Capítulo 2: Otra vez.

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Aquí está el capítulo número 2. Espero realmente que les guste. Un beso, saludos...  ;)

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Sábado por la mañana. No había nada que yo amara más que un sábado en la mañana, en donde despertaba a eso de las 9:30 a.m. y bajaba corriendo a tomar un cereal, luego darme un baño rápido, porque Niall llegaría en cualquier momento. Bueno, quizá para muchos no suena como algo agradable, pero esa sensación de que no tengo apurarme para la escuela, era la que me gustaba.

-Come despacio, no querrás atragantarte. –dijo mi hermana, mientras entraba a la cocina y tomaba un tazón para prepararse sus propios cereales. Ella más bien se bañaba antes de almorzar, así que tenía el cabello húmedo.-¿Vendrá tu amigo hoy? –preguntó, vaciando un poco de leche sobre su plato de cereales ya servidos. Asentí y ella me imitó.

Terminé el desayuno y salí corriendo a mi habitación, donde tomé mi cambio y me metí a la ducha. Antes de lo pensado, ya estaba fuera, bajando las escaleras, alborotando mi cabello, dirigiéndome a la sala.

Iba metido en mis asuntos, esperaba encontrar a Gemma viendo la televisión, pero en lugar de eso, escuché risas. Fruncí el ceño. Solo había pasado una semana desde su reunión, no podía hacer otra en este momento, yo no estaba preparado psicológicamente para meterme a mi habitación.

-Oh, ¿Harry? –me llamó mi hermana. La escuché levantarse.- Espérame un momento, Louis... -le pidió. ¿Louis? Mi hermana llegó hasta mi, que estaba a unos pasos de la puerta que daba a la sala.- Necesito que te quedes un momento con él, tengo algo en el horno y no quiero dejarlo solo. ¿Puedes?

Hice una pequeña mueca, pero mi hermana me miró con súplica y yo suspiré. Asentí y ella dio un pequeño salto, murmuró un quedito "Gracias" y corrió hacia la cocina. Con un nuevo suspiro yo terminé mi camino a la sala, donde encontré a Louis –que ahora recordaba, era el chico que pensó que se había perdido- sentado en el sillón que normalmente yo usaba, pero del otro lado. Le sonreí un poco.

-Gemma está ocupada con el horno. –le dije, sentándome en el sillón individual.- Así que vine a hacerte compañía mientras ella regresa. –dedicándole una sonrisa.

Este chico si era muy raro, lo vi perderse un momento y después regresar al tiempo y espacio correcto en unos cuantos segundos, me dedicó una sonrisa.

-Oh, eso está bien. Harry, ¿verdad? –preguntó. Asentí y él sonrió un poco más. Lo vi acercarse un poco más hacia donde yo estaba, poniéndose en el sillón que estaba en línea perpendicular al mío.

-Sí, mi nombre es Harry.

Y esta fue la segunda vez que él y yo nos veíamos. Esta vez hablamos un poco más, aprendí algunas cosas de él, como que venía de Doncaster, y que tenía cuatro hermanas. Él sabía de mí... bueno, lo básico, lo que tenía que ver con Gemma también, como que éramos huérfanos, que tenía 15 años y que iba a la escuela pública de Holmes Chapel.

La semana después de eso fue relativamente normal y parecía haber sido un año completo vaciados en esos siete días.

Yo estaba en el parque con Niall, quien tuvo que salir corriendo de urgencia hacia su casa, por no sé qué cosas.  Suspiré fuerte, mientras me dejaba caer en el césped.

-Harry. –su voz me llamó desde algún lugar detrás de mí, así que volteé. Le sonreí. Louis se sentó junto a mí y volteó a verme.- ¿Qué haces aquí solo?

-Hola, Louis. –Saludé, mientras me giraba un poco para poder verlo.- Estoy solo desde hace unos minutos, mi mejor amigo me abandonó, por no sé qué cosas... -expliqué. Él asintió.- ¿Y tú qué haces aquí?

-Me familiarizo con el lugar. –se encogió de hombros.

¿Alguna vez puse la atención debida a la apariencia de Louis? ¿No? Bueno, ahora la tenía completamente sobre él. Su flequillo caía sobre su frente, liso y castaño, peinado de una manera que me hacía pensar en mil latas de laca para cabello, aunque podía ver que estaba limpio, sin ningún tipo de fijador. Sus ojos eran azules, un azul más bien celeste, que me recordaba al cielo despejado en primavera. Sus labios eran rosas y delgados. Todos sus rasgos eran tan finos, que parecía genuinamente hecho a mano. Si su gesto ahora fuera–al menos un poco- petulante, entonces pensaría que era un hijo de papi o mami, que era más bien un niño de refrigerador, pero su sonrisa era tan cálida, que me resultaba incómodo pensar que él pudiera ser hipócrita o algo por el estilo.

Me sorprendí a mi mismo comenzando una charla con él, mencionando sus zapatos de hoy, que eran parecidos a los que traía la primera vez que lo vi, pero con líneas de otro color.

-¿Es que tienes zapatos para combinar con todo? –pregunté riendo sorprendido. Él me siguió, y negó.

-No en realidad, pero es mi plan. –Reconoció.- No es como si... -en ese momento su celular comenzó a timbrar. "To love somebody", reconocí de inmediato la canción y no pude evitar sonreír.- Lo siento... debo responder, se me hizo tarde para un proyecto y... -la canción no dejaba de interrumpir.- Nos vemos luego, Harry. –me despedí de él con un gesto de la mano y lo vi desaparecer.


No le digas a mi hermana - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora