"Te estás comportando como un bebé, Curly, y tienes 17. ¿Cómo haremos que funcione si tus celos te ciegan todo el tiempo?" El mensaje llegó a eso de las 2 a.m. del día siguiente en que me dio la caja de chocolates y la nota. Debí haberle llamado, pero tan pronto como me recosté, me quedé dormido. Suspiré y me levanté a lavar mi rostro y tomae agua, porque apenas y había podido poner la clave del bloqueo de pantalla.
"Lo sé, y lo siento. Es solo que no me ponías atención y mi hermana no tuvo que pedirtelo y ya estabas para ella... La culpa no es solo mía." envié y esperé su respuesta. No fue mucho, unos minutos después la tuve.
"Bueno, es culpa de ambos, ya te vengaste yendote con tu amigo ese, ¿estamos a mano? ¿podemos olvidarlo?" sonreí y asentí, olvidandome que él no podía verme, y después escribí.
"Por supuesto. Lo siento, ¿si? Fui muy tonto, lo acepto... ahora, ¿hablamos luego? Muero de sueño."
"De acuerdo. Buenas noches."
"Buenas noches" fue mi último mensaje antes de quedarme dormido nuevamente.
Por la mañana me sentía alegre, después de una semana y un poco mas de haber estado molesto con Lou, por fin saber que puedo llamarle o algo asi sin entrar en panico por algo, o que el no quisiera hablar por mis boberías, tenía un humor excelente. Mi hermana al parecer notó el cambio, y ella también parecía estar muy feliz y eso. Almorzamos juntos y pronto ella comenzó a llenar la mitad de la mesa con papeles y carpetas, bufaba y llenaba algunos papeles y formatos, rompia otros, se quejaba. Después de media hora al parecer había terminado de buscar y ahora estaba llenando nuevamente los formatos.
-No te he hablado mucho de esto, pero, esta beca... ¿sabes lo importante que es para mi? -preguntó sonriendo sin mirarme.- De intercambio... de la Universidad de Holmes Chapel a la de Stanford...
-Eso es genial. -sonreí, luego caí en cuenta de algo: yo iba en el paquete. No había manera de que Gemma me dejara aquí solo.- América. -suspiré.
-Necesuto que me acompañes a hacer unos cuantos mandados, luego vamos a ir a comer juntos, ¿qué te parece? -preguntó levantandose y poniendo los documentos en una carpeta de plastico gruesa.- El abuelo... vino a vernos. -suspiró.
-¿El abuelo? -fruncí el ceño, él era la única familia que teníamos y no podía viajar mucho, se había mudado a australia antes del accidente de mis padres.- ¿Como llegó aquí?
-Un avión. -se encogió de hombros.- Ya sabes... las ultimas navidades no fuimos a verle. Fueron dos, pero fueron seguidas, asi que el vino. -sonrió y dejo las cosas que no ocupó apiladas juntas.- Llega aquí en la noche, debemos ir por el, se irá pasado mañana por la mañana, porque tiene un pendiente en Sydney... Le pedí que esperara, que iríamos en Julio, pero al parecer no quería demorar más.
-Bueno... -me levanté y me dediqué a lavar los platos que usamos.
Después salimos. Oficinas y recepciones fueron los lugares a donde Gemma me arrastró, y después de comer, volvimos al auto. Estaba muy cansado, eran cerca de las seis, cuando nos estacionamos frente a casa de Louis. Mi cabeza estaba tan agotada que no tuve tiempo ni de golpear a mi hermana dentro de mi cabeza por seguir buscando a Louis.
-¡Chicos! Entren, por favor. -la sonrisa de Jay nos recibió. Nos hizo pasar y nos sentamos en la sala, no había rastro de Louis.- Mi hijo no está, me pidió que te dijera que no podría atenderte hoy, Gem, pero que le dejaras los documentos y él se encargaba de llamarte y llenarlos por la noche.
-Oh, está bien, entonces le llamo al rato. -dijo mi hermana levantandose, Jay se levantó igual.
-No, quedense. -pidio.- Hice muffins de mora, me gustaría que les hecharas un vistazo, yo... Louis me contó que horneas... y es mi primera vez en estos muffins, no sé como saber si están listos.
-Oh, con gusto. -mi hermana sonrio y Jay señalo la cocina y Gemma fue. Ya conocía la casa obviamente.
Jay y yo quedamos solos.
-¿Como te va, Harry? -preguntó la madre de mi novio sonriendo.- Louis dijo que iba a llamarte, pero luego se le hizo tarde...
-No pasa nada, hablamos en la madrugada... no se que hacia, pero cuando desperté a beber agua recibi un mensaje suyo. -dije.
-Está enamorado de ti. -se vino a sentar a mi lado y se recargo.- No sabes lo angustiado que estaba cuando se pelearon...
Demonios, ella lo sabía, ¿no me odiaria ahora? Yo lo haría si alguien fuera tan idiota como yo con mi hijo, le daria un golpe en la cabeza seguramente. Pero ahi estaba ella, tan dulce y amable como todo el tiempo. Me sonrió.
-Vamos, puedes contarme. -me animó.- Sé que no le haz dicho a Gemma, aunque yo sé que lo comprendería, ¿sabes?
Oh, solo sabía la mitad, entonces.
-No estoy listo para decirselo.
-¿Y para que lo sepa? -preguntó insinuante.
-No... ¡No! -mis manos se encontraron nerviosas en mi regazo.- No puede decirle a mi hermana. Hay muchas cosas que aclarar antes, cosas conmigo mismo, que hablar con Louis...
-De acuerdo. -rio despeinandome.- Tranquilo, seré discreta. Tanto como pueda, lo prometo. -levantó el meñique como los niños solían hacer, para oficiar una promesa. Sonreí y le ofrecí el mío.
-Ya están listos. Los saqué porque estan justamente en el punto perfecto. -dijo mi hermana mientras caminaba hacia nosotros de vuelta a la sala.
-Eso es perfecto. Gracias, Gemma. -dijo Jay levantandose. Me miró a mi con algo de pena en sus ojos.- Harry, ¿podrías ir al sótano por una caja? Se lo iba a pedir a Louis, pero está ocupado... mucho últimamente... No es muy grande o pesada, pero desde el accidente mi muñeca izquierda se queja demasiado. -suspiró mirando su mano.
-Claro. ¿Tiene algo especial? -pregunté.
-La palabra DYP -sonrió.- Daisy y Phoebe, las gemelas... tengo que sacar algunas de sus cosas, hay mucho y... bueno, creo que será mejor si empiezo de una vez.
-Oh... claro. -asentí. Con Jay jamás había hablado respecto a lo que pasó con sus hijas.
Encontrar la caja en el sótano no había sido nada complicado, tardé como unos diez minutos por la cantidad de cajas que ahi había, la localicé y tuve que moverlas para pasar por ella. Subí las escaleras lentamente, pensando en como la vida de esa mujer había cambiado y como era que seguia con tanta energía. Ojalá pudiera ser de mas apoyo para ella, pero yo no era bueno manejando sentimientos.
-... Entonces... -la voz de mi hermana se oía lejana, algo confundida.- Louis... ¿enserio está saliendo con alguien? -me quedé congelado.
-Si, por eso está tan apurado... -respondió la madre de mi novio.- Pero no debo hablar de eso, son sus asuntos y eso. -adiviné la sonrisa en el rostro de Jay.
-Creo que... ahora... entiendo algunas cosas. -Gemma parecía repentinamente cansada. Un nudo en mi estómago se hizo presente.
-¡Aquí está la caja! -dije apareciendo en escena, haciendo a Jay levantarse y mi hermana sonreir, aunque sabía que se esforzaba.- Gemma, creo que deberíamos irnos, creo que dejé la ventana abierta y... pareciera que lloverá. -dije con una mueca.
-¿No comerán un muffin antes? -ofreció Jay.- Vamos, no tardarán mucho. -nos invitó.
Tan pronto como acabamos de acompañar a Jay en la merienda, nos despedimos y salimos de ahí. Mi hermana había perdido el rubor de sus mejillas, sabía que estaba algo desilusionada... pero ya se le pasaría y volvería a ser tan fastidiosa como siempre.
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No le digas a mi hermana - Larry Stylinson
FanfictionDisclaimer: Ni los chicos de One direction, ni Gemma me pertenecen. La historia es mía y no tiene fines de lucro, simplemente disfruto escribir. Summary: Louis es amigo de Gemma, después de conocer al hermano menor de ésta, comienza a frecuentar la...