Capítulo 16: No quiero ser tu mejor amigo.

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-Entonces, ¿de qué querías hablarme en realidad? -pregunté mientras saliamos del cine. No habíamos visto nada, ni siquiera entramos a la sala, y solo hicimos un desastre con las palomitas y el refresco.

-Ya lo dije, de tu y yo. -respondió sin mirarme, con los ojos puestos en el estacionamiento, buscando su auto. No es que lo haya perdido, pero había ahora tantos, que confundía un poco.- Ahora no, niño, tendrás que ser paciente.

-No puedo ser paciente con las piernas pegajosas y el pantalón húmedo. -me quejé. Sentía que olía a coca-cola sin gas y creo que era porque así olía enserio. Estaba caminando con las piernas ligeramente separadas gracias a la incomodidad.

-Hace rato no te importaba. -mencionó.- Ya sabes, cuando estabas sentado sobre mis piernas y...

-Okay, ya. -lo interrumpí antes de escuchar lo demás.- Yo sé bien lo que sucedía, era yo el que estaba haciéndolo.

-No te enojes, Curly -revolvió mi cabello.

-¿Cómo me llamaste?

-Curly. -repitió.- Realmente no importa si no te gusta... A mi si, y así voy a llamarte de ahora en adelante. -sentenció. Volteé a verlo con una sonrisa y lo vi sonreír también.

Cuando entramos en su auto, no sabía a dónde iríamos, pero tampoco me interesaba mucho. Pronto todo me pareció conocido y comencé a reconocer todo y me sentí ansioso y atrapado. Louis era un traidor, y toda la magia que tuvimos en el cine, ya estaba muerta. Mis ojos se llenaron de lágrimas y me quité el cinturón.

-Detente. -demandé, con la mirada al frente.- ¡Detente!

-Cálmate, Harry. -pidió con la voz tranquila. Me miró de reojo por unos dos segundos y afirmó sus manos en el volante.- Es necesario, ¿de acuerdo?

-¡No! -grité y lo miré enfurecido.- Bájame ahora, detente y déjame bajar. -pedí.

-Harry, vas a quedarte en el auto, y vamos a ir ahora. –dijo empezando a alterarse. Abrí el seguro de la puerta y él frenó.- ¿¡Estás loco!? ¿Qué demonios pretendías haciendo eso? ¿Bajarte en marcha? Dios, Harry, ¡deja de ser un bebé! Tienes 17 años.

-No vas a obligarme a ir ahí. –me crucé de brazos, pero luego me di cuenta que estábamos parados y abrí la puerta.

-Entra ahora. –ordenó Louis. Él salió también.- Es algo que tienes que hacer, ¿no puedes verlo?

-No quiero hacerlo. –Grité.- ¡Eres un traidor! ¿Por qué quieres que lo vea? Estoy enojado con él no quiero verlo ahora. No estoy listo, no quiero hablar con él. Tú lo escuchaste, escuchaste a Sara...

-Él es tu amigo. –murmuró, mientras se acercaba a mi. Me tomó de los hombros y me abrazó, intenté alejarme pero terminé dejando que me abrazara, y después de un rato más, devolví el abrazo.- Lo que hizo estuvo mal, lo sé... -su voz era suave, queriendo hacerme entrar en razón.- Pero todos cometemos errores, ¿si? Y él solo hizo lo que pensó que iba a hacerte feliz, ¿haz escuchado sus razones? -comenzó a acariciar mi cabello.- Quizá sean tontas, pero... pero te aseguro que pensó que era bueno para ti... 

-No lo defiendas. -pedí y dejé un par de sollozos salir. Él suspiró y sentí sus labios en mi cabello.- Y... y... ¿por qué? ¿por qué quieres que me arregle con él? ¿Ya te haz cansado de mi? 

-No. -dijo de inmediato, separandome bruscamente, mirandome a los ojos, y haciendo que yo lo mirara también. Hipé y sequé mi mejilla derecha con una mano.- Pero... va a hacerte bien, ¿de acuerdo? Él es tu amigo, y no puedes estar solo conmigo todo el tiempo... Hay cosas que Gemma no entenderá, cosas que no querrás decirme... Cosas que debas discutir con un amigo... tu mejor amigo. -siguió.

-Puedes ser mi mejor amigo. -murmuré. Lo vi negar y suspirar.

-.No se trata de eso, puedo ser lo que quieras... pero Niall... Él tiene algo en ti, y tú en él. Son mejores amigos, y aunque quisiera, no va a ser lo mismo conmigo o con alguien más, sé que lo comprendes, eres listo. -sonrió.- Además... yo quiero ser tu novio, no tu mejor amigo.

-Hasta suena como una propuesta. -dije riendo a pesar de que algunas lágrimas seguían saliendo de mis ojos. Si, estaba nervioso, pero él lo estaba más, lo sabía porque no me miraba a los ojos y no dejó la vista en un solo punto, sino que buscaba algo con qué distraerse.

-Lo es. -dijo bajito y me miró mordiendo su labio inferior.

-Bueno, eso parecía, pero... ¡tienes que hacerlo bien! -reí y me alejé para entrar a su auto. Ahora si, dejaría que me llevara a cualquier lugar, supongo que tenía razón, aunque aún estuviera dolido por lo que Niall me había hecho.


No le digas a mi hermana - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora