M A G [YoonKook] Resubiendo

La escuela 🌼

[Narra Yoon Gi]

Cuando llegamos al infierno, digo colegio, nos enteramos de que como era el día de las manualidades decidieron hacer un intercambio de alumnos. Los de primero, segundo y tercero nos cambiaríamos de aulas.

¡Qué divertido!

Como no podía ser peor, me encontré con que en mi clase había entrado Jeon y ese niño raro, Tae. Bufé y esperé porque la profe no los sentara a mi lado.

—Bien, Jung Kook y Tae Hyung, siéntense junto a Yoon Gi—los llevó de la mano hasta mi mesa y los miré un poco molesto.

¡La profe Taeyeon me odia!

—¡Hola Yoon Gi!—gritó Tae poniendo sus manos muy cerca de mi cara y agitándolas—Espero que si nos toca juntos de nuevo no me vayas a regalar una piedra.

—No nos tocará de nuevo, no...

Jeon nos miraba en silencio. Buscaba con la mirada algo para entretenerse porque se notaba que estaba incómodo. Era tan bobo.

Después, empezaron a hacer esa tontería de los papelitos y supe que ese era el peor día de mi vida. Me tocó el nombre de Jung Kook y a él el mío.

Nos miramos con el ceño fruncido y Tae, que no entendía nada ya estaba empezando a pintar en un hoja con la acuarelas y ni siquiera tenía un compañero aún.

—¿Por qué tenías que ser tú? —me quejé arrugando el papelito.

—Lo mismo digo, no esperes que haga algo lindo para ti.

—Nunca lo esperé— dije y volteé mi cara hacia otro lado, sin darme cuenta de que tenía la ventana al lado y encima estaba abierta; me pegué en la cara pero no dije nada a pesar de que me empezó a doler mucho. Los niños como yo no lloran, claro que no.

Tae Hyung alzó su mirada sorprendido y al notar que me di un golpe, porque el sonido de mi cara chocando contra el vidrio no fue nada disimulado, se levantó y fue haciamí. Me inspeccionó creyéndose doctor y por alguna razón me sentí avergonzado cuando los ojos de Jeon se posaron en nosotros.

— ¡Yoon Gi, debes tener cuidado!— me dijo mientras toqueteaba mi cara y me la ensuciaba con la pintura con la que se manchó— ¿Estás bien?

—Ya sé, estoy bien— le respondí como todo hombre debía hacer.  

Tae sonrió como siempre hacía y me revolvió el cabello despeinándome, después besó mi mejilla el muy descarado.

Estuve a punto de darle un golpe con mi pincel, pero fue muy rápido en volver a su asiento. Mientras me acomodé mi pelo y limpiaba mi mejilla con la palma de la mano para sacarme sus asquerosas babas, Jeon no paraba de mirarme, me estaba incomodando mucho. Parecía algo perturbado por lo que acababa de ver.

Le sostuve luego la mirada y él la apartó enseguida, tomó un papel del centro de la mesa y unos cuantos lápices para empezar a dibujar. ¿Por qué me había mirado de ese modo? Parecía un loco. No le presté mucha atención y simplemente seguí con lo que debía hacer por obligación.

Aunque si yo debía hacerle algo a él y él algo a mí, ninguno sabía acerca de los gustos del otro. Bueno, él podía deducir el mío. Todos esos kumamones en mi cuarto no están ahí porque mi madre me obligue a tenerlos. Y suponía que quizás a él le gustaban muchos los super héroes, siempre andaba con una figurita de acción en su mano, también llevaba cómics en su mochila y...

Esperen, ¿qué me importa? 

Le haré cualquier cosa y se la tiraré por la cabeza.