05. ¡Conoce a Monmon!

123 10 30
                                    

Muy pocos Digimon de la Isla File sabían que la cueva subterránea que había en la costa suroeste, cerca de la Bahía Binary, llevaba mucho tiempo habitada. Los pocos que lo sabían no se atrevían a hablar de ello.

Cansados y doloridos, Mushroomon y Woodmon habían andado toda la noche para llegar a la cueva al mediodía. El sol iluminaba justo desde arriba, y ni un rayo se adentraba en la cueva.

— Menuda caminata, tronco... no vuelvo a hacer esto en mi vida — se quejó Mushroomon.

— Eh, tronco, tú no te quejes, que estuve un buen trecho llevándote montado en mi cabeza...

— ¿Crees que andarán por aquí? ¿Y si se lo han contado ya, tronco?

— ¿Contarme el qué? — dijo una voz ronca desde dentro de la cueva — ¿A qué habéis venido?

— ¡Yo se lo cuento! — se apresuró Woodmon.

— ¡No, se lo cuento yo! — le interrumpió Mushroomon.

— ¡Basta! ¿Tengo que salir a decidir yo por vosotros? Sabéis que odio salir a estas horas.

Mushroomon y Woodmon se postraron al suelo asustados.

— Perdónenos, tronco... digo, amo — dijo Mushroomon intentando no tartamudear.

— Sí, lo sentimos mucho, tron— amo...

— Suficiente. Habla tú, Mushroomon.

— Pues mire, resulta que tengo un bombazo informativo que creo que le gustará... ayer fuimos a saquear a los tontos de los Bukamon como de costumbre, y... vimos niños humanos.

La voz de la cueva suspiró con decepción.

— Eso no es nada nuevo. Cada vez hay más humanos que visitan este mundo... no hacía falta que me recordarais lo frágil de la situación — dijo con sarcasmo.

— Pero eso no es todo, amo...

— ¡Los humanos se transformaron en Digimon! — se apresuró a decir Woodmon.

— ¡Idiota! ¡Esa era mi noticia! — Mushroomon le dio un coscorrón y se hizo daño en la mano — Cabeza hueca...

— Imposible... ¿cuántos niños eran?

— Eran tres, amo — prosiguió Mushroomon — Se transformaron en Pyonmon... Cubmon, y... Shanimon. Sí, esos tres.

— Hmmm... sí, puede ser... quizás sean ellos. No, tienen que ser ellos. Después de tantísimo tiempo, por fin se han dignado a aparecer. Está bien, tenemos que acabar con ellos cuanto antes. Si siguen en el nivel Infantil significa que aún nos queda mucho tiempo... si no conocen la digievolución, aún no son nada.

— Será un honor volver a intentarlo, mi señor — se levantó Woodmon haciendo una reverencia.

— No hablo de ti, idiota — dijo la voz, y Mushroomon se levantó con una risilla tonta — Ni tampoco de ti. Es hora de que empiece el juego de verdad. ¿Dónde creéis que pueden estar?

— Les oí hablar de una ciudad cercana al pueblo Bukamon. Por lo visto, buscan a un tal Monmon — dijo Mushroomon tapándole la boca a Woodmon a duras penas — ¿va a matarles usted mismo?

— No será necesario. Tengo a alguien perfecto para la ocasión. Ahora marchaos.

— Gracias, amo — dijeron ambos, y se fueron por donde vinieron.

Cuando Eli dijo que esperarían a que Lucas se despertara, no se imaginaba que estarían esperando hasta pasado el mediodía. Para Lucas era normal levantarse tarde, pero Eli prefería pensar que había sido por la pelea de la noche anterior. Harta de esperar, bajó a la calle y se dio cuenta de que Víctor no estaba. La alcaldesa pasaba por allí, rodeada de varios Bukamon que le preguntaban cómo había podido digievolucionar.

Digimon Extend I: La leyenda de los niños cambiantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora