09: La niña de cabellos rosa.

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EDITADO: 04/08/19

xSouh

Burakkurōzu

09: La niña de cabellos rosa.

Los cuatro ninjas de Hebi habían seguido a Sakura después de que entró a la guarida, llamando la atención de Sasuke, sobre el por qué alguien que no era un Uchiha podía entrar a una de sus guaridas.

Sasuke había sido muy pequeño cuando todo había pasado, aún no tenía la edad suficiente para que su padre le hablara sobre los asuntos del clan o todo lo que refería a los Uchiha. A los siete años, el distrito Uchiha era toda una ciudad a sus ojos, donde todos admiraban a sus padres y su hermano, que tuvieran toda una serie de guaridas a lo largo del continente no era exagerado, pero él solo conocía esa.

Sakura se encontró con una guarida muy similar a las anteriores en las que había estado, configurada como un departamento pequeño a simple vista, pero no dudaba que tuviera suficientes habitaciones como para refugiar a cien personas. Pasó de largo la sala de estar al notar dos puertas dobles que estaban abiertas y llevaban a una habitación con menos iluminación. No era raro que un cuarto lleno de armas estuviera más cerca que el baño, los Uchiha tenían una forma extraña de pensar.

─¿A dónde crees que vas, pelo de chicle? ─la llamó la peliroja al ver que se dirigía al lugar donde estaban las armas. Sakura volteó a verla ante aquel insulto, dándose cuenta que no sabía el nombre de nadie ahí aparte del hermano menor de Itachi.

─Solo para que te quede claro, yo no sigo ordenes tuyas ni de nadie aquí ─les dijo con voz fría, empezando a hartarse de la actitud infantil de la peliroja.

Después de aquellas palabras, Sakura la ignoró para concentrarse en la habitación. Ninguna de las otras guaridas contenía una armería como esa. Las paredes estaban llenas de espadas y katanas de distintos estilos, cajones llenos de kunais, shuriken, senbon y más armas ninjas.

Todo era increíble, pero lo que más resaltaba era la vitrina de cristal que estaba en el centro de la habitación, Sakura se agachó para ver mejor las cinco armas que estaban ahí, pero una de las espadas, la que estaba en el centro y puesta en un cojín superior fue la que le quitó el aliento.

─Esta completamente sellada ─le dijo el pelinegro, acercándose al lado de ella. Sasuke también había tratado de abrirla, cuando se rindió había utilizado toda su fuerza e incluso un chidori pero el cristal seguía intacto.

Las yemas de los dedos de Sakura recorrieron el cristal, cerró los ojos para concentrarse, sintiendo las pequeñas corrientes de chakra que circulaban a todo lo largo y ancho.

─Está protegida por chakra ─Karin también se acercó, queriendo ver qué era lo que había llamado la atención de los dos ninjas.

Sakura no tenía un sentido tan desarrollado para poder leer energías, pero cuando su mano llegó a la cerradura notó que la corriente era distinta en esa parte, las ondas eran más amplias, como en...

Metió la manó a uno de los bolsillos interiores de la cama donde estaba el libro que Itachi le había dado un día antes, esa cerradura se sentía igual que el regalo de Itachi. La energía del libro era lo suficientemente bajo como pasar desapercibido incluso para la ninja radar, pero eso no cambiaba que fueran la misma.

─¡Es la misma cerradura! ─ gritó Suigetsu, que también se había terminado acercando para ver por qué todos estaban viendo la vitrina.

Ninguno de los tres ninjas de hebi presentes quitó los ojos de las manos de la pelirosa mientras de ellas se iba formando una llave color rosa y transparente como el cristal.

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