Capítulo 11: Contagioso.

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-¿Sabes lo que es el doble sentido, Styles? –preguntó Louis mientras entrabamos al lugar donde le pedí que me trajera como pago por las explicaciones que él no quería darme. Había pasado casi un día desde que aceptó haberme besado y bueno, hoy había despertado muchísimo mejor, pero no para Gemma, quien insistió en que me quedara, para que no tuviera presiones y eso...

-No quiero contestar eso. –dije algo avergonzado, mientras miraba alrededor. Siempre había querido volver a este lugar, pero a mi hermana le daba miedo... no entendía por qué.- ¡Mira! –señalé hacia la derecha, mientras un cardumen de peces de colores pasaban.

-No me gustan los peces. –murmuró la voz de Louis en un volumen bastante bajo. Volteé a verlo y le enseñé la lengua.

-... ¡Es aburrido, Niall! –fruncí el ceño cuando escuché aquello. No conocía a nadie en toda Inglaterra que se llamara así mas que mi mejor amigo. Y jamás escuché una voz parecida a esa, la de Sara.- Estoy harta, ni siquiera quiso besarme. Creo que es obvio que no le gusto.

-Te conseguí un buen reto, no te quejes. –la voz de mi mejor amigo me asaltó. Caminé mas hacia una de las columnas que separaba una sección del acuario con otra y antes de que fuera a ver que sucedía, Louis tomó mi mano y me detuvo.

-Espiar es mucho mejor. –la voz de él me susurró en el oído y un escalofrío me recorrió completo. Claro, espiar... era lo que él hacía todo el tiempo conmigo.- Además a nadie le gusta dar explicaciones. –dijo después. Bueno, para ser un pintor, era demasiado cuadrado de mente, no porque a él no le gustara, significaría que... Bueno, quizá era cierto.

-Cuando te dije que me dieras trabajo, no me refería a uno tan difícil. –gruñó ella. Mi corazón latía rápidamente, no sabía por qué me sentía en peligro.- Harry dejó de ser un reto, se tornó aburrido. ¿Por qué debo aprender esto? Los peces ni siquiera me gustan.

-Ni a él, pero sus padres solían traerlo de pequeño. –dijo Niall y sentí las piernas fallarme y terminé hincado en el suelo.

No iba a decir que me dolía que Sara fuera de mentiras, que fuera un personaje inventado por Niall. Ella no me interesaba, aunque alguna vez pensé que si. Me dolía sentirme traicionado, sentir que mi mejor amigo fue capaz de hacerme algo como esto. ¿Qué iba a pasar si yo hubiera terminado enamorado de ella? ¿qué iba a hacer si eso hubiera pasado? Tenía un nudo en la garganta. Niall usaba cada cosa que sabía de mi, cada detalle de mi vida que él conocía, incluso si era algo tan sagrado como los pocos recuerdos que tenía de mis padres.

-Llévame a casa. –le pedí a Louis en un susurro. Él había intentado sostenerme, pero cuando vio que no importaba la fuerza con lo que lo hiciera si igualmente iba a terminar en el suelo.- Llévame a casa, por favor. –pedí. Quería llorar, pero no, no iba a hacerlo aquí, ni frente a Louis, ni tan cerca de Niall y Sara.

El fin de semana fue muy largo, le pedí a Gemma que no dejara pasar a Niall, no tenía ánimo para enfrentarlo aún, ni tenía cómo iba a decirle que ya lo había descubierto, que era un traidor y que no iba a perdonarlo jamás. No por inventar a Sara, sino, por vender mis recuerdos y convertirlos en algo tan horrible como el engaño. Le pedí a Gemma también que no dejara a Louis entrara, él había querido hablar conmigo sobre lo de Niall, pero no quería hablarlo con nadie.

-Es hora de que salgas. –dijo mi hermana entrando a mi habitación. Me obligó a levantarme de la cama, pero aún así, me senté en el borde, ignorando su mirada.- Dime qué te pasa. –Exigió.- Quise darte tiempo, pero estás empeorando, y... ¿estás llorando?

Con mi hermana no podía fingir que podía ser fuerte. No lo era, no lo era y jamás lo había sido, nunca lo sería. Por eso es que todos me engañaban tan fácil... Primero Holly, cosa que Niall nunca supo, la otra chica y la otra. No me gustaba ser molestia para nadie, y mis problemas eran míos. Los de ellas no eran importantes, me dolieron en su tiempo, pero... Niall... Niall me dolía profundamente. Abracé a Gemma y ella se calló, solamente me acarició el cabello. Le expliqué lo que pasó entre sollozos y finalmente me tranquilicé.

-Sabes que tienes que hablar con él y arreglarlo, ¿cierto? –preguntó mi hermana, yo negué y me escondí bajo las sábanas.- Es tu mejor amigo... Harry, todos cometen equivocaciones.

-Se metió con lo poco que tengo de recuerdos de nuestros padres.

-Y Niall es tu mejor amigo. –Insistió.- Tienes que despejarte... Louis está en la sala e insiste que quiere llevarte a un lugar. Creo que sabe que estás triste, ¿hablaste con él?

-Ya te dije que fuimos los dos al acuario. –le recordé.

-Bueno, está en la sala. Ahora, ve con él... -secó mis mejillas y me sonrió. Besó mi frente, se levantó y siguió-: Es importante para mí que te lleves bien con él, lo sabes.

Asentí. Claro, ella no paraba de hablar de Louis, ahora tenía un nuevo tema sobre él: Lo bien que cantaba. Ella me aseguró que le había cantado un par de canciones, y aunque algo parecido a los celos apareció dentro de mí no la mandé callar. Era algo masoquista, claro que sí.

"Me debes una salida. " Era lo que decía la nota que Louis me había tendido. Cuando le pregunté qué había pasado y por qué no había hablado aún, el tomó la hoja y volvió a escribir. "Estoy enfermo, el doctor dijo que no debía hablar por tres días enteros."

Y salimos, realmente me sirvió bastante. Estaba muy feliz de esto, de que Louis fuera capaz de hacer que los problemas se hicieran chiquititititos y que no me presionara para hablar sobre el tema de Niall... supongo que se había dado cuenta de que no quería hablar desde la otra vez.

-Ay, Harry... -mi hermana y yo habíamos vuelto del médico y es que desde que estuve ese día con Louis, no me había sentido muy bien.- Callado por tres días... Le advertí a Louis que no hablara... -pero, oh... Louis no había hablado ni un poquito.


No le digas a mi hermana - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora