Capítulo 28

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—Eso quiere decir que por fin revelaste lo que te hicieron?— pregunto desconcertado.

—Sólo a ella— murmura.

—¿Y qué hay de tu padre? Acaso no se lo piensas decir?.

—Jamás, Anthony, ¡¿cómo crees?!— alza su voz pero al instante se calla.

—Oye tranquila— respondo extendiendo las palmas de mi manos como si ella me estuviera viendo.

—Perdona... Nunca le diré a nadie, sólo lo sabes tú y espero que no se lo hagas saber a nadie. Es un secreto entre los dos, de acuerdo?— susurra, su tono de voz me hace sentir una gran ternura. Simplemente necesito verla, quiero verla.

—De acuerdo. ¿La psicóloga que te ha dicho al respecto?

—Emm dijo que debo de denunciar a esos tipos.

—Es justo lo que te dije! — le reclamo.

—Sí, lo es. Pero ya te dije que no puedo denunciar.

—¿Por qué no?— alargo el "no".

—No conozco a los tipos— responde con rapidez.

—Pero los recuerdas.

—No, no los recuerdo.

—Debe de haber algo, una pista, debes de recordarlos, Nat.

—No, Anthony... No lo recuerdo— es mi imaginación o su tono se debilitó? —El punto es que aunque aún sigo teniendo pesadillas la psicóloga me ha ayudado demasiado. Me ha dicho que ese tipo de situaciones nunca se olvidan sin embargo eso no quiere decir que mi vida se haya terminado.

—Tiene toda la razón. Pero me parece injusto que esos imbéciles anden sueltos por esta ciudad. Natalie, ellos pueden ocasionarle el mismo daño que te ocasionaron a más chicas.

—Lo sé. Pero no puedo hacer nada para evitarlo.

—Tienes que recordar— le insisto.

—No me presiones.

—Lo siento pero...

—Cambiemos de tema por favor. No me pone bien hablar de esto— me interrumpe, estoy de acuerdo con ella, a mi tampoco me gusta hablar de esto sabiendo que a ella le causa daño.

—Está bien...  Sólo necesito saber algo más— respondo. Ahora que recuerdo la última vez que hablé con Natalie ella dijo que tenía miedo de estar embarazada. Pero será cierto que lo está?

—Okey, te escucho.

—La última vez que te vi me dijiste que tenías miedo, ¿lo recuerdas?— balbuceo hasta el momento me he dado cuenta de que mi voz ha bajado de tono hasta escucharse de cierta forma débil.

—Sí— contesta. 

Ahora el que tiene miedo soy yo. Me asusta el hecho de que Natalie esté embarazada, me resulta incómodo y raro. Siento que si ella responde que sí mi corazón se romperá, aunque por un lado sé que no fue culpa de ella pero al amarla tanto yo terminaría ocupandome de ella y de la criatura. Porque sí, al parecer mi amor hacia ella es grande.

—Tenías miedo de estar embarazada, en verdad lo estás?— me levanto de mi cama para sentarme, mi mente no para de pensar en las posibilidades y siento que su respuesta me va a caer como agua fría.

—No, Anthony, gracias a Dios no lo estoy— una sonrisa radiante se posa en mis facciones, brinco de felicidad sobre mi cama por su respuesta. Mi corazón está más tranquilo.

—Eso es... Genial! — exclamo con felicidad.

—Lo sé— escucho su sonrisa del otro lado del teléfono.

Amor por un ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora