32: Sunagakure

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xSouh

Burakkurōzu

32: Sunagakure

―Hyuuga-sama. ―saludó el ninja de la arena, abriendo las puertas de la enorme casona.

Sakura fue la que más se sorprendió, nunca antes había estado en Suna y ver la forma en que la aldea se había levantado en medio del desierto para crear una serie de complejos edificios con geometría circular era algo increíble.

Neji fue el primero en pasar, sus pasos eran confiados y no parecía necesitar al hombre que los guiaba hasta el estudio de la mansión Kazakage. La luz amarilla les daba a las paredes un aspecto antiguo, reflejándose en pequeños puntos dorados que hicieron a Sakura preguntarse qué mantenía unida tanta arena.

―Buenas noches. ―les dio la bienvenida Sabaku No Gaara, sentado en la silla detrás del escritorio que se mantenía en el centro del estudio.

―Buenas noches, Kazakage-sama. ―repitió Neji, dando un ligero asentimiento sin bajar realmente la cabeza.

―Todo un equipo de ensueño el que manda Hokage-sama. ―chasqueó los dientes Temari No Sabaku, llevando la atención de los extranjeros a ella. La muchacha no reparó en ser discreta en su escrutinio.

Como hermana del Kazakage y encargada de las relaciones diplomáticas de Suna, se topó muchas veces con Hyuuga Neji antes, ambos eran las cartas confiables de sus líderes. Se obligó a mirar en segundo lugar al ninja de los insectos, ¿Era un Inuzuka o un Aburame?

Aburame, seguramente. Ya que los Inuzuka eran los de los perros y ella no veía a ninguno aquí.

No resaltó realmente en esos exámenes chunnin años atrás, pero estaría mal que ella no lo recordara.

Por supuesto que de Uchiha si tenía memorias. El niño causó todo un alboroto ese año, sin mencionar todos los rumores confirmados que se decían del hombre: su deserción de Konoha, el asunto de Orochimaru y la muerte del sannin. Si tuviera que ser sincera, le sorprendía que Konoha lo haya aceptado de vuelta, aunque un clan noble era un clan noble y el chico tenía uno de los dojutsus más poderosos del continente.

Pero a la ultima nunca la había visto. Sakura también la observó.

―Tenemos mucho interés en lo que sea que haya en esa cueva. ― dijo Neji, volviendo la vista directo al pelirrojo que tenía un mapa sobre el escritorio.

―Está justo aquí. ― señaló, un punto cerca de la frontera de Takumi no Sato.

Los cuatro ninjas de Konoha se acercaron, viendo las rutas trazadas en el papel de lo que seguramente fueron un buen número de exploraciones.

―¿Es la única guarida que han encontrado? ―preguntó Shino, reconociendo la zona. Su familia hizo muchas barridas con sus insectos en busca de información, pero siempre se enfocaron en la dirección contraria, creyendo que Oto seria un lugar más lógico para esconderse.

―Si. Muy seguramente fue construida durante la época del Yondaime Kazakage. ― las palabras de Temari salieron firmes a pesar de la vergüenza que sentía al saber que su padre se alió con un monstruo como aquel, no por Gaara, Kankuro o ella misma, sino por el pueblo que representaban. Quizá la muerte del hombre limpió un poco su nombre, convirtiéndolo en una víctima que no era.

―Las patrullas que Suna siempre mantiene sobre el país harían imposible construir toda la serie de túneles que hay. ― susurró Shino.

―Orochimaru tiene un pequeño ejercito con habilidades para construir una guarida completa en una semana. ―

BurakkurōzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora