Pov. Naruto
Me quedo completamente quieto observándola con preocupación, lo que más temía, y lo que quise evitar desde el principio, volteo a ver al padre de mi hime este se acerca al barandal y antes que logre articular alguna palabra Madara interviene.
- Hiashi – le habla y este voltea hacia la misma dirección del viejo que apunta con la mirada.
En la cual sale Hanabi corriendo hacia su padre y corre a abrazarle, al parecer le pregunta si está bien y ella asiente, luego me observa y me susurra lo siento, niego la cabeza decepcionado y ella me da una leve mueca con sonrisa, tan rápido es que no se si fue una alucinación mía.
- Te lo prometí tu familia estaría a salvo – le dice Madara con superioridad.
- Hinata es tu hija – le grito a Hiashi molesto – nunca has tenido corazón maldito.
- Ella esta ahí porque lo quiso – me dice Sasuke y volteo a ver a mi viejo amigo negando la cabeza ¿des cuando se convirtió en una basura?
- Tú también estas con estos bastardos – le digo repudiado – me imagine que serias capaz de engañar a Hinata con Sakura pero jamás que fueras la basura que ....
Veo como el Uchiha saca una vieja pistola con la que me apunta, estoy a punto de seguir hablando pero nuevamente la dirige a mi abuelo e intento moverme y el niega la cabeza, apuntando a mi hime.
- Decide Naruto? – me comenta por segunda vez.
- Si quieres disparar hazlo – doy un paso adelante – aquí estoy.
El ríe mientras niega la cabeza voltea a ver a Hiashi este deja de abrazar a Hanabi y se agacha veo que se levanta con un portafolio y empieza a caminar no le quito la vista de encima y me percato por el ruido que empieza a bajar las escaleras, no me sorprende verlo salir entre las sombras. Acercándose a mi cuando llega se pone enfrente abre el portafolios y saca varios folders unos beige y otros negros me los estira los tomo con una mano y antes de ojearlos me interrumpe con una pluma en mi camino.
- Si quieres que a mi hija no le pase nada es mejor que firmes – lo dice con tanta frialdad que me da un escalofrió en toda mi columna.
- No lo hagas – me grita mi hime que es sacudida por la joven para que se calle.
- Es lo mínimo que puedes hacer por ella después de arruinarle la vida – con sus dedos mueve la pluma.
- Usted la arruino – intento decirle pero un golpe en el barandal llama mi atención y veo que es Madara negando la cabeza.
- Vamos a explicarle al niño – responde fastidiado – antes de que se agote mi paciencia y mate alguno de esos tres.
Al notar su humor decido no hablar, solo veo a mi viejo primero y seguido a mi hime dando un trago al sentir mi boca completamente seca lo observo.
- Te prometo que al firmar esos papeles no mataremos Hinata – dice sin más en eso abro el primer folder y noto que son las tierras que mis padres estaban protegiendo en España – tus padres fueron muy tercos espero que tú seas más inteligente.
- Fue por eso – le susurro al ver que son de venta – tú los mataste, son las tierras las cuales empezaron a proteger, por las cuales volaron hasta allá.
- Yo tenía un gran futuro para ellas y tus padres se hubieran hecho mas ricos si hubieran querido invertir conmigo, pero no les intereso seguido les ofrecí comprarlas pero se negaron.
- Ellos no lo quisieron porque era una reserva ecológica – le suelto – todo el mundo sabía.
Les defiendo y volteo a ver a Hiashi.
- Hyuga y asociados siempre han trabajado para mí – sonríe Madara con cinismo – no es así Hiashi por eso tiene lo que tiene.
Lo observo con odio y ganas de aventarme al tipo que se decía justo y virtuoso.
- Eres una vil rata – le digo y el solo me observa – siempre lo supiste.
- Tú fuiste el que te metiste en el camino de mi hija – responde ella no estaría en esta situación por tu culpa, ella estaría felizmente casada desde hace un tiempo.
- Con el dichoso prometido que me restregaste el día que conocimos – digo mientras mi voz se va apagando y volteo a ver a Sasuke este avienta tira la colilla del cigarro – eras tú?
- Sasuke era el prometido de la hija de Hiashi, ya lo habíamos acordado antes de que supieras hablar.
- ¿Me vas a decir algo? – le pregunto a mi viejo amigo.
- Como ya te dijeron y te lo repito firma los papeles, te prometo que la cuidare- Sasuke me observa y no veo un atisbo de duda.
- Como sé que será cierto si ya estando contigo ella estuvo en peligro – le respondo.
Sasuke me observa nuevamente sin responder y veo un atisbo de duda, cuando menos me doy cuenta Madara se acerca y levanta la pistola disparando a mi abuelo doy un grito y corro hacia el pero es demasiado tarde ya está en el suelo.
- Abuelo – le digo mientras lo tomo en mis brazos este solo sonríe mientras tiene sangre en su boca y un ojo le empieza a cerrar.
- Eres más fuerte que ellos – apenas logra articular.
Solo observo como cierra los ojos y no puedo evitar un sollozo mientras lo abrazo.
- Viejo lo prometiste, no me puedes dejar – levanto la mirada al escuchar llorar a mi Hinata y cuando me doy cuenta que Madara solo apunta a unos metros de su cabeza, ella me niega con la cabeza.
- Lo siento – le digo a mi abuelo mientras lo observo y lo dejo con cuidado al piso, mientras me levanto y me limpio la cara – firmare.
Les digo a Hiashi y Madara me acerco y nuevamente tomo las papeles del Hyuga tomo la pluma.
- No lo hagas – me dice Hinata entre sollozos y aunque me parte el alma no la volteo a ver si no a su progenitor – si le sucede algo desde mismo infierno vendré por ti.
No soy tonto sé que viene desde de que termine de firmar.
- Yo que le hacía caso – escucho a Kabuto decirle a Hiashi con risa – al parecer a Uzumaki le gusta salir de ahí.
- Lo peor que pudo hacer mi familia es hacerse amigos de los Uchiha – le digo mientras empiezo a firmar los últimos papeles que dicen que el beneficiario de mi muerte seria Hinata – al parecer no eres tan estúpido – observo a Hiashi.
- Jamás me cayeron los Namikaze – el anciano observa el cuerpo de mi abuelo sumergido en sus pensamientos – al parecer tenían la costumbre de quitarles la mujer a los Uchiha ¿no sabías que Tsunade era mi prometida?
Antes que pueda decir algo Madara me arrebata los papeles para dárselos a Kabuto y este los empieza a verificar que todos estén firmados.
- Lo están – dice al ver los últimos papeles.
El asiente con suficiencia y me apunta con dignidad lo observo a la cara.
- Es lamentable que no tenga palabra – sonríe y cuando menos me doy cuenta su arma se dirige a Hinata y dispara.