Capítulo 23: Alivio y no tanto.

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Se los doy hoy junto con el que les di anoche, porque este ya lo han leido. Sabrán a lo que me refiero cuando lleguen ahí.

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Llegué de la escuela temprano ese día. El abuelo recién acababa de marcharse, lo habíamos llevado al aeropuerto y luego yo había ido a la escuela. Gemma estaba ahí, aunque los lunes normalmente ella solía tomar algo con sus amigos. Entré a la casa y no había mas que el sonido del televisor, lo que era poco usual. Entré a la sala y la encontré en pijama, con el cabello desarreglado y mirando F.R.I.E.N.D.S. acostada. Me dejé caer junto a sus pies.

-Hola. -dije tocando su tobillo.- ¿Te sientes bien?

-No mucho, me duele la cabeza. Fui unas horas a clases y no aguanté. -me dedicó una sonrisa débil.- Fui al doctor, me dijo que era una leve intoxicación por comida, probablemente lo que tuve del aeropuerto. Vomité un par de veces... por eso parezco zombie. -se rio y sentó.- ¿Que haces tan temprano aquí?

-Ultima clase libre. -me encogí de hombros con una pequeña sonrisa.

Ella asintió. Para eso de las cuatro de la tarde, Gemma se veía mucho mejor, la habia hecho comer algo y parecia con mejor color. A las cinco se puso a hornear y a las seis la escuché llorar en la cocina.

-¿Que está pasando? -pregunté apresurandome a llegar, ella tenía la bandeja de galletas quemadas.

-¡Se quemaron! -sollozó.

Suspiré y fui a alejarla de ahi y abrir la ventana para que el olor se fuera, la hice sentarse en la sala. Ella no solo estaba enferma, estaba triste también. Sabía la razón, y estaba un poco sensible por lo que se enteró la otra noche en casa de Louis.

-¿Sabías que Louis... ?

-¿Esto tiene que ver con Louis? -pregunté deseando que mi pregunta la dejara callada al fin. No quería escucharla.

-¿Seria muy malo si lo fuera?

-¡Ya superalo! -gruñi.- Superalo, por favor.

Dicho esto me fui corriendo escaleras arriba, totalmente enojado. Gemma tenía que olvidarse de Louis de una maldita vez, ya.

Después de unas dos horas de estar en mi cama bocabajo, escuché a mi hermana tocar. Salí sintiendome pequeñito. Lo que me encontré ahi en mi hermana, me hizo estremecer. Entendimiento. Me miraba casi desconociendome.

La mirada de mi hermana estaba puesta sobre mí, la mía estaba en sus ojos. Podía ver su confusión, sentir la decepción que generaba cada poro de su piel. Ella lo sabía, lo sabía y no solo eso, sino que estaba furiosa, porque no había respetado sus sentimientos. Pero, ¡yo tampoco había pedido sentirme así! No pedí enamorarme de esta manera, ni de él.

Queriendo parecer comprensiva, o lo que sea, se acercó a mí y me envolvió en sus brazos, primero el abrazo sabía a protección, pero luego noté que quería que yo le brindara alguna clase de consuelo. Eso me hizo sentir aún peor que antes, y junto a eso, comencé a sentir temor. Temor de lo que ella pudiera pedirme a continuación.

-Nos hemos gritado mucho ya. –su voz llegó rota a mis oídos, como si fuera a llorar. Mi corazón se encogió y de nuevo ese pensamiento de "ella lo sabe" volvió a saltar a mi mente. Ella lo sabe y quería llorar, le dolía... y yo lo había causado.- Y es por mi culpa. Ya sé, ya sé que nunca dejo de hablar de él, y sé que eso te molesta.

-Gemma, yo...

-Espera, que debo terminar. –interrumpió, separándome de su cuerpo, tomándome por los hombros.- Te lo confesé hace un tiempo, sé que lo recuerdas. Y también sé que lo repito cada que tengo oportunidad: Louis me gusta. –mi estómago se retorció, quejándose de escuchar eso de los labios de mi hermana. Si me lo había dicho, lo hizo incluso antes de que yo viera a Louis como lo veo ahora; todo esto era verdad.- Y he venido a hablar contigo porque... porque se siente tan mal... -un sollozo acompañó sus palabras.- Me siento tan mal.

-Yo no... -comencé de nuevo. Quería pedirle que no se sintiera así, quería detener lo que ella estaba sintiendo. Me sentía yo lo suficientemente mal por esto, como para sumarle las lágrimas de Gemma.

-No, Harry, espera. –insistió. La culpa seguía creciendo dentro de mi.- Se siente mal. Me siento muy, muy mal. No sé qué hay de malo conmigo, enserio que no lo entiendo. –No sé cuando comencé a temblar, pero lo estaba haciendo.- He hecho todo lo que estuvo en mis manos... Pero aun así, alguien más me ganó. –sí, y justo ahora me sentía mal por haberle ganado... no por estar con él, sino, por ser el causante del dolor de mi hermana, y que ella supiera, lo hacía peor.- Harry, Louis tiene novia.

Mi mundo se congeló. Se congeló primero por el alivio, porque Gemma no sabía que se trataba de mi, y luego porque... ¿cómo que una novia? ¿una novia de dónde? Yo definitivamente no era una chica. Él y yo habíamos sido lo suficientemente cuidadosos, éramos discretos, no dejábamos que nadie sospechara. Confiaba en él, enserio que lo hacía, pero, ¿a qué se refería mi hermana?

-Esta chica... esta chica debe ser la octava maravilla. –Murmuró triste.- La menciona cada segundo, "Courtney esto, Courtney aquello"... Siempre sonríe cuando alguien se la recuerda. Nunca la he visto, bueno, solo una vez, pero de lejos. –suspiró. ¿Courtney? No, era Curly, y era yo. O quizá si hubiera alguna Courtney... No, no, no había nadie más.- Ella es más bajita, solo un poco, su cuerpo no es nada especial para una chica, su cabello es... demonios, no lo vi bien. ¿Y sabes por qué? Porque ella tenía el gorro que yo le regalé a Louis en su cumpleaños. ¡Ella lo tenía puesto! ¿Puedes creerlo? –mordí mi labio inferior, recuerdo perfectamente ese día, festejavamos un mes de relación.- Sus estúpidos Skinny Jeans, con un estúpido chaleco gris, que aparte, le pertenece a Louis... y una blusa a rayas azules y verdes.  Su gorro. –parecía que llovía en los ojos de mi hermana, y aunque hace un momento me sentía mal, porque pensé que había sido atrapado, ahora no podía sino sentirme feliz, y aunque había profanado el regalo de mi hermana el día que me puse el gorro de Louis, escuchar que estaba tan dentro de él, me hacía feliz. 


No le digas a mi hermana - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora