Capítulo 5: Crystal, la hija del profesor Elm

757 42 8
                                    


Ruta Veintinueve (29), entre Pueblo New Bark y Ciudad Cherrygrove, 2:15 P.M


La ruta veintinueve (29) era una amplia, tranquila y vistosa planicie semi boscosa decorada con frondosos árboles de todo tipo, verde vegetación con flores por dónde se pusiera la vista, además también de pokémon salvajes. Dicha ruta conecta de manera directa Pueblo New Bark con Ciudad Cherrygrove, y la distancia aproximada era de más o menos cinco (5) a seis (6) kilómetros.

-¡Cyndaquil, utiliza Tackle (Placaje)!-

El pequeño pokemon de fuego, sin dudar por un segundo de las órdenes de Gold, tomó un poco de impulso, hasta casi chocar contra un árbol cercano, y luego embistió con fuerza a un enojado Pidgey salvaje, mismo que escasos segundos atrás el Chikorita de Crystal terminó por enojar al comer una baya que el pokemon volador dejó caer desde su pico mientras volaba.

Pidgey, a pesar del fuerte impacto que recibió por parte de Cyndaquil, logró de alguna manera mantenerse de pie, cosa que sorprendió tanto a Crystal como a Gold. Acto seguido, Pidgey empieza a batir rápidamente sus alas en dirección al pokémon de fuego y los demás.

-¿Q-Qué está haciendo?- Preguntó nerviosamente Crystal, observando con inquietud al pokémon volador. -¿Porque está batiendo sus alas de esa manera?-

-¡Maldición, Crystal y Chikorita colóquese detrás de mí, AHORA!-

-¿Ehh?-

-¡El está intentando contraatacar creando un remolino de polvo!- Informó rápidamente Gold sin titubear, a la vez en que esté utilizaba un rígido tono de voz, colocando después sus goggles especiales sobre sus ojos. -Pidgey intenta limitar nuestra visión.-

Posteriormente, tanto Crystal como Chikorita se colocaron detrás del joven nuevo entrenador. Ella, dada la situación, se aferró a la espalda de Gold con algo de miedo hasta el punto de temblar un poco.

-B-Bien, Cyndaquil, necesito que confíes en mí y utilices Ember (Ascuas) alrededor de nosotros a máxima potencia para que el fuego neutralice un poco el ataque de Pidgey. Recuerdas que nuestro objetivo aquí es el de protegerlas a toda costa.-

Cyndaquil asintió con la cabeza y disparó desde su boca varias brillantes esferas de fuego alrededor de Gold y los demás, creando poco después cómo una especie de barrera de fuego la cual milagrosamente neutralizó en gran parte el remolino de polvo antes de que este pudiera cumplir con su objetivo.

Por su parte, el pokémon volador soltó un sonoro chillido lleno de molestia al ver que su ataque no tuvo efecto alguno, saltando sin dudarlo y luego emprendiendo el vuelo nuevamente para intentar atacar una vez más.

-Tch... Cyndaquil, terminemos con esto. Tackle (Placaje).-

En un solo, rápido y preciso movimiento, Cyndaquil esquivo sin problemas el ataque del pokémon volador al dar un pequeño salto a su derecha. Inmediatamente después de esto, Cyndaquil contraataca al embestir a su oponente con extrema fuerza, provocando finalmente que el pokémon volador quedará irremediablemente fuera de combate.

-¿Se encuentran bien?- Preguntó Gold con cierta preocupación, luego de quitarse los goggles de los ojos y al darse la vuelta para verificar el estado de Crystal y Chikorita. -¿No les paso nada, verdad?-

-Descuida, Gold. Chikorita y yo estamos bien gracias a ti.- Aseguró Crystal con una cálida sonrisa. -¡M-Muchas gracias!-

Gold respondió también con una más animada sonrisa que reflejaba a la perfección su latente alivio. -Me alegra escuchar eso.-

Johto: Gold, Silver y CrystalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora