Capítulo 12: Ruinas de Alph

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Ruinas de Alph 3:44 P.M


-Eso fue extraño... ¿A dónde fue Gold con tanta prisa?- Preguntó Kelly, claramente angustiada luego de observar a su amado alejarse y perderse de vista entre las incontables ruinas que yacen frente a ella. -¿Qué le sucedió?-

-No tengo la menor idea.- Comenta Crystal en un tono más apagado, estando igual de angustiada que la rubia. -Pero tengo un muy mal presentimiento sobre esto.-

-¿Un mal presentimiento?- Repitió Kelly, antes de colocar su dedo índice sobre su labio inferior. -¿Por que lo dic-...?-

-E-Espera un momento... ¿Acaso Gold dijo que "Esta vez él no escapa"?-

-Uhhh, sí... Creo que sí. ¿Por qué?-

-¡Oh no...! Esto es muy pero muy malo.- Anunció Crystal, repentinamente al empezar a correr por dónde había ido Gold escasos segundos antes. -S-Solo espero estar equivocada.-

¿P-pero qué rayos-...? ¡C-Crystal, espera por mí!- Le ordenó Kelly luego de ver a su compañera alejarse entre las ruinas. -N-no me dejes sola. Este maldito lugar me da escalofríos y-...




-¡Croconaw, Aqua Tail (Aqua Cola)!-

-¡Quilava, Flame Wheel (Rueda de Fuego)!-

Sin siquiera pensárselo dos veces, ambos pokémon saltaron para atacarse el uno al otro. Pero, al hacer esto, sus ataques automáticamente negaron el efecto del otro de manera casi inmediata.

-Tch... Solo porque tu patético Cyndaquil ahora es un Quilava no significa que tengas oportunidad contra mí.- Advirtió el pelirrojo con frialdad. -Simplemente sugiero que te rindas, y, como gesto de bondad, te dejaré ir e ignoraré todo esto. Esta es la última advertencia qué te daré.-

Frente a las palabras del pelirrojo, Quilava encendió a toda potencia las llamas de su espalda. El insulto le afectó más de lo que debería al pokemon de fuego hasta el punto de hacerle cambiar el semblante de su rostro.

-Pues lo siento muchísimo, pero debo rechazar tu tan bondadosa oferta.- Declaró enérgicamente Gold, justo antes de colocar sus preciados goggles sobre sus ojos, apuntando después con su dedo índice de la mano izquierda al pokémon de fuego. -Además, creo que Quilava tiene muchas ganas de derrotarte. Sería una verdadera vergüenza el rendirme ahora cuando mi pokémon tiene igual o más ganas de derrotarte qué yo.-

-Tch... Definitivamente que eres una molestia. No sabes cuándo rendirte.-

-¡Quilava, Smokescreen (Pantalla de Humo)!-

En el acto, el ansioso pokémon de fuego género rápidamente desde su boca una espesa capa de humo, misma qué provocó qué apenas sí se pudiera ver en un radio de al menos siete u ocho metros a la redonda.

-¿En serio pretendes utilizar esté tipo de estrategia tan patética?- Cuestiona retóricamente el pelirrojo en un pretencioso tono de voz. -Hmph... Lo lamento mucho, pero esta vez eso no funcionara contra nosotros.-

-¿Huh?-

-¡Ya sabes que hacer, Croconaw!- Vociferó el pelirrojo para luego chasquear sus dedos. -¡No te dejes engañar!-

Croconaw asintió y luego escupió una gran cantidad de agua a presión la cual disipó con extrema facilidad la recién creada pantalla de humo de Quilava por todo alrededor. En esté sentido, tal acción no solo provocó que Gold demostrara frustración y molestia en su ahora enrojecido rostro, sino que también Quilava demostró estar muy enfadado.

Johto: Gold, Silver y CrystalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora