Capitulo 2

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Abrí los ojos en la más absoluta oscuridad, las tinieblas me envolvían con una cálida manta mientras los latidos de mi corazón se aceleraban a cada segundo, a cada exhalación, deslumbre un tenue amanecer blanco en el horizonte, y con el llego la luz, una luz que poco a poco fue transformando la oscuridad que me envolvía en un valle rodeado de montañas nevadas.

Mi entrecortado aliento cogió un color blanco tibio, hacia más frio por momentos, y el clima cambio poco a poco, transformando el valle en un desierto nevado, donde el granizo de escarcha que caía sobre mí no me permitía ver más que difuminadas sombras a lo lejos, sentí un escalofrió en lo más profundo de mi corazón, y ahí estaba el, más alto que dos hombres, con unos cuernos curvados que goteaban sangre sobre la blanca nieve, mirándome con unos ojos de zafiro azul. Di un paso atrás, asustado, sin creerme lo que había ante mí, cerré los ojos con fuerza y me pegue una fuerte bofetada "Venga Saito esto es un sueño, despierta, venga tío, no me falles ahora" me pegue otra bofetada, pero no desperté, abrí los ojos y me aleje corriendo, tropezando con los pequeños montones de nieve a mi alrededor, sentía como esa vestía de piel de un pálido azul y ojos de zafiro me seguía lentamente, sin esforzarse en alcanzarme, riéndose de mi impotencia, regodeándose en su fuerza.

Corrí sin mirar atrás, atento al sonido de las pezuñas del monstruo por si decidía dejar este jueguecito y correr a arrancarme el cuello, si, a... arrancarme el cuello "un momento, arrancarme el cuello... ¿de qué me suena eso?" Tropecé con un trozo de hielo y caí rodando de una duna de escarcha, me levante a duras penas tiritando del frio, arrancándome el sudor congelado de las pestañas "ahora lo recuerdo, esta es mi pesadilla, y si no recuerdo mal dentro de poco este monstruo correrá hacia mi cuando me tropiece con una especie de cilindro negro, me agarrara del cuello con sus malditos dedos de hielo, y me matara, luego me despertare sin recordar nada de nada" suspire de forma cansada "pues me parece que esta vez no, estoy un poco harto como para dejarme matar ahora" sonreí, y sentí como el hielo enganchado a mis labios se rompía.

Me parecía oír a mi corazón latiendo fuertemente, calentándome, ya no huía como una oveja atemorizada, corría como n lobo, saltando las dunas de nieve, apartando la escarcha del aire de un manotazo, mire atrás y me para mi sorpresa me salió una fuerte carcajada. Mire a la bestia que se había detenido un poco más atrás, mirándome sin inmutarse, como una estatua.

-¿Ya no te mueves tanto monstruito? O es que se te ha congelado el pequeño cerebro que tienes, apuesto a que no solo tienes eso pequeño. JAJAJAJA.-

Reí como un desesperado y salude a la bestia con un saludo militar muy dramático antes de volver a salir corriendo (¿Qué más da morir en un sueño? Soy inmortal chaval, y ha llegado la hora de colocar a esa cabra azul en su sitio) Me di un golpe con algo en el pie y caso me caigo, pero ahora recordaba el sueño, recordaba mi futuro, recordaba "mi" pesadilla. Salte hacia delante antes de caerme y di una voltereta en el suelo, agarre el cilindro negro con el que me había tropezado y corrí con todas mis fuerzas, aun respirando con dificultad no podía parar de reír, la bestia corría salvajemente hacia mí con un rugido ensordecedor, parecido al desgarrador ruido de una tiza arañando una pizarra.

-Este es mi mundo cabra azul, diviérteme un poco más "cabroncete"

La bestia dio un nuevo rugido corrió incluso más rápido en medio de la tormenta de nieve y granizo, alargo sus largos dedos de hielo hacia a mi fulminándome con los zafiro que suplantaban sus ojos, sonreí y gire repentinamente a la derecha, a la vez que desmoronaba una montaña de nieve a mi derecha, la nieve cayo justo en la piernas de la "cabra azul", que es como había decidido llamar a la bestia. El monstruo de tres metros cayo con profundo gruñido de bruces al suelo, me reí a carcajadas una vez más, mientras me despedía del monstruo con la mano derecha (bueno, es hora de averiguar que es este cilindro que tantas veces me ha costado la vida, y mejor hacerlo antes de que se enfade más esa cabra azul) Inspeccione el cilindro negro, bajo la mortecina luz del blanco cielo, ahora que me fijaba mejor, no era un cilindro negro, era una brazalete hecho de un metal oscuro, opaco como la oscuridad de la noche, con un brillante gravado, gastado por el tiempo y la naturaleza, el grabado era una mano abierta con un anillo en el dedo corazón y otro en el anular (Si que tengo imaginación! Como mi seto favorito) sonreí mientras corría y le di un beso al grabado de forma muy teatral mientras reía.

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