Capitulo 34

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Sus manos temblorosas sostuvieron su celular una vez más viendo la pantalla ahora semi cuarteada parpadear el registro de su llamada, Barbara no quería contestarle, ¿por qué hacerlo? sería decirle donde estaba ahora, estaba segura que Micaela sería capaz de escuchar el ruido del aparato que registraba sus pulsaciones cardíacas o la voz de su madre reprendiéndola una y otra vez, Matías se había empeñado en que algún doctor revisara sus costillas y dado el caso de que ninguno de los dos era mayor de edad fue inevitable no llamar a sus padres para que Barbara pudiera ser atendida correctamente, el veredicto del doctor fue un alivio para Barbara, al parecer sus costillas se habían vuelto bastante resistentes gracias a sus tantas peleas, el propio doctor se sorprendió de que ninguna estuviera rota dado a los golpes tan fuertes que ahora estaban marcados en su piel, pero sin duda el dolor era igual de insoportable a cada movimiento, Barbara tuvo que recibir un analgésico para calmar el dolor, ella tenía una contusión bastante intensa en cada una de sus costillas, la derecha era la peor, al llegar al hospital Barbara no se podía mover sin gemir del dolor tan agudo, sus costillas estaban totalmente magulladas, al parecer iba a pasar toda la noche en revisión y mañana a primera hora de la mañana abandonaría el hospital, la chica de ojos marrones pensaba que quizás ya cuando ella estuviera en casa podría informarle a Micaela de lo sucedido pero sus llamadas insistentes estaban haciendo eso imposible. Luego estaba la contraparte que le decía que debía contestar, Micaela no se merecía estar preocupada por ella y menos esta hora de la madrugada, ella se sentía mal por saber que Micaela no podía dormir a causa de la situación.

La curiosidad de Micaela estaba ganando ya que Barbara se negaba a contestar sus llamadas, ella le había dejado saber por mensajes de texto que estaba bien y que no había contestado sus mensajes y llamadas por que se había quedado dormida inmediatamente al llegar de casa de Sara, la de ojos azules no se quería ver paranoica pero todo parecía tan extraño y más ahora que Barbara se negaba a hablar con ella por teléfono, ella sentía que algo estaba mal y la actitud de aquella chica daban muchas cosas que pensar, Dios, Micaela estaba a punto de volverse loca imaginando tantas cosas que literalmente no la dejaban dormir.

Barbara miró a su madre que estaba sentada en el sillón con los ojos fijos en ella, cuando su celular volvió a vibrar, su corazón volvió a apretarse en su pecho presa del pánico y arrepentimiento, Julia se levantó sin decir nada y beso la frente de su hija con dulzura, otorgándole una mirada que Barbara captó al momento.

-Iré a ver a tu hermano, contéstale, ella debe estar muy preocupada- Barbara solo asintió con la cabeza viendo a su madre salir de la habitación, ella tomo una leve respiración que hizo el dolor punzante clavarse en todo su cuerpo una vez más, demonios, ella se preguntó si el doctor no se había equivocado en su diagnóstico ya que el dolor era demasiado insoportable que Barbara podía jurar que más de una costilla estaba rota, el doctor le dijo más de una vez que el dolor era muy parecido e incluso igual de intenso al de una fisura o fractura y Barbara estaba comprobando que él no estaba equivocado, su pulgar apretó la pantalla para contestar la llamada de la de ojos azules, al instante la voz de Micaela completamente histérica se escuchó por el teléfono y Barbara sonrió al escucharla olvidándose del dolor y de donde estaba por un segundo.

-Dios mío Barbara ¿Qué mierda pasa contigo? Llevo prácticamente toda la noche llamándote y solo eres capaz de contestarme un breve mensaje hace una puta hora diciéndome que estás bien ¿Por qué mierda te niegas a contestar mis llamadas?- Barbara tiene que despegar el celular de su oreja, Micaela prácticamente estaba gritándole tras el teléfono, Barbara tragó en seco, su novia estaba furiosa

-Mica yo...- Barbara fue incapaz de continuar ya que Micaela volvió a gritar en el teléfono

-¿Te das cuenta la hora que es? Son casi las tres de la mañana Barbara, sé que algo no está bien porque tu jamás me contestas un mensaje así de corto, solo me contestaste un puto mensaje de los miles que te he mandado, luego esa actitud de no querer contestar mis llamadas ¿Por qué mierda no quieres hacerlo? ¿Estás molesta conmigo? Si es así no me ignores, hablemos sobre ello, o si no quieres hablar conmigo solo dilo-

La novia de mi hermano (barbica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora