Me chupe los dedos de uno a uno intentando recuperar el regusto a canela del bollo que acababa de robar de la cafetería, me limpie los restos de babas en los pantalones del uniforme escolar que llevaba y, satisfecho, pasee por el jardín rodeado de grandes setos con variopintas formas, entre ellos mí ya conocido seto con forma de mano abierta. La gente se paraba a mirarme y me señalaba mientras murmuraban misteriosos susurros. Ya sabía lo que casi seguramente estarían diciendo, por lo que no les di mucha importancia y continúe mi relajante paseo. Mire al cielo y me saludo un radiante y cálido sol colgando de un tapiz azul celeste, los pájaros corrían frenéticamente por el despejado cielo, persiguiéndose unos a otros en un divertido juego del que solo la naturaleza conocía el reglamento. Un lejano avión se deslizaba elegantemente sobre el mundo, dándole la espalda, como si lo que ocurriera aquí abajo no fuera con él, pero en cambio añorara una excesiva atención sobre su lomo mecánico.
-¡Saito!
"¿Mmmm? ¿De dónde ha venido esa voz?"
-Saito, aquí estoy hombre...
Mire a mi alrededor hasta encontrarme con los charlatanes ojos de Marck, este se las empeño a empujones para pasar entre un grupito de chicos hablando (Seguramente sobre mí, pero no se les podía negar que tenían razones para hacerlo) y corrió hacia mí con la mano izquierda levantada en señal de saludo. Me extraño no notar ninguna expresión extraña en el mientras se acercaba, ni de dudas, ni terror, solo... Compañerismo no sería la palabra, pero se le acercaría, más o menos se acercaba con la sonrisa amigable que te pone tu mejor amigo cada mañana nada más veros, sí, quiero decir "esa" sonrisa. Me refiero a esa que simboliza un feliz "¿Cómo te encuentras tío? Da igual, yo te ayudare ¿No?
Marck me puso la mano en el hombre y asintió con la cabeza un par de veces, a la vez que murmuraba a ratos un suave "mmmm..., mmmmm....." "Vale, cuando hace esto es que se acerca una de sus bromas"
-¡De acuerdo! Ya sé que decir- Relaje los hombros de golpe soltando un sonoro suspiro y le mire a los ojos con reproche.
-¿Desde cuando alguien se pasa cinco minutos murmurando solo para decidir que decir?
-Desde que lo he hecho, por supuesto. Tienes que estudiar más Saito, todavía te veo muy verde...
- Anda cállate de una vez enano
-¡Eso es trampa! No es justo aprovecharse de que en un día crezcas unos veinte centímetros, tienes que dar un tiempo de margen hombre.- Me reí sarcásticamente y levante una ceja con curiosidad.
-¿Y como cuanto tiempo tendría que esperar para aprovecharme?
-Como mínimo hasta que vuelva a ser más alto que tu hombre.- Reímos unos segundos y le volví a mirar a los ojos un poco más relajado "Realmente este chico sabe cómo romper el hielo. Siempre consigue hacerme reír"
-¡Venga ya!- Dije teatralmente
-O lo tomas, o lo dejas "torre"-
-Lo dejo.-
-¿Qué? No, espera, no lo puedes dejar, quería decir... Bueno, la frase era...-
No pude evitar ponerme a reír, habría tanto la boca que tuve que empezar a tapármela.
-¡Pero en vez de reírte ayúdame a recordar la frase hombre!
-¿Pero se puede saber porque no paras de decir "hombre" al final de las frases?- Dije secándome una lagrima con el dedo, controlando mi risa
-¿Es que no queda bien? ¡Ya se! ¿Qué tal si los dos empezamos a decir "hombre" al final de todo lo que digamos? ¿Qué te parece la idea? Mola ¿No?
ESTÁS LEYENDO
Nosotros entre Yo
AdventureDespertó con el beso de la victoria en los labios, con la transformación de su carne en la mañana y con la división de su alma en la plata del zafiro. Su vida a dado un giro brutal, nadie es quien dice ser, ni tan siquiera el mismo se conoce... Inic...