En un islote rocoso al oeste del continente Client, rodeado de una barrera de coral que había perdido ya todo su esplendor, estaba la guarida submarina a la que se dirigió Devimon junto a los secuaces que le quedaban, algunos ayudados de monturas que les permitieran sobrevolar el mar. Lo que no se esperaba es que todos fueran detenidos nada más llegar, y encerrados en calabozos. Devimon estaba especialmente sorprendido por la gélida bienvenida, pues todos, especialmente él, habían hecho todo lo que habían podido. Como estaba totalmente debilitado, apenas pudo defenderse, y fue apresado en una celda custodiada por un campo de energía de color rojizo, como todos los demás. Los guardias de la prisión se irguieron al llegar la dueña del lugar, quien se tomaba su tiempo para andar por el pasillo. Algunos presos pensaban en mirarla de arriba a abajo, pero no osaban sobrepasarse por miedo a morir. Finalmente se detuvo delante de la celda de Devimon, con una amarga expresión de asco.
— Parece como si todo lo que hicieras en tu vida fuera buscarte la ruina. Como si no tuvieras suficiente con buscármela a mí. Primero me haces usar mi poder con todos aquellos Digimon para acabar con los niños que tú no puedes matar, luego les encaras y huyes como un cobarde, y finalmente ¡te presentas aquí aun sabiendo que ya no tengo uso para ti! Ahora sólo eres un estorbo. Pero no tenía por qué ser así. Me lo debías...
— Lo sé, pero... — dijo intentando levantarse — Lady... no, Angewo-
— ¡TE HE DICHO QUE YA NO SOY ANGEWOMON! ¡Ahora soy esta que ves, soy LadyDevimon!
— ¡Pero no eres así de verdad! ¡Entra en razón! Si de verdad quieres seguir siendo la que solías ser, ¿por qué haces estas maldades? ¡Es propio de mí, no de ti!
— Ah, cuántas veces tendré que explicártelo... verás, es culpa tuya.
— Sí, lo sé...
— Por tu culpa soy quien soy ahora...
— Ya lo sé...
— Y yo te crié desde que renaciste como un Poyomon. No quiero hacer estas cosas, eres tú quien se lo puede permitir porque ya estás marcado para siempre, pero yo no quería esto, ¿sabes? No quería caer en la oscuridad. Tú te dejaste llevar siendo un Angemon en el pasado, y por tus errores me arrastraste a mí contigo. ¿¡O es que ya no lo recuerdas!?
— Lo recuerdo todo... — musitó cabizbajo.
— ¡Pero no has sido consecuente! Cada vez que me fallas, me veo obligada a actuar. Y por cada vez que actúo ayudando a mi nuevo amo, me veo más lejos de alcanzar la gracia de nuevo. Y todo es por tu culpa, ¿no es genial?
Devimon permaneció en silencio, maldiciéndose a sí mismo y dejando que Lady continuara.
— Si de verdad me quisieras tanto como dices, no dejarías que yo, que al menos tengo UNA oportunidad de volver a la luz, ande tonteando con las fuerzas de la oscuridad. Pero no, tú tienes que ser un maldito egoísta que sólo piensa en sí mismo. Yo, yo, yo. Ahora los niños estarán a punto de buscar sus emblemas, y voy a tener que presentarles a MIS secuaces, no los tuyos. Pensaba que te importaba algo, de verdad. Pero veo que no te importa que me aleje más y más del buen camino. Así que recuerda que todo lo que haga ahora va sobre tu conciencia, no la mía. En fin... al menos me ahorrarás el viaje a File. Ahora sólo tendremos que esperar a que los niños lleguen hasta este continente....
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Digimon Extend I: La leyenda de los niños cambiantes
FanfictionEl mundo como lo conocemos va a cambiar. ¿Pero está preparado para hacerlo? En el año 2003, siete meses después de que los niños elegidos de todo el mundo se unieran para vencer a MaloMyotismon, tres niños de diez años descubren que tienen dispositi...