Saito caminaba ligeramente apresurado por el pasillo que iba en dirección al salón principal de la institución, se dirigía a la sala de informática, donde esperaba llevarse "prestado" un ordenador hasta que encontrara alguna pista sobre el colgante. La razón por la que se iba a llevar prestado el ordenador era muy simple, no podía esperar tanto tiempo como para buscar pistas solo en las horas de informática así que simplemente devolvería el ordenador cuando acabara. Los únicos problemas eran como abrir el candado del armario de los ordenadores para llevarse sigilosamente uno y "juguetear" con el servidor de la escuela para inocentemente esconder la IP de su nuevo amiguito, en resumen, el problema era robar el ordenador y esconder sus huellas virtuales mientras lo utilizaba en el terreno escolar. Por suerte para él Marck era un verdadero genio de la informática así que el único fallo del plan de robo era como abrir el armario... Ya pensaría en eso más tarde, Saito se detuvo y giro hacia la derecha, cambiando al pasillo que iba en dirección a el laboratorio de química, después de todo no era buena idea saltarse las clases.
Una vez entro en la sala un frio punzante se le clavo en los huesos, sus compañeros de clase llevaban puestos abrigos iguales y algunos de ellos guantes o bufandas. La profesora, ataviada con un abrigo moderno, rojo y largo chasqueo la lengua con una cara molesta mientras analizaba la vestimenta de Saito.
- ¿Es que acaso no ha habido nadie en toda la clase que haya recordado lo de traer ropa de abrigo? - Reprocho al aire la docente, obviamente refiriéndose a Saito. - Sin tenerte en cuenta a ti Patricia, que por suerte te has acordado...- Patricia saludo al joven con la mano desde una mesa llena de reactivos diversos al fondo. - Lo siento mucho chico, pero no nos queda más ropa de abrigo, tendrás que aguantar el frio diez minutos hasta que acabe esta explicación... No te preocupes, diez minutos tiritando no son suficientes para matarte cariño. -
Saito asintió con la cabeza a la profesora, que se llamaba Pilar, y se dirigió a la mesa de Patricia. En realidad, más bien prefería no ponerse ropa de abrigo, después de todo no sentía frio, más bien estaba calentito. Marck tiritaba ligeramente mientras sonreía a su amigo desde la mesa que compartía con Patricia. "Lo siento colega... No todos podemos calentarnos con un pensamiento", pensó Saito con gracia y una sonrisa algo egocéntrica que no supo ubicar en su personalidad.
- ¿No tienes f-frio c-capullo? - Pregunto Marck con una ceja levantada. - T-te v-veo muy t-t-tranquilo para e-el f-frio que ha-ace. -
-Simplemente algunos somos más hombres que otros imbaculus. - Respondió el joven de piel pálida mientras golpeaba amigablemente a su compañero en el hombro, no había pizca de temblor friolero en su voz.
-Y-y encima a-ahora t-te ha-aces el g-gallito f-frente a P-p-patricia...- El joven de cabello oscuro rio.
-Vamos Marck, si tampoco hace tanto frio...- Replico Patricia sin un ápice de tembló en sus labios.
-Déjalo estar, es débil. - Respondió Saito. Los dos amigos rieron, "Esta preciosa..."
Pilar carraspeo, creando así silencio en el aula. El joven de colgante plateado observo a través de la ventana el seto en forma de mano distraídamente.
-Muy bien chicos, callaos un momento que es hora de explicar en qué consistirá la práctica de hoy.- El ruido de las conversaciones se redujo a un murmullo tenue.- Como todos deberías saber (Y recordar...) hoy tenemos planeado sintetizar lo que me gusta llamar "Chuki", es decir, un compuesto cabronazo que a temperatura corporal normal, entre unos 35 y 40 grados centígrados, explota de forma divertida dejando sin cejas a aquel que lo sujete..- Los alumnos se removieron ansiosos, despertando nuevos murmullos.- Silencio chicos....- Se hizo un ruido tenue nuevamente.- A lo que íbamos, puesto que el solo sintetizarlo por nosotros lo haría explotar hemos bajado la temperatura del laboratorio diez grados centígrados, eso no os bajara la temperatura corporal, pero si la del compuesto. Haciendo así que allá una barrera de diez grados entre el compuesto y vuestras manos, siempre y cuando no os de ganas de abrazar al frasco cariñosamente y de paso abrigarlo pequeños zoquetes... Y si, te estoy mirando a ti Marck. - La clase rio ante la cara de Marck, puro drama en sus ojos. - Vamos chicos, empezad ya, no queremos que nuestro amigo Saito se hiele vivo, al menos no en mi asignatura. - Y la clase empezó, haciendo correr las voces de los alumnos en una carrera por el máximo volumen, tal como si la voz de su profesora no hubiera sido más que un pistón de salida.
-Bueno, ¿Empezamos a trabajar en el pequeño "Chuki"? - dijo Patricia.
-Por mi vale. -
-E-entendido. -
Los tres amigos ordenaron los reactivos químicos sobre la mesa, bromeaban entre ellos (sobre todo riéndose del tartamudeo helado de Marck y su torpeza con los diversos diales). Finalmente llegó el momento en que solo dos reactivos esperaban sobre la mesa, contenidos en recipientes de una transparencia etérica y fortaleza férrea, Patricia sonrió a Saito, Marck también, y así continuo la situación durante cinco minutos. Finalmente, el joven de azul en cuello suspiro y agarro los recipientes con ambas manos.
-Cobardes...- Susurro.
Su maestría en el uso tanto del brazo izquierdo como el derecho era perfecta "Ventajas de ser ambidiestro colegas..." Los reactivos bajaron suavemente por las bocas de los matraces, cayendo simultáneamente en un recipiente bautizado por los químicos del mundo como "Matraz de Erlenmeyer", los colores transparentes se arremolinaron y burbujearon hasta estabilizarse en un líquido quieto y en paz con un cierto brillo verduzco, quizás provocado por las luces del laboratorio. Saito agarro el "Chuki" con sus manos y lo levanto sobre sus ojos para ver ese extraño brillo a contraluz, otros compañeros intentaron lo mismo, pero de repente el líquido esmeralda en las manos de él joven empezó a burbujear, a moverse con fuerza sobrehumana, chocando contra las paredes de su prisión de cristal con furia y expulsando espuma negra cual perro rabioso. Pilar grito al verlo y mando a la clase agacharse, se hizo el caos en la sala, Patricia se tapó los oídos y miro a sus ojos llena de puro terror, Marck corrió bajo la mesa y tiro del pantalón de su amigo hacia abajo para arrastrarlo a su lado.
Algo se rompió en su interior. Algo sonrió en su interior. Algo aprendió en su interior.
Y algo actuó.
Saito sintió como sus manos se helaban como el nitrógeno líquido bajo sus silenciosas ordenes, manipulo aquello que su cuerpo entendía como calor para que exhalara un frio asesino. Los ojos del siniestro joven brillaron en un azul profundo y oscuro como las profundidades del océano, pero brillando, brillando invisiblemente. Entonces entendió con su imperceptible y malvada sonrisa porque el experimento se inestabilizó. Había sido él.
Él creía que simplemente cambio su percepción del frio cuando entro en el laboratorio, cuando en cambio su poder bailaba una danza de naturaleza diferente, no fue su percepción de la realidad a su alrededor lo que cambio, sino la realidad en su interior. Al evitar el frio de la estancia con su hermosa habilidad hizo arder su sangre, cuerpo y alma con el fuego de las sombras en su corazón. La silenciosa oscuridad descansando en su alma alimento su fuego con furia, y así, cuan más maldad acogiera más poder consiguiera. Al calentar con esas extrañas sombras su ser "Chuki" no soporto la invasora fuente de calor y se desestabilizo, desencadenando en una furia explosiva. En consecuencia, solo fue necesario que el joven comprendiera la naturaleza de su poder para aprender a usarlo e invertirlo, convirtiendo así sus manos en los heraldos del invierno eterno.
Y el líquido se estabilizo.
Los alumnos salieron de debajo de las mesas y Pilar corrió a tirar ciertos polvos sobre el "Chuki", este cambio de color, volviendo a recuperar su transparencia original mientras unos minúsculos cristales de sal verde-negra se depositaban al fondo del Erlenmeyer. La profesora repitió el proceso en los demás recipientes rápidamente y agradeció a Dios en susurros que tan solo hubiera sido una falsa alarma, se disculpó a los alumnos por la situación y mientras recogía y limpiaba los materiales de las diferentes mesas declaro que la clase había acabado por hoy, en compensación por lo ocurrido las clases acabarían en ese mismo momento por este día, todos rieron y salieron por la puerta, quitándose los abrigos y dejándolos sobre una silla cercana a la entrada, cuando no quedo nadie en la sala salvo Marck, Patricia y Pilar la profesora le pidió a los dos primeros que fueran saliendo, cuando no quedo nadie se disculpó en persona con el joven, aquello no debería haber ocurrido, no se explicaba que había pasado.
Cuando el joven del colgante de zafiro salió del laboratorio por la puerta que daba al jardín observo el imponente seto de la mano.
Y sonrió.
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Nosotros entre Yo
AdventureDespertó con el beso de la victoria en los labios, con la transformación de su carne en la mañana y con la división de su alma en la plata del zafiro. Su vida a dado un giro brutal, nadie es quien dice ser, ni tan siquiera el mismo se conoce... Inic...