La novia de mi hermano (barbica)

Capitulo 30

-Micaela- Karen llamó la atención de su mejor amiga por sexta vez en diez segundos, los ojos azules parpadean rápidamente mirando a la chica a su lado con el ceño fruncido -¿Qué demonios te pasa?- Ella pregunta en susurro, las mejillas de la de ojos azules se volvieron de un rojo brillante cuando todas las imágenes y recuerdos de ayer volvieron a pasar como un película en su mente, dios, ella había sido incapaz de dejar de pensar en aquel momento, aun las sensaciones nuevas que había experimentado ayer no han dejado su cabeza, aun podía sentir cada toque, cada respiración, cada gemido, la temperatura de su piel caliente sobre la suya -Micaelaaaa- Karen aventó la pelota de voleyball en la cabeza de la chica, automáticamente la de ojos azules se quejó frotándose la parte trasera de esta

-¿Qué demonios te pasa Karen? Eso dolió- Micaela se quejó otorgándole una mirada de reproche, la chica solo cruzó los brazos mirándola con recelo

-A ver si con eso tu mente vuelve de donde está- Micaela miró hacia todos lados, percatándose que cada pareja estaba haciendo sus calentamientos concernientes, ella dejó escapar un suspiro cansado mientras miraba a su mejor amiga fijamente a los ojos, la chica suavizó la mirada consiente de la expresión desconcertante de su amiga, ella se acercó con cautela posando una mano sobre la de la chica y sin darle tiempo de reaccionar Karen la estaba arrastrando fuera de su clase de gimnasia. Internamente Micaela agradeció rotundamente el gesto de su amiga, ella odiaba la clase, odiaba sentir el sudor en su cuerpo y sus muslos doler por algún deporte o actividad completamente torturadora, los ojos de Karen viajaron por todo el vestidor cerciorándose que ni una sola alma estuviera ahí, cuando esta lo comprobó, acorraló a su mejor amiga en una esquina mirándola con el ceño fruncido y los brazos cruzados -¿Qué te está pasando Micaela?- la chica de ojos azules se mordió el labio nerviosamente bajo la mirada acusadora de su mejor amiga, ella se pasó una mano por su cabello mientras rogaba por que el rubor en sus mejillas no fuera predecible, la sonrisa socarrona se abrió paso en los labios de Karen, demonios, al ver esa expresión en la cara de su mejor amiga las mejillas de Micaela se encendieron de momento -Tu lo hiciste, oh dios mío, tu maldita... Micaelaaaa- Karen canturreó con burla

-No, no, no es lo que imaginas no-nosotras no- ella y yo.. no, ustedes llegaron y después- Micaela balbuceaba miles de cosas intangibles, Karen tuvo que poner su mano en su boca para que esta dejara de hablar, los ojos azules mirándola como un siervo perdido con las mejillas de un rojo brillante, dios, Karen hacía todo lo posible para no reírse a carcajadas de ella y su expresión llena de pánico y vergüenza

-Mica respira, voy a quitar mi mano de tu boca y vas a decirme con claridad cualquier cosa que estabas intentándome decir antes ¿De acuerdo?- Micaela gruñó asintiendo con la cabeza, la maldita sonrisa pícara de Karen se mantenía en sus labios haciendo que su cara siguiera ardiendo, su mejor amiga retiró su mano y Micaela bajó la mirada al instante consiente de que si seguía mirándola probablemente las palabras seguirían tropezando en su boca, Micaela comenzó a abanicar su camisa, demonios, ¿Cuándo se había puesto tan sofocado el lugar? Ella tentativamente alzó la mirada para ver a Karen, como era de esperarse con las mejillas hinchadas aguantando la carcajada, Micaela resopló una vez más agachando la mirada hacia el piso, dios, en esos mementos solo quería aventarle a Karen algo en la cara.

-¿Estas disfrutando esto verdad?- Ella murmura y fue cuestión de segundos para que la risa estruendosa de Karen resonara en el lugar, el sonido de su risa era insoportable para Micaela en esos momentos, lo único que podía hacer era resoplar molesta una y otra vez esperando que las carcajadas de su mejor amiga desaparecieran -Karen por favor- Micaela dice en modo de súplica y al ver aquella mirada que decía "Piedad" la chica se obligó a si misma a recobrar la compostura, ella tomó unas suaves respiraciones y después de tomar el control total de su cuerpo asintió con la cabeza mirando con total tranquilidad y atención a su mejor amiga.