es como si de repente lo supiera perfectamente. No sé si me explico. Cuando soy Cubmon pienso de forma un poco distinta, conozco perfectamente mis movimientos... hasta sabía que no me convenía el agua, pero supongo que me dejé llevar — Lucas levantó la vista hacia Víctor, que se adentró en el pueblo buscando algo de sombra — Si te soy sincero, no me imaginé que Víctor también pudiera hacerlo. Pensaba que era sólo una cosa mía, pero veo que estaba equivocado. ¿Sabes? Me da que tu forma Digimon será genial, no sé, lo presiento.
— Pues no presientas tanto...
— ¿Es que no sientes curiosidad, Eli?
— Pues... no. No me interesa mucho. Si me transformo será porque tengo que pelear, y yo no quiero eso. Sólo quiero volver... además, no quiero encariñarme mucho con el mundo Digimon. Hay que centrarse en lo importante, que es llegar a casa sanos y salvos.
— ¡Eh, chicos, mirad esto! — gritó Víctor desde dentro del pueblo.
Lucas y Eli se apresuraron un poco para llegar a la entrada de edificios blancos. No eran muy altos, apenas tenían dos o tres pisos. Las calles eran irregulares, con piedras y conchas de distintos colores. Como el suelo estaba mojado, el sol brillaba en ellas iluminando aún mejor los inmaculados muros. Al girar a la derecha, se encontraron a Víctor en frente de una multitud de pequeños Digimon grises, con forma parecida a una foca y un mechón de pelo naranja.
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Digimon Extend I: La leyenda de los niños cambiantes
FanfictionEl mundo como lo conocemos va a cambiar. ¿Pero está preparado para hacerlo? En el año 2003, siete meses después de que los niños elegidos de todo el mundo se unieran para vencer a MaloMyotismon, tres niños de diez años descubren que tienen dispositi...