24: A prueba

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24: A prueba

Durante esos días, las primeras horas estaban llenas de movimiento dentro de los muros del distrito Uchiha, algo bastante sorprendente para tener solo tres habitantes. Los hermanos gastaban su tiempo en entrenamientos, Sakura ni siquiera se molestaba en interrumpirlos, le bastaban los regaños que les tenía que dar cuando regresaban para el desayuno llenos de cortes que por supuesto tenía que curar.

Suspiró, llenando sus palmas de chakra verde que cerraba una herida en el brazo de Sasuke, estaba lo suficientemente cerca como para no notar los músculos de sus brazos, eso no la impresionaba ni un poco, pero el tono de su piel si lo hizo.

¿Cómo es qué era tan blanca?

Ni siquiera su propio hermano se podía igualar, un ninja poco se preocupaba por broncearse un poco, incluso había algunos en los que el sol marcaba el largo de la manga. Pero no Sasuke.

Solo cuando fue consciente de sus pensamientos, se sonrojó al sentirse descubierta por ella misma, ni siquiera se dio cuenta del momento en que había terminado de cerrar la herida, no quedó cicatriz, tan solo una marca roja que desaparecería para la tarde.

―Seguro Itachi ya tiene el desayuno ―le dijo sin mirarlo a la cara, esperando que el calor que sentía en las mejillas y cuello no se reflejara.

―hmnp. Gracias.

La casa estaba lo suficientemente lejos de la casa para no terminar quemada o derrumbada en medio de un entrenamiento, Itachi se adelantó una vez que sus heridas habían sido sanadas para preparar desayuno para todos.

―Así que... hoy es tu primera misión.

Las palabras de la pelirosa habían salido forzadas al tratar de eliminar el silencio que se formó mientras regresaban, era extraño y Sakura se quería dar de bruces contra el primer árbol que tuviera enfrente, pero de alguna manera desde hace una semana que habló con Ino, no pudo sacar de su mente la conversación que tuvo con la rubia.

―Solo saldremos a buscar una pandilla de ninjas desertores a las afueras de la aldea, es una misión para Gennin.

―Eres un Gennin. ―recalcó Sakura, recordando que ese también era su rango. Al menos no tenían que estar atrapando gatos o cosas así. ―Además Naruto va, y él es un Jounnin.

―Y eso apesta, pero el y Hikari no aceptaron un no por respuesta.

―¿Qué rango tiene Hikari?

―Chunnin.

Cuando cruzaron el umbral de la casa, Sakura se fue directo a su habitación a darse un baño y vestirse con ropa limpia, por alguna razón que no entendía, sintió un vacío después de escuchar los escasos detalles que le dio Sasuke, no es que ella quisiera una misión tan simple como capturar a un ninja que desertó de su aldea y que con suerte tenía el nivel de un gennin, pero le hubiera gustado ir.

Naruto se convirtió en alguien frecuente, entrenando con Sasuke varios días a la semana. Era agradable verlos cuando regresaba de su propio entrenamiento con Tsunade, incluso se detenía a curarlos cuando las cosas se salían de control y terminaban con heridas graves.

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―¡Te lo digo de verdad! Él estaba ahí y me invitó a una bebida mientras hablamos durante horas. ―habló presumida una mujer de cabellos castaños agarrados en una coleta, con los tacones que llevaba le sacaba varios centímetros de altura a sus dos compañeras en la recepción y era algo que presumía, mucho más que la pulsera con piedras de colores que meneaba de un lado a otro esperando que cada alma en el hospital la viera.

BurakkurōzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora