21.

1.2K 153 24
                                    

—Gracias por comprar aquí. Vuelva pronto.—Le sonrió aquel chico de simpática sonrisa que atendía en aquella floreria.

YoonGi le devolvió la sonrisa mientras se volteaba. Antes de salir de casa había hecho una pequeña lista, de la cuál faltaba una sola cosa; flores. Y no solo cualquier clase de flores, eran pensamientos rojos, sus favoritos desde que había aprendido lo que era querer de verdad, incluso con un lazo tan fuerte.

Una vez que las tuvo en sus manos, se apresuró para llegar al apartamento lo antes posible.

Las calles estaban lindamente decoradas con carteles y luces en forma de corazón.

Se podía observar las jovenes y mayores parejas caminar por el lugar tomados de las manos, con sus ojos brillantes.

Oh, YoonGi era un romántico enpedernido, esclavo del amor.

Era como si tuviese un cofre de sentimientos románticos dentro de su pecho en vez de un corazón bombeando sangre.

Y todo era por Jimin.

YoonGi existía por Jimin.

Suspiró y con una boba sonrisa en sus labios llegó a casa.

Entró y de inmediato se dispuso a preparar todo, no quería ni planeaba perder ni un solo segundo.

Minutos, casi horas, más tarde al fin había terminado de arreglar todo, y con lo perfeccionista que era ya deberían imaginar la impecable decoración en la habitación de Jimin.

Desde la puerta de la entrada hasta la puerta de la habitación de Jimin, petalos rojos formaban un sendero, en la cama habían más de ellos, formando un gran corazón.

Del techo colgaban globos en forma de corazón, lo sé, demasiados corazones, y en la pared podía verse pegado un gran cartel que decía "Feliz día de San Valentin. ¡Te amo Jimin!".

YoonGi se sintió feliz y aliviado de haber terminado a tiempo para darse una ducha.

Estaba tan entusiasmado con ello que su corazón parecía ir a mil, quería verle, ansiaba verle, este sería el primer San Valentin en el que él preparaba algo. Si, debió hacerlo hace tiempo, pero Jimin siempre lo descubría, o le ganaba con alguna sorpresa.

Pero esta vez había sido distinto, por alguna extraña razón Jimin no había dado señales de vida, ni siquiera lo había despertado como algunas veces lo hacía, regalandole un delicioso desayuno en la cama, para luego irse a su trabajo y casi imposiblemente llegar a casa con más sorpresas.

YoonGi decidió no tomarle demasiada importancia de todas maneras era mejor para él y sus planes. Tal vez Jimin lo saludaría más tarde.

Luego de terminar su ducha se vistió con unos vaqueros rasgados y un suéter naranja, peinó sus cabellos y aplico un poco de labial sabor fesa en sus ya rosados labios, haciendolo ver terriblemente bonito a la vista de cualquiera.

YoonGi era un muñeco andante.

Era hermoso y atrayente, y a la vez era tan delicado como la porcelana, su piel parecía ser la más suave del mundo y sus ojos gatunos eran tan profundos que una sola mirada te llevaba a galaxias no muy lejanas, causandote un calido cosquilleo en el cuerpo.

Jimin era tan afortunado.

YoonGi se sentó en una esquina de la cama, y entre sus manos sostuvo el ramo de pensamientos rojos.

Los contempló cuál enamorado y cuando el reloj sonó marcando un cuarto para las siete de la tarde, su corazón se agitó, Jimin estaba por llegar.


🍰🍰🍰🍰

Los fuertes truenos resonaban en todas partes haciendo al menor temblar exageradamente.

Sus manos apretaban los pensamientos rojos con miedo.

Tres horas habían pasado desde que comenzó una lluvia torrencial, convirtiéndose en una salvaje tormenta, espantándolo.

Tres horas en las que Jimin debería haber llegado.

No había podido moverse de su lugar, estaba congelado, y las lágrimas calientes bajaban por sus mejillas, deslizandose por su cuello.

Cuando la luz se fue quizo gritar y correr por su linterna, que estaba en la habitación alterna.

Pero no podía, realmente tenía mucho miedo. Dio un brinco cuando un gran trueno apareció del otro lado de la ventana, iluminando la habitación, y YoonGi solo pudo rogar que su novio llegara.

YoonGi bajó su mirada y entonces recordó.

Recuérda que mañana he quedado con Hanna, bebé. Me lo ha dicho ayer, sonaba preocupada.

YoonGi besó su mandibula mientras apegaba sus cuerpos aún más, el aroma a perfume de Jimin lo cedaba de hermosas maneras, dejandole casi atontado.

Está bien, Minnie.

—Entonces no vendrá.—Susurró.

Pensamientos rojos: Significan "Te amo ardientemente, con fervor".

Hola, hola.

Me quedan exactamente tres días para entrar a clases nuevamente. Deséenme suerte.

Como sea, mañana actualizaré por la noche.

Bye, bye.



Lovely lightsaber. ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora