M A G [YoonKook] Resubiendo

Flashback 🌼

Jung Kook escuchó a sus padres hablar entre ellos sobre el tema. Sabía que su madre no estaba teniendo muy buen sueldo en el trabajo y que poder conseguir algo mejor en otro lugar podría ser una buena oportunidad para ella. Esto no le molestaba, para nada. Su madre era totalmente libre de elegir, y si su padre quería ayudarla estaba bien, pero el problema era él. Sentía que no encajaba dentro de toda esa situación y que hasta parecía un estorbo.

A pesar de que su madre podría llegar a tener una vida mejor, quizás con esos lujos que siempre soñó, él debía terminar la escuela. Volver a empezar iba a resultar una molestia.

Su padre habló con él sobre irse todos al extranjero, pero Jung Kook no estaba convencido. Iba a dejar parte de sus recuerdos en aquel vecindario, iba a alejarse de Yoon Gi y eso era lo que más le dolía.

"Vas a venir con nosotros quieras o no. Olvidate de Min Yoon Gi, lo único que traerá son problemas y distracciones... Si no lo haces, haré que lo expulsen y nunca conseguirá un lugar donde terminar sus estudios".

Aquella fue la amenaza de su padre. Kook no quería que eso pasara, le preocupaba el futuro de Yoon Gi, y antes de que aquel hombre lo arruinase, porque era totalmente capaz, prefería alejarse y que no tuviera problemas ni ahora ni después.

No iba a negar que le dolía haberle dicho que quería dejarlo, por supuesto que lo amaba y siempre lo haría; no quería que saliera perjudicado en ningún aspecto. Su padre era un hombre que tenía contactos y podía difamar cualquier cosa de quien fuera y así arruinarle la vida con mala fama. Además, Yoon Gi era conocido en el barrio por ser el gamberro, el peleador y perezoso hijo de los Min. Realmente no era muy bien visto por los vecinos, a excepción de unos pocos. Por eso, Jung Kook empezó a tomar sus cosas y guardarlas. Mantener la mente en blanco le iba a ser muy difícil en ese momento.

Era temprano en la mañana. No había ido a la escuela ya que no tenía sentido para él volver si tan pronto se marcharían. Sus padres habían salido, él se quedó organizando las cosas para llevar y otras inservibles simplemente las metía en una bolsa para tirar. Y justamente ahí, en ese cajón que abrió, encontró muchas cosas que no eran útiles, por lo que las tiró a la bolsa sin ponerse a revisar mucho. Entonces ahí, se dio cuenta de lo que hizo sin querer. La pulsera en la que estaba escrito "jeonejo" cayó dentro. La observó por unos segundos y la sacó de allí. Sintió nostalgia y muchas otras emociones que no supo describir ni expresar con su rostro. La apretó en su mano y la dejó en la mesa para luego guardarla en un lugar mejor.

Si hubiese tirado aquella pulsera nunca se lo habría perdonado.

Diez minutos después, listo para sacar la basura, un golpe en su ventana lo hizo saltar del susto. Se acercó de inmediato y, allí abajo, vio a Yoon Gi con el rostro enojado, el pelo desordenado y con unas gotas de sudor que caían por su frente.

—¡Escucha, grandísimo idiota!—gritó Yoon Gi, lanzando su mochila a suelo —¡Me vas a explicar ahora mismo qué es eso de que te marchas!

—Te dije que me dejaras en paz, tú y yo no tenemos nada...

—¡Jung Kook!

El menor, con intención de cerrar la ventana, apoyó sus manos en el marco de ésta y cerró sus ojos con fuerza para no verlo. Pero Yoon Gi no se iba a rendir. Tomó una piedra y la tiró con mucha potencia hacia arriba, dándole a Jung Kook en la cara.

—¡Ahhh, Idiota!—se quejó, tapando su rostro.

—Te lo mereces.

Kook frunció el ceño y, al mirar sus manos notó una leve mancha de sangre. En su mejilla derecha se había hecho una pequeña herida por el golpe del otro. Con ganas de cerrar las persianas y de ignorar por completo al peligris, las ganas repentinas de llorar le ganaron. Y no, no fue a causa del golpe.

Yoon Gi, que seguía ahí abajo, dio unos pasos para acercarse más hacia la pared, buscando algo para poder subir. Para su mala suerte no había enredaderas en aquella casa. Su otros opción era tirar la puerta abajo, cosa que seguramente haría.

—Abre la puerta, ahora.

—No... Vete.

—Entonces la tiraré y subiré hasta tu cuarto y te golpearé otra vez por idiota.

Y así lo hizo, Yoon Gi corrió hacia la entrada y dio varios golpes con la palma de su mano. Jung Kook no tuvo más opción que abrirle sino rompería la puerta.

Cuando abrió, subió hasta el cuarto sin mirarlo. Yoon Gi lo siguió y, una vez allí, lo agarró del brazo y lo puso frente a él, si iba a decirle la verdad, prefería que fuera cara a cara.

—¿Por qué haces esto?¿De verdad te vas a ir?

—Sí, me voy—respondió seco, aguantando las lágrimas.

—No, no lo harás. No te lo permito.

Jung Kook trató pobremente de sacarse a Yoon Gi de encima, tironeó un poco de su brazo pero el otro lo llevó hacia su cuerpo. Lo apretó entre sus brazos y cerró su puño contra la chaqueta que llevaba el pelinegro.

—Yoon Gi... Suéltame.

—Nunca lo haré — la voz de Yoon Gi se quebró, tembló y eso dio paso a su lado más vulnerable—.No te creo que ya no me quieras, es absurdo. Eres un imbécil mentiroso.

Aquello dolía aun más. Jung Kook no podía dar vuelta atrás la situación, odiaba ver así a Yoon Gi porque sabía que estaba sufriendo, al igual que él. Tenía miedo de quedarse entre sus brazos, pero era lo que más amaba. Esa sensación de protección y calidez no la iba a encontrar en nadie más que Yoon Gi. Él era todo, y por eso debía irse.

—Me iré, no puedes impedirlo.

Yoon Gi apretó los dientes con fuerza y sonrió de lado incrédulo. Ya era demasiado soportar escuchar esas palabras, por eso, lo miró por unos segundos a los ojos y lo besó. Lo hizo de tal manera que Kook no pudo hacer nada. Quería sentir sus labios de nuevo y grabarse aquella sensación por siempre en su memoria.

Si ese iba a ser el último beso, entonces lo dejaría ser largo, casi eterno.

Ninguno de los dos podía separarse. Jung Kook no resistía las ganas y su cuerpo cedía ante todo. Movió sus manos nervioso hasta  bajo la camisa de Yoon Gi, apretando sus dedos con rabia sobre su blanca piel.

Después de ese largo y profundo beso, ambos se miraron sin saber qué era lo que pasaría a continuación. Yoon Gi no quería soltar al menor, pero éste necesitaba que lo dejara. Si seguía así, la despedida que no planeó sería peor.

Sólo lo empujó, tocó sus labios y no hizo más contacto visual.

—Lárgate Yoon Gi.

🌼

Este es el fin de la etapa adolescente.