Sophia estaba aterrada, su novio estaba a punto de llegar y ella todavía no podía serenarse lo suficiente para darle una noticia que cambiaría sus vidas para siempre.Ya tenían mucho tiempo siendo novios, primero dos años en secreto y casi tres de manera pública, esos casi cincos años habían sido lo mejor de su vida.
Bueno realmente, conocer a Altair era lo mejor que le había pasado.
Sin embargo...
Justo cuando todo parecía ser miel sobre hojuelas, tenía que salir algo como lo que le estaba sucediendo... estaba embarazada.
Y no es que no fuera feliz con ese bebé, ¡Dios!, si era el fruto del amor que se tenían Altair y ella, pero... ambos eran muy jóvenes para tener un bebé; recién comenzaban la universidad, nunca habían cuidado a un bebé y sobretodo aun dependían económicamente de sus padres.
Todo su ser era un revoltijo de sentimientos: alegría, miedo, ansiedad; por un lado, estaba la alegría de llevar al hijo del hombre al que amaba, pero por otro... existía la ansiedad y el miedo.
Miedo a que Altair la dejara sola... realmente lo necesitaba ya que ella no tenía el valor suficiente para hacer esto sola.
Y era por eso que en este momento trataba de encontrar la forma más... sensible de darle la noticia mas no encontraba como.
No tuvo mucho tiempo para seguir divagando ya que justamente el dueño de sus pensamientos entro por la puerta del departamento que ambos compartían.
— Pia, ¿Estas bien? – Le pregunto su novio usando el apelativo cariñoso que tanto le gustaba y que solo él tenía permitido decirle — me han dicho Enzo y Bella que no has ido a clases ¿te sientes mal?
Al ver su cara, llena de franca preocupación no tuvo valor para decirle algo, así que solo permaneció en silencio, desesperando más al chico — ¿Sophia? Dime algo por favor ¿Es necesario que vayamos al médico?
Sophia, en un arranque de valor, pudo recuperar su voz.
— No es necesario cariño, solo tenía un poco de nausea — le sonrió para que le creyera.
Desgraciadamente para ella, Altair la conocía demasiado bien como para saber que era sonrisa era falsa, pero también sabía que si la presionaba demasiado se cerraría y posiblemente terminarían discutiendo — está bien cariño, ¿quieres que prepare algo de cenar?
La chica no pudo con la amabilidad de Altair y para la gran sorpresa y susto del chico, se puso a llorar.
—¡¿Pia?!, ¿Qué te pasa? ¿Dije algo malo? — preguntó asustado Altair ante el, sorpresivo, llanto de la chica.
Sophia trato de hablar, pero había dejado salir toda la angustia en forma de llanto así que por más que trataba no podía formar una frase coherente.
Como buen novio que era, espero pacientemente a que la chica se desahogara o a que por lo menos pudiera formar una frase medianamente congruente, dándole de manera ocasional unas caricias en la espalda.
Pasaron unos interminables minutos, hasta que por fin el llanto de la chica se convirtió en leves sollozos y de manera queda susurro — lo siento... perdóname Altair.
A pesar de que tuvo que esforzarse en escuchar a su chica, Altair se quedó helado cuando ella le pidió perdón... ¿Ella había sido capaz de engañarlo?
— Sophia... — ni siquiera había sido capaz de mencionar algo, su nombre murió en su boca y se mantuvo en silencio escuchando los leves sollozos de ella.
Le parecía inconcebible que su niña lo hubiera engañado, después de todo lo que habían pasado y lo que les había costado que sus padres aceptaran su relación, fueron todos los recuerdos que pasaron juntos lo que lo obligo a hablar — Sophia... ¿me has engañado?
Al parecer esa pregunta desencadenó algo dentro de la chica, ya que dejo de llorar y lo abrazo con fuerza.
— Altair, ¿de verdad me crees capaz de hacer algo así? ¿Después de todo? — le susurro la chica cerca de su oído de manera muy seca ya que se sentía un poco ofendida por la acusación, aunque podía comprenderlo ya que solo se había soltado llorando.
Ambos se separaron levemente, juntando sus frentes con los ojos cerrados — Dime que te esta pasado elfa, te prometo que enfrentaremos juntos— le dijo con la voz un poco ronca el chico.
Para ella fue como una caricia y con la voz un poco frágil solo pudo decir — Somos tres Altair — mientras besaba la comisura de sus labios.
Al principio no entendió lo que su novia le quiso decir...hasta que por fin ato cabos y se quedó más que helado ... ahora podía entender todo: las náuseas, los mareos y su actitud, lo que no lograba comprender era porque le pedía perdón.
— Pia... ¿Por qué me pides perdón? Esto...
— No estaba en nuestros planes Altair ... tenía miedo que me dejaras, yo sola con esto no puedo... te necesito — le contesto la chica a punto de volver a llorar, ya que él no había respondido nada.
Y es que Altair no sabía como responder, un cumulo de emociones lo embargaban: miedo, felicidad y sobre todo amor ... mucho amor por esa mujer que tenía frente a él, que le haría el regalo más grande que se le puede hacer a un hombre: le daría un hijo... le emocionaba de sobremanera saber a quién se parecería, si sería un niño o una niña, era tanto su emoción que ni siquiera se preocupó por sus padres o sus suegros.
Sin embargo, la chica interpreto su silencio como algo malo y con lentitud se separó de él para ir hacia el cuarto de ambos, recoger sus cosas e irse.
El chico al no sentir el cuerpo de su chica, salió de su trance y con rapidez tomo su muñeca para después estamparle un beso de esos que dejan sin aliento y transmiten miles de emociones.
Al tomarla desprevenida la chica no tuvo tiempo de oponerse y solo se dejó llevar por los cálidos labios de su novio ... olvidando todo por un momento... ahora solo eran Altair y Sophia.
Fueron separados por la falta de aire y con lentitud Altair pego su frente a la de su novia, de nueva cuenta, para susurrarle — Me quede en silencio porque estoy jodidamente feliz, mi dulce Pia... te amo — y con eso le dio un abrazo.
Sophia no podía contener la emoción — Altair... — él le puso un dedo en sus labios y le indico silencio
— Quiero formar una familia contigo Sophia, y no me importa la opinión ni de mis padres ni de los tuyos ni de nadie... quiero pasar el resto de mi vida contigo, se oponga quien se oponga.
— Pero...
— Pia, te prometo que no dejare que nada les haga daño — y con una ternura que nunca había visto en su novio, le toco suavemente el vientre, todavía plano para después agacharse y depositar un suave beso en el — Ahora somos una familia Sophia y nunca voy a dejarlos.
— Altair ... te amo
— Y yo te amo más ... mi querida Sophia
Ambos se besaron, olvidándose de todos sus problemas y de los que vendrían, sabían que tendrían un camino difícil y doloroso pero ese bebé que estaba en el vientre de Sophia les daba fuerzas para seguir adelante y para luchar contra quien fuera, Altair estaba dispuesto a todo y eso era lo único que necesitaba Sophia para sentirse segura y luchar por su bebé... por Altair... por la familia que ambos deseaban tener.
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Somos tres
RomanceSophia y Altair están en un grave problema: en menos de nueve meses serán padres y no tienen ni la más remota idea de como cuidar a un bebe. Ahora deberán enfrentarse a sus inseguridades y miedos para decidir que es lo correcto... mientras afronta...