M A G [YoonKook] Resubiendo

21 Reencuentro 🌼

[Narra Yoon Gi]

Llegué tan tarde a clase que cuando entré me encontré con que una horrible mochila estaba en mi pupitre. Pregunté, amenazando a los de mi clase, para que me dijeran quién fue.

¿El nuevo? ¿Quién era el nuevo? Pobre desgraciado...

Tiré sus cosas al suelo y me fui en busca de un refresco, pero parecía que alguien se llevó el último. Cuando volví al aula, entonces lo vi.

Era más alto que yo, bastante. No sé qué caracoles hacia así vestido en un colegio, pero no pude evitar verle el trasero antes de dirigirle la palabra. Joder, que buena vista...

—Eh, tú —lo llamé.

Se giró lentamente y me observó enfurecido. Le sostuve la mirada por un buen rato hasta que abrió su bocota.

—¿Fuiste tú el que hizo eso?

—Obvio. Nadie me quita el asiento.

—¿Tu asiento? —rio—No vi ningún cartel de "Aquí se sienta el idiota del colegio".

—¡Uhhhh!—dijeron todos los demás que observaban.

Sonreí y apreté mis puños. Estaba listo para enseñarle al nuevo quién mandaba y que el único gracioso en el colegio era mi primo Ho Seok.

—No soy idiota.

—No, eres super idiota.

—¡Uhhhh, te está matando!—gritaron de nuevo.

—¡Cállense!

Todos se quedaron en silencio, apretados como ovejas en un rincón. Sus miradas reflejaban miedo.

El pelinegro bonito y alto, digo... El tonto ese, se quedó mirándome, en posición de defensa. Parecía un boxeador novato, daba saltitos y se movía de un lado al otro.

—Vamos, solucionemos esto como hombres.

—Pensé que eras mujer.

Por lo visto le pegué duro con aquellas palabras; detuvo sus ridículos saltos de liebre y agachó la cabeza. Era mi momento para darle una lección.

Aunque se veía más joven que yo, no me impidió seguir adelante.

Estuve a punto de alzar mi puño cuando alguien entró al aula y todos se sentaron de inmediato.

—Min Yoon Gi, siéntese ahora mismo—dijo el profesor—Y usted; el otro, el modelo, también.

Sólo había un lugar y era mío obvio. Antes de sentarme, el chico nuevo miró perplejo. Pestañeó tantas veces que perdí la cuenta. ¿Por qué me miraba así? Ni que fuera un espíritu.

—¿Cómo se llama? Ey, jovencito—lo llamó el profesor sacándolo de su estado hipnótico.

—Ah...

Todos esperamos que dijera algo, pero lo único que hizo fue volver a mirarme. Tomó sus cosas y salió corriendo del aula como un maldito loco.

¿Qué pasaba con él?