Capitulo 10: Muerte del primer acto

5 2 0
                                    


Y Saito despertó.

Alguien estaba picando a la puerta, eran unos golpecitos suaves, casi temerosos de que alguien abriera finalmente, el sol se filtraba por las personas de lo que Saito estaba seguro de que era su cuarto, respiro profundamente. Todavía sentía los colmillos de los lobos en su carne. Los golpecitos cesaron, casi con timidez. "Supongo que solo puede ser Patricia" Sonreí y abrí la puerta con seguridad para encontrarme cara a cara con mi mejor amiga, ella se sorprendió al verme, bueno, la palabra correcta seria que se sobresaltó al verme. Esperaba que me echara un broncazo enorme, que gritara, que me pegara alguna bofetada por haberla preocupado con la escenita del centro comercial... Pero simplemente me abrazo, me abrazo y lloro silenciosamente. La cabeza hundida en mi pecho y su cabello flotando mágicamente como un halo sobre su cabeza. Le recoloque suavemente un mechón de pelo sobre la oreja, acaricie su rostro con mis gélidas manos, sentí mi corazón fundirse en sentimientos que no alcanzaba a comprender y mi colgante esconder sus latidos con los míos.

Ella levanto la mirada hacia mis ojos para alúmbrame con sus lágrimas y atraparme en sus parpados. Nos quedamos en silencio, simplemente nos quedamos en silencio durante un largo tiempo. Cuando la megafonía del internado dio las diez simplemente nos separamos con una última caricia y la vi marcharse por la puerta, caminar entre mis compañeros y fundirse con la turba a su alrededor.

El día paso normalmente, reí con Marck, bromee con mis amigos y recibí gustosamente la atenta mirada de aquellos que oyen los rumores, mentiría si dijera que no disfrute de los que apartaron su mirada, de aquello que vieron la realidad. Me sorprendió descubrir que no solo mi cuerpo había cambiado, recordaba cada uno de los acontecimientos, cada uno de los detalles que había vivido las últimas 96 horas. Me pareció sentir la mirada de Julius entre la multitud, una mirada llena de sumisión. Finalmente acabo el día y me fui a dormir. Esa noche descansé, esa noche no soñé. Y el vacío creció en mi pecho.

Y desperté.

A la mañana siguiente Patricia me despertó como siempre, Marck me ametrallo a preguntas como siempre, viví mi día a día como si nunca hubiera cambiado., pero había algo diferente en el ambiente, algo que se saboreaba en el aire. Julius no volvió a buscarme, ninguna persecución volvió a ocurrir, y las miradas... Las miradas me seguían.

Nosotros entre YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora