Acercamientos

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Desde su estancia en el hospital, Sophia sentía que algo extraño estaba pasando y nadie quería decirle nada.

Su madre se portaba más esquiva, en especial cuando quería averiguar sobre Massimo Renzi.

En lo personal a ella no le disgustaba si su madre rehacía su vida, su padre había sido un capullo y su mamá se merecía algo mejor.

Pero le inquietaba no saber nada de Renzi, para ella era un perfecto desconocido. Intentó hablar con Altair pero estaba igual que ella, así que fue a la persona que estaba seguro que lo conocía: Juliette.

—Buenas tardes — Le dijo Sophia a su suegra, entrando a la cocina. Se rió un poco al notar lo concentrada que estaba Juliette tratando de hacer la
comida.

—Hola Sofi, ¿Cómo te sientes? — le dijo Juliette aún intentando, vanamente, de cocinar — Umm, no recuerdo que esto fuera tan difícil.

—¿No es mejor que se encargue Nana? — haciendo referencia a la cocinera, una dulce señora ya entrada en años, que tenía casi toda la vida cuidando de Juliette.

—Le he dado el día libre, fue a ver a su hija.

—Oh, ¿Necesita ayuda? —agregó al verla batallar un poco con lo que se supone era un guisado.

— No cariño, prefiero que descanses, mis nietos lo necesitan, por cierto ¿Han hablado Altair y tu sobre los nombres?

—Un poco pero todavía no nos decidimos. ¿A usted le costó trabajo?

—En realidad no, yo quería que mi hijo se llamara Altair, porque se lo prometí a mi padre, creo que lo más me costó fue convencer a Alex.

—¿Y cómo lo hizo? — preguntó realmente intrigada, ya que su suegro podía ser muy cabezota cuando se lo proponía.

—Le dije que si no se llamaba como yo quería, no iba a dejar que tuviera el apellido Salvatore y no le quedó de otra más que aceptar, aunque tuve que ceder en que su primer nombre fuera Jacob — rió un poco al recordar la escena.

Juliette siguió contando algunas anécdotas de Alex, Altair y hasta de Cassandra. Justo cuando termino de relatar como fue que Sophia obtuvo su nombre, ella se atrevió a preguntar sobre el tema que la inquietaba.

—Umm, Juliette , ¿Usted conoce al señor Renzi?

— ¿A Massimo? Bueno si, si lo conozco. Cassandra y yo somos amigas de Olivia, su hermana.  ¿Por qué la pregunta cariño?

—Bueno... se me hizo raro que fuera con mi madre al hospital y creo que están saliendo pero... no lo conozco de nada y no quiero que mi mamá salga lastimada.

"Si tu supieras Sophia" pensó Juliette pero se apresuró en contestar.

—Massimo y tú madre tienen una gran amistad, no sabría decirte si están saliendo o no, lo siento.

Sophia quiso preguntar algo más pero Juliette le cambio de tema, así que ya no dijo nada.

Juliette pensó que se había logrado safar del problema...

Hasta que llegó Massimo Renzi a su casa.

Ni siquiera la dejo hablar —Antes de que me mates, tenemos un problema con la publicidad de la nueva línea de ropa.

Ella lo miró irritada —Tan importante, ¿qué Cassandra u Olivia no lo pueden resolver?

—Nos han plagiado y la han usado antes ellos, si se nos ocurre presentarnos con esa propuesta nos demandarían.

—Bueno, ¿y no tenemos un excelente grupo de publicistas?

— Juliette no me jodas, nos hemos matado en este proyecto, ya no nos quedan ideas y Cassie y Ollie se están volviendo locas.

Ella pareció meditarlo, pero por desgracia no sabía nada de publicidad. De repente Sophia intervino con timidez

—Quizá... yo pueda ayudarles.

Ambos voltearon a verla.

—Sofi, no creo que en tu estado sea prudente... — le comenzó a decir Juliette.

—Por favor, he estudiado un poco de marketing en la escuela y me encantaría ayudar, solo tendría que darles algunas ideas ¿no?

Massimo asintió bastante complacido.

—No, ni hablar.

—Solo serán unas hora Juli. Te prometo que la traeré sana y salva.

—¡Ja! Por supuesto que la vas a traer sana y salva, yo iré con ustedes.

Después de discutir un poco sobre si Luka las acompañaba o no, se subieron al coche de Massimo para ir a la empresa.

—Entonces...¿Te llamas Sophia no?

—Si señor.

—No me digas señor, me hace sentir viejo—Rio

—Pero si tú ya estás viejo—murmuró Juliette.

—Umm, ¿está bien si le digo Massimo?

Juliette hizo un gesto de desaprobación, bien le había dicho a Cassandra que de momento no metiera a Renzi en todo esto.

Él por otro lado parecía encantando, hace poco se había enterado de que tenía una hija, al principio no le creyó a Cassie pero ahora que la venia... tenía muchos rasgos de su familia.

De momento no le dijo comentó nada a su familia, solo a su hermana Olivia. De hecho de ella había sido la idea de presentarse en la casa Salvatore. Si bien lo del plagio era cierto, la presencia de Juliette no era tan necesaria.

Gracias a que no había mucho tráfico, pronto llegaron a la sede de Acuri & Salvatore.

Algunos empleados se acercaron a recibir a Jules, ya que hace mucho que no iba, por su enfermedad, dejando a cargo a su esposo o a sus amigas Cassandra y Olivia.

Pasaron de manera rápida hacia la sala de juntas, donde se encontraban las susodichas a punto de un ataque de nervios y un grupo de publicistas dando ideas a lo loco.

—No,no y ¡no! ¡Tiene que ser innovador!— se desesperaba Olivia, mientras les gritaba a los publicistas, reparó en su hermano — ¡Al fin! ¿Has traído ayuda?

—Me ofendes hermanita— y señaló a Juliette y Sophia.

—¿Es enserio?

Él asintió serio.

—Bueno, ¿Jefa que ideas tienes? — preguntó dirigiéndose a Juliette.

—En realidad solo vine de acompañante, Sophia dijo que nos podía ayudar.

Olivia encarnó una ceja y volteo a ver a Massimo.

—¿y ella es...?

—Sophia, la hija de Cassandra— enfatizó su hermano, tratando de darle a entender algo.

—Oh, bueno niña dinos cuál es tu idea.

—Si me pudieran dar detalles—dijo un poco nerviosa, ya que sea lo de cada quien, Olivia si que imponía. Aparte desde que había llegado, su madre no había dicho ni pío.

La pusieron al tanto de la nueva línea de ropa y de la idea que les habían robado. Sophia pensó por un rato, hasta que les dio una idea que fue aprobada por todos.

—¡Si yo sabía que el talento venía de familia!— exclamó emocionada Olivia.

Tanto Cassandra, Juliette y sobretodo Massimo la vieron con cara de pánico.

—¿Umm?— preguntó confundida Sophia, ajena a las caras pálidas de los demás.

—Se refiere a que heredaste el talento de Cassandra— le contestó Juliette muy rápido.

Olivia viendo que había metido la pata, solo asintió de manera nerviosa, ya que podía sentir las miradas matadoras de su hermano y Cassandra.

La madre de Altair no le dio tiempo ni de despedirse, la jalo de regreso al auto sin ninguna explicación; Massimo se fue detrás de ellas.

—Creo que metí la pata— susurró Ollie

—¿Enserio? — le dijo con sarcasmo Cassandra.

A ver cómo salían de esta.

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