19. ¡Traumas del pasado! La floración de DekuAquilamon

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Atravesando la enorme sierra que dividía horizontalmente el continente Client, caminaba el equipo Extend con su insistente polizona. Monmon, de una manera no tan silenciosa como ella pretendía, maldecía su suerte cada vez que Opossummon abría la boca.

— Yyy deberías dejar que te enseñe lo mucho que ha cambiado el pueblo, ¡si quieres, claro! Pero lo harás, ¿verdad? Ahhh, es que... tenía tantas ganas de conocerte... ¡no sabes cómo te admiro, Monmon! ¿Crees que yo podría hacer algo como lo tuyo? ¿Lo de ser escritora? Ahhhh pero me da tanta pereza escribir... ¡me gusta más lanzar globos! ¿Pero tú crees que podría serlo? Uuuuf, ¡sería genial! ¡Podrías darme consejos! ¡Oh cielos, oh cielos! Ah, pero no te estoy poniendo incómoda, ¿no? No quisiera ponerte incómoda...

— No... no eztoy incómoda... ¿Desde cuándo me llamaz Mon?

— ¡Oh, vamos! ¡No seas tan distante! — rió la zarigüeya con descaro — Tú puedes llamarme Opo. Pero sólo si te apetece, claro...

— ¡Oye, mona! — se le acercó Sketchmon — A que no sabes qué...

Opossummon se puso en medio evitando que llegara hasta ella.

— Lo siento, estaba hablando yo. ¿Puedes esperar un momento? Toma, coge un globo... no explota.

— De hecho, Opo... — interrumpió Monmon — ¿Por qué no hablaz con los niñoz un rato, eh? Creo que Sketchmon tiene que contarme algo importante.

— ¡ME HA LLAMADO OPO! Ahhh, pero sólo me gusta hablar contigo...

— ¡Eh, Opossummon! — la llamó Eli.

— ¿Qué pasa... chica de verde?

— Esto... — Eli quería decirle que dejara en paz a Monmon después de tantas horas de cháchara, pero no sabía qué argumento darle, ni si lo entendería — nada... no importa.

— Opossummon, Monmon está un poco cansada. Lo siento, pero no es toda para ti. Llevas horas sin dejarla respirar.

Opossummon se volvió sorprendida, mirando a ver quién había dicho eso. Lucas apuntó a Víctor.

— ¿Qué? — Víctor se encogió de hombros — Es la verdad. Habla conmigo si quieres.

— ¡Y conmigo! — se apuntó Lucas — Nosotros te damos conversación el resto del camino.

— Bueno, qué remedio... me voy con los humanos. A ver. Hablemos de esto: ¿Por qué Monmon os prefiere antes que a mí?

Monmon aceleró el paso con Sketchmon a su lado.

— Sólo un poco máz y llegaremos al pueblo... qué ganaz de quitármela de encima... dime Sketchmon, ¿qué teníaz que contarme?

— ¿A que no sabes quéquéqué he encontrado en el cielo?

— Sketchmon, no tenemoz tiempo para estaz tonteríaz... ¿para eso me llamazte?

— ¡Pero es que hay un meteorito! ¡Mira!

Monmon dirigió su mirada al cielo, incrédula, para comprobar que realmente había un pequeño objeto oscuro flotando en el aire... y parecía seguirles. Poco a poco el objeto se hizo más grande, tomando forma de estrella. Entonces se percató de lo que realmente ocurría.

— ¡A CUBIERTO! ¡NOZ ATACAN DEZDE ARRIBA!

Todos miraron hacia arriba, y corrieron en todas direcciones al ver a la estrella oscura precipitarse sobre el suelo sin intención de frenar. Al colisionar, creó un terrible cráter de unos cinco metros de profundidad, haciendo caer a todos los presentes debido al temblor. Los globos de Opossummon explotaron todos a la vez en su cara por la onda expansiva, dejándola tirada en el suelo también.

Digimon Extend I: La leyenda de los niños cambiantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora