Las blancas paredes le agobiaban, y aburrían. Su trasero dolía y su pierna, elevada en el aire le incomodaba.
Por otro lado estaba YoonGi, quién no estaba para nada aburrido. Lamía felizmente una gran paleta de colores.
Luego de aquella agitada visita al parque de diversiones, Jimin terminó en esta cama de hospital donde pasaría los siguientes dos días, según la enfermera.
Jimin se había desencajado un hueso de su rodilla al caer sobre unos baldes cuando corría de un imbécil maniático.
YoonGi había llorado todo el camino en aquella ambulancia, mientras Jimin intentaba calmarlo, y la enfermera intentaba mantener a Jimin recostado.
Jimin bufó mirando hacia la ventana, el día estaba un poco nublado, y si no estuviera aquí seguramente estaría en el parque. Definitivamente esta no era su semana.
El sonido que provocaba YoonGi al chupar aquel dulce le molestaba y distraía de sus pensamientos. Se giró molesto.
-¿Podrías dejar de...?
Jimin no terminó su frase, lo que estaba viendo era... delicioso. YoonGi tenía los ojos cerrados mientras el dulce salía y entraba de su boca, lo lamía con emoción y podía observarse su saliva.
Jimin se sentía en el mismísimo infierno. ¿Acaso lo estaba haciendo a propósito?
YoonGi seguía haciendo ese sonido, chasqueando su lengua.
La respiración de Jimin se agitó y sus manos fueron directamente a las sábanas, apretándolas, ya que sentiría que caería de la cama en cualquier momento, aunque fuese imposible. Sus mejillas se tornaron ligeramente rosas, haciéndolo ver necesitado. Comenzó a sentir como su pelvis se contraía y su miembro comenzaba a chorrear, semi duro. ¿Cómo es que YoonGi podía hacer su cuerpo temblar sin siquiera estar consciente de ello?
YoonGi abrió lentamente sus ojos mientras sonreía, aquella paleta era deliciosa. Observó a Jimin, asustándose; este se encontraba sonrojado y mordía su labio inferior con fuerza.
YoonGi se acercó rápidamente a la cama.
-Minnie, ¿estás bien? ¿te duele algo? Iré por la enfer-
Jimin sostuvo su mano.
-¡No! E-estoy bien, déjalo así.
YoonGi ladeó su cabeza confundido, y observó detenidamente a Jimin, quién intentaba sonreírle logrando solo una mueca. Algo no estaba bien con él.
Jimin apartó su mirada.
-Deja de verme como si fuese una atracción de circo. Es incómodo.
Los ojos de YoonGi bajaron desde su clavícula hasta su estómago, y luego su bulto.
"¿Bulto?" pensó YoonGi. Entonces pudo comprender. Cubrió su cara con sus manos, o bueno, mano, ya que la otra sostenía el dulce.
-J-Jiminnie- habló haciendo que Jimin lo mirase atento.
-¿Si?
-T-tienes un problemita allí abajo...
Jimin enrojeció más, parecía un tomate y la pálida piel de YoonGi lo hacía resaltar más. Subió las sábanas hasta su pecho rápidamente, evitando que YoonGi pudiera notar cuan duro y palpitante se encontraba su miembro.
Algo pareció hacer click dentro de la mente de YoonGi y se acercó a la cama, adentrando una de sus manos por debajo de la sábana, subió por la pierna de Jimin, haciéndolo tensarse.
-¿Q-qué haces?
-El dulce me ha dado sed.
La mano de YoonGi se metió gentilmente dentro de la bata de Jimin, encontrando su miembro y se sorprendió al sentirlo de aquella forma en su mano. Su mano subió y bajo lenta y tortuosamente alrededor de su pene, haciendo que Jimin soltara un suave "ah" mientras sus ojos se cerraban con fuerza.
-N-no puedes... h-hacer eso aquí...
YoonGi sonrió coquetamente y levanto sus hombros restandole importancia.
YoonGi masturbó a Jimin un poco más rápido esta vez, su mano rodeaba la palpitante extensión mientras su pulgar hacía círculos sobre el glande de Jimin.
-Mmh~ dame leche, Minnie~
-N-no hables sucio...
Jimin sentía su pelvis contraerse provocandole un dolor terriblemente placentero.
Su pierna, que estaba elevada levemente, le habría hecho quejarse de dolor en otra ocasión, pero el placer que estaba sintiendo en ese momento no se lo permitía.
YoonGi se inclinó y dejó aquel dulce en la pequeña mesa que se encontraba a un lado. Con su mano libre levantó la sábana mientras su mano aceleraba los movimientos sobre el miembro de Jimin bruscamente. Jimin se arqueó sobre la cama gimiendo para YoonGi.
YoonGi lo supo entonces, Jimin estaba cerca.
Jimin estaba en otro mundo. En ese momento no sabía de nada, no conocía nombres, solo podía sentir la cálida mano de YoonGi trabajándolo licenciosamente.
YoonGi quitó la bata de su camino y acercó su cara hasta la punta del miembro, su mano masturbó a Jimin más abajo, dejando su punta libre. La boca de YoonGi tomó la punta del rosado miembro, chupándolo y haciendo presión con su lengua.
-Ah~ ah~ ¡Ah!
Jimin se corrió en la boca de YoonGi quién no se molestó en apartarse, bebiendo aquel líquido que tanto le gustaba.
Jimin estaba cansado, se había corrido tan fuerte que su pene dolía, lo juraba.
YoonGi levantó su cabeza, sonriendole descaradamente a Jimin.
-Sabes mejor que aquel dulce, Minnie.
Entonces Jimin enrojeció más. Lo mataría al llegar a casa, claro, si no le hacía otra mamada que teminara matándolo a él.
