Capitulo 17

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Saito abrió los ojos con un escalofrió de dolor, se agarra el hombro entre quejidos y estiro el cuello de su camiseta para observar su desnuda piel, en ella había una tenue descolorización purpura azulada, probablemente a causa de un golpe contundente durante la noche. "¿Sabes algo de esta herida?", un bostezo pareció revolotear alegremente sobre las cejas del estudiante "Por si no lo sabias se dice buenos días al despertarse"

-No tendría sentido decírselo a uno mismo ¿Me equivoco? - El joven sonrió con fingido desconcierto.

"Bien jugado"

- ¿Entonces sabes algo? -

"Absolutamente nada, duele bastante, nos habremos caído de la cama mientras dormíamos o algo así"

-Supongo que tienes razón, parece ser que esta noche no ha habido pesadillas para ninguno. Que extraño...-

"Sin duda lo es, pero mejor para nosotros así que simplemente dejemos de pensar en ello y vámonos al baño de una vez. Me apetece ducharme un buen rato."

Saito se dirigió directamente a las duchas sin encontrarse con nadie en el pasillo, la residencia era silenciosa como un cementerio y solo se oía el cantar de los madrugadores pájaros revoloteando en una oscuridad que empezaba a ser cruelmente atravesada por el rojo amanecer. "Es una lástima que..."

-Espera por favor, lo que te dije ayer de que no soportaba que nuestras voces se confundan en mi cabeza era cierto-

"Pues yo no pienso callarme como una mascotita hasta que tú me lo digas, así que dime. ¿Qué harás al respecto?"

Saito suspiro mientras observaba la puerta del baño frente a él, mientras la abría susurro: Te doy permiso para usar mis labios siempre que estemos solos

El joven observo su reflejo en el espejo, una mirada maquiavélica y una sonrisa cómplice le saludaban con cierta sorna.

- ¿Contento? -Dijo el estudiante sonriendo a su reflejo

-Bastante. - Respondió el mismo. -Cómo iba diciendo es una pena que la noche de lugar al día. -

-No estoy de acuerdo. -

-Entonces somos neutrales. -

-Puede que sea lo mejor- respondió Saito mientras accionaba el flujo de agua del grifo sin siquiera mirar la temperatura, unas finas líneas carnosas recorrían sus nudillos y se deslizaban hasta la parte central del dorso de su mano. - ¿Y estas heridas? - pregunto confundido al espejo.

-Serán de la misma procedencia que la del hombro, probablemente una caída, aunque poco más puedo saber yo, después de todo somos la misma persona. - Ya sabes lo que debes hacer hoy, y recuerda que si metes a Patricia en esto tendrás problemas. - El joven observo ligeramente atemorizado por el tono de su voz a su rostro opuesto. -No te conviene tenerte de enemigo a ti mismo. -

-Se ha acabado la conversación. - Saito puso el agua de los grifos a su máxima temperatura y se quedó apoyado en la pared mirando como su rostro se difuminaba lentamente de los espejos carcomido por el ardiente vahó, había maldad en sus ojos.

La ducha fue perfecta, sobre todo teniendo en cuenta que, aunque para otra persona estaba congelada para Saito estaba eternamente en su temperatura perfecta, en el epicentro de "su momento de relajación" recordó algo que había escuchado hace tiempo, o quizás lo había leído, lo cierto es que no lo recordaba bien. "El ser humano cree e inventa, nace, muere y crea, pero la realidad es aquello que la ve, y por tanto la realidad es tan solo aquello que el ser humano cree e inventa. Esto parece jerga filosófica relativista, pero en realidad es un concepto simple. Si alguien se cree cruel y actúa de forma cruel otros le verán como alguien cruel y eventualmente se volverá cruel, el mismo método se utilizaría con los líderes, si actúas como un líder y te crees un líder, te verán como un líder y eso te convertirá en un verdadero líder; pero lo divertido viene cuando utilizamos la formula en la realidad física, si un ser humano cree que un vestido azul es rojo y actúa como tal, convenciendo de ello a un número mínimo de personas en la comunidad automáticamente el resto empezara a demostrar con sus actos o palabras su conformidad con el color del vestido, lo que convertirá de forma real el vestido azul en rojo a los ojos de la sociedad

"Si yo creo que el frio es calor y actuó como tal..."

-Venga ya, ahora voy a convencer a todo el mundo de que en invierno saquen los bañadores. - susurro Saito para sí mismo negando con la cabeza.

Cuando termino de ducharse se secó con una toalla blanca que había colgada en el extremo izquierdo del baño, todavía le sorprendía tener abdominales, era raro, pero así es la vida ¿No?

Y Saito sonrió.

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